"La vida, como la fotografía, consiste en positivar lo negativo"
Septiembre de 2022
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Madrid
Un "finde" en el "foro"
El Parque del Retiro, un auténtico pulmón para Madrid.
Había pasado recientemente el cumpleaños de mi hijo. Desde hacía dos o tres años su ilusión era ir a Madrid a ver un partido de fútbol en el estadio Santiago Bernabéu. El abuelo se lo había prometido para este año y, tras su fallecimiento en abril, quedaba esa espinita clavada que había que sacar. Viendo que el día 9 de septiembre era festivo en Gipuzkoa y el día 10 el Madrid jugaba en casa contra el Mallorca, entre mi hermana pequeña y yo organizamos el viaje. Aprovechando que mi hermana mayor vive en Getafe y, por tanto, el tema de alojamiento estaba resuelto, preparamos todo y nos fuimos de fin de semana al “foro”.
Donostia - Madrid
Nos levantamos a las 07:00 con la ilusión de quien va a emprender un apasionante viaje. Tras una ducha y un buen desayuno, salimos de casa para reunirnos con Rosa. Habíamos quedado a las 08:00 para que nos acercase hasta la
estación de autobuses de Donostia. Nuestro autobús tenía prevista la salida a la 08:45, así que andábamos sobrados, pero, Rosa tenía cosas que hacer y no quería condicionarle la mañana. Nos tomamos un café y un Cola-Cao en el bar de la estación mientras hacíamos tiempo. Finalmente, a las 08:50, con unos minutos de retraso, el bus de la empresa ALSA arrancó destino Madrid… Empezaba el viaje.
El día, que había amanecido nublado, se fue despejando poco a poco.
El billete de ida.
La mañana estaba oscura, el cielo bastante nublado, pero, reinaba un bochorno que se repetía ya varios días seguidos. Luego, poco a poco, según avanzábamos hacia el sur, se iban abriendo claros hasta quedar un día completamente despejado.
Paramos en Tolosa, Beasain, Ordizia y Alsasua, llegando a Vitoria-Gasteiz a eso de las 10:30 horas. Subió y bajó gente. Pasamos el desfiladero de Pancorbo y a las 12:00 llegamos a Burgos. Allí bajaron muchos pasajeros. A las 13:10 llegamos a Aranda de Duero. Entró en la estación, pero, ni subió ni bajó gente. No entiendo porque para si no tiene movimiento de pasajeros, en Alsasua pasó lo mismo...
De llanada alavesa al desfiladero de Pancorbo hasta bajar a la meseta burgalesa.
Tras entrar en la provincia de Segovia y subir el puerto de Navacerrada, bajamos hacia la capital. A las 14:50 entrábamos en la T4 de Barajas donde bajó una pareja que iba a coger el avión. Luego, de un último tirón, llegamos a la Avenida de América, final de trayecto, donde entramos puntuales a las 15:10 horas.
Loa paisajes se alternaban mostrando infinidad de colores; desde el verde de las tierras de regadío, los ocres del secano y la variedad de colores de la Sierra de Madrid.
En la misma estación de autobuses se puede acceder al metro. Cogimos la línea 9 hasta Príncipe de Vergara. Allí enlazamos con la línea 2 hasta la parada de Sol y, en esta, enlazamos con la línea 1 hasta Estación del Arte, a cinco minutos a pie hasta la entrada del Museo del Prado. A las 16:05 estábamos en la Puerta de los Jerónimos, en la cara norte del museo, donde está el acceso al mismo.
A la izquierda el intercambiador de la estación de la Avenida de América.
A la derecha la tarjeta recargable del metro.
El Museo del Prado no es un museo al estilo del Louvre, el Hermitage, el Metropolitan o la National Gallery, que tienen obras de prácticamente todas las escuelas y épocas. Es un conjunto de obras formada esencialmente por el fondo procedente de la Colección Real, que se ha ido complementando con aportaciones posteriores.
Un museo donde las escuelas pictóricas de España, Flandes e Italia (sobre todo Venecia) ostentan el protagonismo, seguidas por el fondo francés y la pintura alemana, un breve repertorio de pintura británica y la pintura neerlandesa, con una sección no demasiado amplia pero que incluye a Rembrandt.
Aunque sean aspectos menos conocidos, el museo cuenta también con una importante sección de artes decorativas (que incluye el Tesoro del Delfín) y con una colección de esculturas, en la que destacan las greco-romanas. Es singularmente rico en cuadros de maestros españoles y de varias escuelas pictóricas del resto de Europa entre los siglos XV y XVIII. Su principal atractivo radica en la amplia presencia de Velázquez, el Greco, Goya (el artista más extensamente representado en el museo), Tiziano, Rubens y el Bosco, de los que posee las mejores y más extensas colecciones que existen a nivel mundial. Además, hay que sumar importantes conjuntos de autores como Zurbarán, Murillo, Ribera, Rafael, Veronese, Tintoretto, Durero o Van Dyck, por citar alguno de los más relevantes.
Un poco de historia
El proyecto arquitectónico de la actual pinacoteca fue aprobado por Carlos III en 1786. Las obras de construcción se desarrollaron durante los reinados de Carlos III y Carlos IV, quedando el edificio prácticamente finalizado a principios del siglo XIX. Pero la llegada de las tropas francesas a España y la Guerra de la Independencia dejaron su huella en él; se destinó a fines militares (cuartel de caballería) y cayó prácticamente en un estado de ruina; las planchas de plomo de los tejados fueron fundidas para la fabricación de balas.
Gracias únicamente al interés manifestado por Fernando VII y, sobre todo, por su segunda esposa, Isabel de Braganza, se inició, a partir de 1818, la recuperación del edificio, con fondos aportados por el rey de su “bolsa personal”.
El 19 de noviembre de 1819 se inauguró discretamente el Museo Real de Pinturas, denominación inicial de la institución. Contaba entonces con trescientos once cuadros, expuestos en tres salas, todos ellos de pintores de la escuela española, aunque almacenaba muchos más. En años sucesivos se fueron añadiendo nuevas salas y nuevas obras de arte.
Inicialmente el museo fue una dependencia más del patrimonio de la Corona. Tras el destronamiento en 1868 de Isabel II, el museo pasó a formar parte de los “bienes de la Nación” mediante la Ley de 18 de diciembre de 1869, que abolió el patrimonio de la Corona. Esta ley, no obstante, estableció un conjunto de bienes destinados al uso y servicio del monarca, pero entre ellos no incluyó al museo. El 14 de mayo de 1920 recibió oficialmente la actual denominación de Museo Nacional del Prado, que era como se lo conocía habitualmente ya con anterioridad, por haberse construido el edificio en terrenos del antiguo Prado de los Jerónimos.
En las décadas posteriores se fueron integrando otras colecciones y vivió distintas épocas de bonanza y precariedad hasta que llegó la Guerra Civil (1936). Una gran parte de las obras maestras del Prado fueron evacuadas, ante el temor de que los bombardeos del bando franquista destruyesen el edificio y su contenido. Sufrieron un largo periplo a lo largo de diversos lugares del levante español (Valencia, Cataluña) hasta llegar en tren a Ginebra, donde protagonizaron una exposición que, durante tres años, generó interés internacional y atrajo 400.000 visitas.
Tras la fratricida contienda, las obras regresaron a “casa”, volviendo a su lugar original. En 1995, un acuerdo parlamentario suscrito por los dos principales partidos de las Cortes, puso al museo a salvo de los vaivenes políticos y proporcionó la calma necesaria para un proceso de modernización, que incluía cambios jurídicos además de una necesaria ampliación.
Teníamos la hora de entrada a las 16:45, así que, para hacer tiempo nos comimos un sándwich que traíamos de casa. Luego, canjeamos la reserva que había sacado on-line, por las entradas oficiales y tras dejar en la consigna las dos mochilas y recoger el aparato de la audio-guía, nos sumergimos de lleno entre los cientos de cuadros que cuelgan en sus paredes. La única pega es que no dejan hacer fotografías, ni con flash, ni sin flash. ¡! Es una putada ¡!
La reserva sacada por Internet para entrar al Museo del Prado.
La entrada por la Puerta de los Jerónimos, el hall y la escultura "Defensa de Zaragoza" de José Álvarez Cubero, sita en ese mismo hall. Eso es todo lo que dejaban fotografiar.
HORARIO DEL MUSEO
De lunes a sábado: 10:00 a 20:00 h
Domingos y festivos: 10:00 a 19:00 h
* 6 de enero, 24 y 31 de diciembre: 10:00 a 14:00 h
* 1 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre CERRADO
Las entradas oficiales: 15 € los adultos y gratis menores de 18 años.
Información:
Tel: 910683001
No se permite grabar ni hacer fotografías
DIRECCIÓN:
Paseo del Prado s/n
28014 Madrid
Planta 0:
Allí encontramos obras de:
Sorolla (Chicos en la playa), Durero (Autorretrato), Jan Bruegel (El triunfo de la Muerte), Goya (con las obras del alzamiento contra los franceses en mayo de 1808 y su colección de “pinturas negras”), El Bosco (El jardín de las delicias) …
Chicos en la playa ( Sorolla ).
Madrid alzamiento 2 de mayo 1808 ( Goya ).
Madrid fusilamientos 3 de mayo 1808 ( Goya ).
El Jardín de las Delicias (El Bosco).
Planta 1:
En esta volvimos a encontrarnos con:
Goya (con sus obras de la familia real y las dos “majas”) y además… Rubens (Las tres Gracias), Van Dyck (Sir Endymion Porter y Antonio van Dyck), Murillo (La Inmaculada Concepción), Velázquez (con su etapa en la casa real, Las Meninas, La Rendición de Breda…), Ribera (Issac y Jacob), El Greco (El caballero de la mano en el pecho), Tiziano (La vacanal de los andrios), Caravagio (David, vencedor de Goliat)…
La maja desnuda (Goya) y El caballero de la mano en el pecho (El Greco).
La rendición de Breda (Velázquez).
Las tres gracias (Rubens).
Las meninas (Velázquez).
Planta 2:
Tras dar un par de vueltas encontramos el acceso a esta planta donde seguimos viendo a:
Rubens (Saturno, La Fortuna, Sátiro, La boda de Tetis y Pelco, Mercurio y Argo, además de otras obras de su serie mitológica), Goya (con su colección para tapices) y nos encontramos, además, con un maravilloso Rembrandt del que había obras cedidas por otros museos (Judit en el banquete de Holofernes, La Sagrada Familia, La expulsión de los mercaderes del templo, El banquete de Baltasar) …
Saturno devorando a un hijo (Rubens).
Mercurio y Argo (Rubens).
La vendimia (Goya).
Judit en el banquete de Holofernes (Rembrandt).
La expulsión de los mercaderes del templo (Rembrandt).
Nota:
Todas las imágenes de los cuadros están bajadas de Internet. En el Museo del Prado no se puede hacer fotos, ni con flash, ni sin él.
Panorámica del Museo del Prado desde las antepuertas de los Jerónimos.
Los dos grandes maestros que presiden el Museo del Prado.
La iglesia de los Jerónimos sita detrás del Museo del Prado.
Cuando nos dimos cuenta eran las 19:45. Habían pasado tres horas y, por lo menos yo, no me había dado ni cuenta. Disfruté mucho y mi hijo, según me dijo, también. Tras una panorámica y unas fotos de la fachada de Velázquez, fuimos hasta la estación de Atocha y cogimos el cercanías que dirección Parla, nos dejaría en Getafe Centro. Allí estaría esperando mi cuñado para acompañarnos a su casa que dista apenas diez minutos de la estación.
El billete recargable de cercanías de Renfe.
Tras cenar y charlar un buen rato con la familia, nos fuimos a descansar. Estábamos derrotados, la jornada había sido muy intensa y el calor no ayudaba demasiado…
Madrid
Nos levantamos sobre las 08:30. Habíamos descansado bien. Desayuno, una ducha y a eso de las 09:30 salimos con destino al Santiago Bernabéu. Cogimos el tren de cercanías en Getafe Centro. Recargamos el billete y, por 1.85 € cada
uno, viajamos hasta el centro de Madrid, bajando en la parada Nuevos Ministerios. Desde allí, hasta el estadio de fútbol, apenas 10 minutos a pie. Llegamos a las 10:40 a la puerta 55 que era por donde se accedía para hacer el tour. Nuestra reserva era para las 11:00 de la mañana, pero la chica que estaba en la puerta nos dijo que pasáramos, así que, entramos directamente. Nada más entrar, le hicieron la foto de rigor con la “orejona” número 14. Mi hijo estaba radiante, emocionado y feliz.
La reserva para hacer el tour.
Desde allí se entraba a la zona de trofeos… Primero los nacionales, luego los internacionales, los balones y las botas de oro, luego camisetas históricas, fotos de las leyendas del club…
Fotografía tras fotografía fuimos recogiendo todos esos momentos, aunque los reflejos de las luces -colocadas así a propósito- y el trajín de gente, no dejaban hacer gran cosa.
Iosu con la "orejona".
Las diferentes salas de trofeos y la foto con vistas al estadio.
Así fuimos recorriendo todo el “laberinto” de salas hasta llegar a la maqueta del nuevo estadio. Una obra espectacular. Después, una pequeña sala recogía los trofeos de la sección de baloncesto y finalmente se salía a las gradas del campo, justo por encima de los vestuarios. Se supone que el tour original te da acceso a los vestuarios y a la sala de prensa y demás, pero, como el estadio está en obras -desde sus entrañas hasta los graderíos más altos- se ve que ese último tramo del tour estaba capado. Mi hijo se quedó un poco desilusionado, pero, que se le va a hacer, eso era lo que había… Me imaginaba que, cuando viese el partido en directo, esas sensaciones se le pasarían.
Sobre las 13:00 horas salimos del Bernabéu. Cogimos el metro en esa misma estación (Bernabéu) y nos dirigimos hasta Sol donde nos esperaba mi hermana para dar una vuelta por el Madrid más “castizo”. Al salir a la superficie nos llevamos otra gran desilusión.
¡! La Puerta del Sol estaba en obras ¡!
La Puerta del Sol fue en sus orígenes uno de los accesos de la cerca que rodeaba Madrid en el siglo XV. Esta cerca recogía en su perímetro los arrabales medievales que habían ido creciendo extramuros, en torno a la muralla cristiana del siglo XII. El nombre de la puerta proviene de un sol que adornaba la entrada, colocado ahí por estar orientada precisamente hacia el levante.
Aunque desde los siglos XVII al XIX la puerta tenía importancia como lugar de encuentro no era una plaza definida, como la Plaza Mayor, y ocupaba la mitad del espacio actual. La Casa de Correos fue construida entre 1766 y 1768. Será esta la que empiece a sentar las bases urbanísticas de lo que hoy es la Puerta del Sol y su creciente importancia como punto céntrico de Madrid. Tras la conversión de la Casa de Correos en sede del Ministerio de Gobernación (1847), se derriban algunas casas de la zona y entre 1857 y 1862 se lleva a cabo la gran reforma de la plaza, dándole su fisonomía actual. Para ello mantienen la alineación de la Casa de Correos en uno de los lados y construyen edificios de viviendas con fachadas uniformes definiendo un espacio de forma semicircular.
Desde 1950 se encuentra allí el denominado kilómetro cero de las carreteras radiales del país. En la fachada de la Casa de Correos destaca el reloj de torre, cuyas campanadas de las 12 de la noche del 31 de diciembre marcan la tradicional toma de las doce uvas y el inicio de un nuevo año. Otro hito importante es la estatua del Oso y el Madroño, erigida en 1967 enfrente del edificio del antiguo Hotel París. El último elemento añadido, en 1994, es la estatua ecuestre de Carlos III.
Las elegantes placas que anuncian los nombres de las calles en el centro de Madrid.
Un perímetro de vallas de unos dos metros de altura, forrados con una tupida red negra, impedían ver nada del interior de la plaza. Ni el oso y el madroño, ni el “Km 0”, ni tan siquiera una vista en condiciones de la fachada donde está el reloj que da las campanadas de cada año en Noche Vieja.
Para aliviar la frustración, entramos por la calle Preciados y, giramos a la izquierda, para comernos un pincho en el bar Casa Labra, en la calle de Tetuán. Uno de los bares con solera del centro de Madrid. Las croquetas y el bacalao rebozado con un fino crujiente son sus especialidades… Estaba a tope.
Dos vistas de la Plaza Mayor, con la estatua ecuestre de Felipe II.
EL Palacio Real desde la Plaza de la Armería.
Con un poco de disgusto, pero el estómago algo más contento, nos encaminamos callejeando por el centro hacia la impresionante Plaza Mayor. Los inicios de la Plaza Mayor se remontan al siglo XVI, cuando en la confluencia de los caminos de Toledo y Atocha, a las afueras de la villa medieval, en el lugar conocido como “Plaza del Arrabal”, se celebraba el mercado principal de la villa. En esa época, para regular el comercio, se construyó allí una primera casa porticada, o lonja.
Tras haber trasladado la corte a Madrid en 1560, Felipe II encargó el proyecto de remodelación de la “Plaza del Arrabal” que se inició en 1561 con el derribo de las antiguas “casas de manzanas”. Tras la muerte del monarca, su sucesor, Felipe III, encargó en 1617 la finalización de las obras que acabarían en 1619.
Desde sus inicios, fue el principal mercado de la villa, tanto en alimentación como en otros géneros al instalarse en sus soportales los principales gremios. Pero, además, la plaza tuvo otros usos. Fue escenario de numerosos actos públicos, como corridas de toros, actos de fe, ejecuciones públicas e, incluso, la beatificación de San Isidro, patrón de Madrid.
La Plaza Mayor ha sufrido tres grandes incendios en su historia; 1631, 1672 y el último incendio, que arrasó un tercio de la plaza, tuvo lugar en 1790. Las obras de reconstrucción se prolongarían hasta 1854. En 1848, se colocó la estatua ecuestre de Felipe III en el centro de la plaza.
En la década de 1960 se acometió una restauración general, que la cerró al tráfico rodado, sustituyó la teja árabe de los tejados por pizarra y habilitó un aparcamiento subterráneo bajo la plaza.
La estatua ecuestre de Felipe III que se encuentra en el centro de la plaza Mayor fue un regalo del entonces gran duque de Florencia para el rey de España. Inicialmente se ubicó en la Casa de Campo.
En 1848 la reina Isabel II ordenó su traslado desde su emplazamiento anterior a la plaza Mayor.
Posteriormente, la estatua sufrió diversas peripecias:
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Tras la proclamación de la I República española se decidió retirarla a un almacén.
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Llegado al trono Alfonso XII, la estatua fue repuesta en la plaza Mayor.
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En 1931, proclamada la II República, fue víctima de un atentado. Los daños del atentado fueron subsanados y desde entonces ha permanecido en la Plaza Mayor.
Luego nos dirigimos, cruzando el arco que da acceso a la calle de Ciudad Rodrigo, hacia el Palacio Real. Otra maravillosa construcción que impresiona por su majestuosidad. La cola para acceder al interior era bastante larga y optamos por dejarlo para otra ocasión. Desde allí fuimos a ver la Catedral de la Almudena. Si os digo la verdad, este, es el edificio que menos me gustó. No es como otras catedrales que he visto ( y van unas cuantas ), es más moderna y estéticamente no me llenó en ningún aspecto.
La Guardia Real en la puerta del Palacio.
La Catedral de Santa María Real de la Almudena.
El Palacio Real de Madrid, es la residencia oficial del rey; no obstante, los actuales reyes no habitan en él, sino en el Palacio de la Zarzuela, por lo que es utilizado para ceremonias de Estado y actos solemnes.
Con una extensión de 135.000 m² y 3.418 habitaciones (casi el doble que el Palacio de Buckingham o el Palacio de Versalles), es el palacio real más grande de Europa occidental y uno de los más grandes del mundo. Alberga un valioso patrimonio histórico-artístico. Las salas de Estado y las colecciones artísticas están abiertas a las visitas siempre que no haya actos oficiales. Es conocido popularmente como Palacio de Oriente, debido a su ubicación en la plaza homónima, llamada así al estar situada al este del palacio.
Un poco de historia
El antecedente directo del Palacio de Oriente fue el Real Alcázar, fortaleza levantada en el mismo solar donde hoy se alza la construcción barroca. Su estructura fue objeto de varias reformas —sobre todo la fachada—, pues el rey Enrique III de Castilla lo convirtió en una de sus más frecuentadas residencias, tras lo que el recinto obtiene el adjetivo de «real». Su hijo Juan II edificó la Capilla Real y varias dependencias. Sin embargo, durante la guerra de Sucesión castellana (1476) las tropas de Juana la Beltraneja fueron sitiadas en el alcázar, lo que ocasionó algunos destrozos en el viejo castillo.
El emperador Carlos I comenzó con reformas en el alcázar, empleando ya una arquitectura renacentista, pero fue realmente Felipe II quien impulsó mayores obras contratando a artistas de Italia, Francia y los Países Bajos. Fue por entonces cuando se construyó la llamada Torre Dorada y la Real Armería, derribada en 1894. Felipe III, Felipe IV y Carlos II continuaron con este proyecto.
Cuando llegó al trono Felipe V de Borbón en 1700 consideró que el antiguo alcázar era demasiado austero y estaba anticuado por lo que acometió nuevas reformas. La reina María Luisa Gabriela de Saboya por su parte y la Princesa de los Ursinos redecoraron las estancias al gusto francés. El incendio parcial del Alcázar en la Nochebuena de 1734 fue una buena excusa para demolerlo casi por completo (exceptuando parte de los cimientos y algunas estructuras) y construir un nuevo palacio más acorde al gusto de la época y la nueva dinastía.
La construcción del nuevo palacio se inició en 1738. Para evitar futuros incendios el nuevo palacio sería enteramente de fábrica, con cubiertas abovedadas, limitando el uso de madera únicamente a carpinterías y estructuras de cubierta.
Carlos III fue el primer monarca que habitó de forma continua el palacio y fue Alfonso XIII el último monarca que vivió en él, aunque Manuel Azaña, presidente de la Segunda República, también habitó en el mismo, ocupando las habitaciones que anteriormente había ocupado la reina María Cristina y siendo, por tanto, el último jefe de Estado que lo hizo. Durante ese periodo fue conocido como Palacio Nacional. Todavía hay una sala que se conoce por el nombre de "el despacho de Azaña".
La Catedral de la Almudena, oficialmente Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Santa María la Real de la Almudena, es una catedral de culto católico, dedicada a la Virgen María bajo la advocación de la Almudena, y sede episcopal de Madrid.
Construida muy cerca del emplazamiento de la antigua iglesia de Santa María de la Almudena, que se levantó a su vez sobre una mezquita, está dedicada a la patrona de Madrid. El nombre de esta virgen y catedral derivan de la palabra árabe al-mudayna, que significa "ciudadela".
La catedral está ubicada en el centro histórico de la ciudad de Madrid. Tiene una orientación norte-sur, para integrarla en el conjunto del Palacio Real, mirando de frente al mismo. Es el principal templo de la Archidiócesis de Madrid. Se trata de un edificio de 102 metros de longitud y 73 de altura máxima, construido desde finales del siglo XIX a finales del XX, en diferentes estilos arquitectónicos: neoclásico en el exterior, neogótico en el interior y neorrománico en la cripta.
Los orígenes de la catedral de la Almudena pueden situarse en la pequeña iglesia de Santa María de la Almudena, de origen tardomedieval, que se emplazaba a pocos metros de la actual catedral.
El día 4 de abril de 1883 el rey Alfonso XII puso la primera piedra del nuevo edificio, que sería la futura catedral de Madrid, en unos terrenos que, por mediación de la reina María de las Mercedes de Orleans, muy devota de la Virgen de la Almudena, fueron cedidos por el Patrimonio real en 1879.
Cuenta la leyenda...
… Que cuando en 1083 el rey Alfonso VI de León conquistó Madrid y expulsó a los musulmanes, se obsesionó con encontrar un valioso icono de la Virgen María que siglos atrás había sido escondido entre los muros de la ciudadela para que estuviera a buen recaudo. Incapaz de localizar la figura perdida, el rey se entregó a la oración hasta que una sección de los muros se derrumbó y dejó a la vista la imagen, todavía iluminada por las velas con las que había sido sepultada siglos atrás.
De regreso hacia la Plaza Mayor paramos a charlar con dos barquilleros que, bajo la sombra de los grandes árboles de la plaza, gritaban para vender su producto. En realidad, quería hacerles unas fotografías ya que, estos individuos, son una “especie en extinción” … ;-)
Resultó que, ante el miedo a una reacción negativa, me encontré con unos tipos súper agradables, incluso podría usar coloquialmente la palabra “cachondos”. Se fijaron que mi hijo llevaba puesta la gorra del Real Madrid y ese fue el vínculo que hizo enlazar una grata conversación.
Desde allí, con fuerzas renovadas, salimos por la Calle Toledo y, tras ver el famoso restaurante llamado Las Cuevas de Luis Candelas, nos tomamos un café con hielo en un bar del centro. Hacía mucho calor.
El Teatro Real con la estatua de Felipe IV.
Iosu con los barquilleros madrileños.
Hablaron con el crío de las sensaciones que emanan del estadio, de las tardes de Champions, de las copas ganadas… Yo aproveché a hice mis fotos y después nos despedimos cordialmente. Gracias caballeros.
Entramos nuevamente en la Plaza Mayor, esta vez para comer el típico bocadillo de calamares en otro de los bares con solera, Casa Rua. Dos bocadillos y dos cervezas dobles nos costaron 11,80 €. Iosu se había comido una hamburguesa en otro establecimiento.
EL edificio del Congreso y uno de los leones de la entrada.
Posteriormente pusimos rumbo al Congreso de los Diputados. Salimos por la Calle Mayor y llegamos hasta la Carrera de San Jerónimo. Desde allí, cruzando por la Plaza de Canalejas, llegamos al Congreso.
Por Dios... ¡! Que mala suerte ¡!
El edificio también estaba en obras y uno de los famosos leones lo estaban restaurando. Hice unas fotos como buenamente pude y seguimos hasta la Plaza de Neptuno. Nos tomamos un café en un bar frente a la fuente y allí se despidió mi hermana.
El Palacio de las Cortes es el edificio que alberga el Congreso de los Diputados, una de las dos Cámaras de las Cortes Generales, el Parlamento español. Está situado en la plaza de las Cortes de Madrid, entre la calle de Zorrilla y la Carrera de San Jerónimo, a escasa distancia del paseo del Prado. Es uno de los edificios emblemáticos del Madrid del siglo XIX, de estilo neoclásico.
Iosu y yo decidimos seguir con la visita para aprovechar la tarde… Cruzamos la carretera hasta la acera del Paseo del Prado y desde allí nos acercamos hasta la Plaza de Cibeles. Hicimos unas fotos a la plaza y al ayuntamiento. Luego, subimos por la Calle de Alcalá...
La Fuente de Neptuno.
La fuente de Neptuno es una fuente de estilo neoclásico dentro de la Plaza de Cánovas del Castillo. En su origen estuvo situada en la bajada de la carrera de San Jerónimo, mirando a la fuente de Cibeles, pero fue trasladada al centro de la citada plaza en 1898. La fuente se alza sobre un gran pilón circular en cuyo centro se encuentra la figura de Neptuno, dios del mar, una de las doce divinidades del Olimpo, es hijo de Saturno y Rea, y hermano de Júpiter. Se presenta con una culebra enroscada en la mano derecha y el tridente en la izquierda, erguido sobre un carro formado por una concha tirada por dos caballos marinos con cola de pez (hipocampos). Alrededor del carro nadan focas y delfines.
La Fuente de Cibeles.
La fuente de Cibeles representa a la diosa madre romana Cibeles, identificada en el panteón griego con Rea, madre de los dioses olímpicos y símbolo de la tierra y la fecundidad, sobre un carro tirado por dos leones que representan a los personajes mitológicos Hipómenes (o Melanión) y Atalanta, la gran cazadora del grupo de Artemisa.
Cuenta la leyenda...
... Que Hipómenes se enamoró de Atalanta y consiguió sus favores con la ayuda de Afrodita y el truco de las manzanas de oro, pero al cometer los amantes sacrilegio cuando se unieron en un templo de Cibeles, Zeus se enfureció y les convirtió en leones condenándolos a tirar eternamente del carro de la gran diosa.
Un poco de historia
En la segunda mitad del siglo XVIII surge en Europa la Ilustración, un movimiento que incluye renovación ideológica, política y también artística, primando el Neoclasicismo como una revisión de los cánones y de la mitología griega y romana. El rey Carlos III vendrá de Italia fuertemente influenciado por la Ilustración, emprendiendo una serie de reformas urbanísticas en Madrid como eran el alumbrado público y el adoquinado de calles. Además, incorporó una serie de fuentes esculpidas con
motivos mitológicos clásicos (Fuente de Neptuno, Fuente de Apolo, Fuente de Cibeles), la Puerta de Alcalá, un Museo de Ciencias Naturales (el actual Museo del Prado), el Real Jardín Botánico, el ajardinamiento de la zona y otras propuestas que finalmente no se materializaron. Estas reformas de la capital también adquieren una relevancia estética. El objetivo es situar a la capital de España, Madrid, al nivel estético de ciudades europeas como París o San Petersburgo.
La fuente de Cibeles y el impresionante edificio del Ayuntamiento de Madrid.
La calle de Alcalá desemboca en la famosa Puerta de Alcalá. Esta, es una de las cinco antiguas puertas reales que daban acceso a la ciudad de Madrid, junto con la Puerta de Toledo, la Puerta de Hierro, la Puerta de Felipe IV y la Puerta de San Vicente.
La Puerta de Alcalá se encuentra situada en el centro de la rotonda de la Plaza de la Independencia, en el cruce de las calles de Alcalá, Alfonso XII, Serrano y Salustiano Olózaga, junto a las puertas del Parque del Retiro.
La Puerta de Alcalá envuelta en una red para cubrir las obras.
Daba acceso a aquellos viajeros que, antiguamente, entraban en la población desde el norte (Francia o Aragón). Fue construida en 1778 por mandato de Carlos III, en sustitución de otra puerta anterior que existía ya desde el siglo XVI. El diseño y obra pertenece al arquitecto italiano Francesco Sabatini. Se trata de una puerta de estilo neoclásico y aspecto monumental similar a los Arcos de Triunfo romanos. Fue declarada monumento histórico-artístico en 1976.
Sí, todo muy bien, pero… Lo cierto es que me acerqué, crucé la calle hasta un jardín central y me puse a enfocar. Entonces me di cuenta de que entre los arcos la imagen se veía “distinta”...
Afiné la mirada y entonces observé, anonadado, que estaba envuelta en una tela con la imagen de la construcción impresa a todo color… ¡! No ¡!
¡! Maldita sea ¡! ¡! También estaba en obras ¡!
Esto parecía ya una maldición, un gafe terrible que alguien nos hubiese echado encima… Decepcionado, “tiré la toalla”, estaba claro que de este viaje no iba a sacar buenas fotos.
Aceptando mi “derrota”, decidimos entrar al Parque del Retiro y atravesarlo de lado a lado para salir en la estación de Atocha… Cruzamos los dedos y, con la idea de encontrar cualquier cosa patas arriba, entramos por la Puerta de la Independencia y fuimos caminando hacia el sur bajo un sol de justicia. Eran las cinco de la tarde y marcaba 38ºC …
EL Estanque Grande del Retito, con sus barcas de remo.
Con 125 hectáreas y más de 15.000 árboles, el Parque de El Retiro es un remanso verde en el centro de Madrid. Especial atención merece "el ahuehuete", el árbol más antiguo de Madrid, del que se dice que está allí desde 1630 ( podría tener alrededor de 400 años ). Desde el 25 de julio de 2021, es reconocido, junto al Paseo del Prado, como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
No es solo uno de los pulmones de Madrid, sino que ofrece también cultura, ocio y deporte. Entre sus elementos arquitectónicos e históricos más importantes se encuentran: el Estanque Grande, el Palacio de Velázquez y el Palacio de Cristal, ambos utilizados actualmente como salas de exposiciones del Museo Reina Sofía. El Palacio de Cristal, pabellón romántico creado para dar cabida a una muestra de plantas exóticas en la Exposición de Filipinas de 1887, es uno de los principales ejemplos de la arquitectura del hierro en España.
Sabías que...
Ya en el siglo XVII hay diversas referencias a la instalación de animales en el Retiro, concretamente en 1634, pero, los antecedentes más directos de un zoológico en Madrid se remontan a 1774, cuando Carlos III mandó construir un parque de animales al sur del solar donde hoy se ubica el Museo del Prado. Este era el segundo zoológico de Europa después del de Viena. Al inicio, la visita a estas instalaciones era privilegio exclusivo de monarcas y aristócratas. La invasión francesa supuso un duro revés para la Casa de Fieras, pues muchos animales perecieron.Tras la liberación, Fernando VII e Isabel II, sucesivamente, fueron mejorando las instalaciones, hasta completar una variada colección.
Con la Revolución de 1868, se abrió el parque del Buen Retiro al público y el Ayuntamiento asumió su gestión. Tras unos años de vaivenes, la Guerra Civil casi llevó al zoo a su desaparición, pero, posteriormente, la II Guerra Mundial sirvió de revulsivo al acoger en Madrid animales de zoológicos alemanes, sobre todo de Berlín y Múnich.
Finalmente, el 22 de junio de 1972 se cerró definitivamente la Casa de Fieras del Retiro y se inauguró el zoo de la Casa de Campo. A la hora del traslado se contabilizaron más de 550 ejemplares correspondientes a 83 especies.
Largos paseos entre árboles que ofrecen una agradable sombra.
La Fuente de los Galápagos con un par de detalles.
Además, El Retiro alberga esculturas y fuentes notables como son el monumento a Alfonso XII, el reservado de Fernando VII, con la Casa del Pescador, la Montaña Artificial y la Casa del Contrabandista.
Destacan, además, la estatua de El Ángel Caído, única escultura en el mundo que representa al diablo; la noria de agua, la fuente de los Galápagos, que conmemora el nacimiento de Isabel II …
Dos vistas de la estatua El Ángel Caído, que representa al diablo.
Dos vistas del Palacio de Cristal.
Sabías que...
El Parque del Buen Retiro fue, en su día, escenario de un zoo humano. Así es, ya que, en mayo del año 1887, llegaron al Retiro 43 indígenas filipinos junto a algunos igorrotes, un “negrito”, varios tagalos, chamorros, carolinos, moros de Joló y un grupo de bisayas y, todos ellos, fueron expuestos junto a la Casa de Fieras. Este macabro negocio fue idea del mercader de animales Carl Hagenbeck, con el consentimiento de la reina regente María Cristina.
Imágenes de algunos de los indígenas que estuvieron en la Casa de Fieras del Retiro.
Después de hacer unas fotos a la estatua del Ángel caído, bajamos por la Cuesta de Moyano (donde Carlos III ubicó la primera Casa de Fieras allá por 1774) y salimos al Paseo del Prado. Desde allí, hasta la estación, apenas diez minutos a pie. Entramos, recargamos el billete y bajamos a la vía 7 por donde entraba el tren con destino a Parla.
Bajamos en Getafe Centro y fuimos a casa de mi hermana. Cenamos en casa los cuatro juntos. Luego, tras un rato de charlando con mi hijo sobre las vivencias de estos días nos fuimos a descansar. El día había sido muy intenso y había que cargar pilas porque mañana tocaba ir al Bernabéu a ver el partido.
La estación de Atocha
Madrid
Llegó el día del partido. El crío se despertó algo nervioso. Nos levantamos a las 08:30 para andar tranquilos. Bajé a la panadería y compré unos croisants para desayunar y unos bollos de pan para hacer un bocadillo. Luego, ya en casa,
desayunamos tranquilamente con mi hermana. El plan para el día de hoy era ver el fútbol y, después, ya que coincidía el final de la Vuelta Ciclista a España, ver el último sprint en la Castellana.
El partido comenzaba a las 14:00, en pleno foco de calor. Una hora bastante mala para el tema de comidas… Si quieres comer antes tienes que hacerlo a las 12:00 y si lo dejas para después del partido te dan las 17:00 horas. Así que, llevamos un “bocata” y nos lo comeríamos cuando tuviésemos hambre.
Salimos de casa a las 12:00. Cogimos el cercanías hasta Nuevos Ministerios y luego fuimos andando hacia el Bernabéu. Como andábamos con tiempo, tomamos un pote en “La Divina de Castellana”, un restaurante con terraza al lado del estadio. Nos sacudieron 8 € por un mosto y una caña, pero, bueno, la ocasión lo merecía. Luego, alrededor de las 13:00 horas fuimos hacia el campo. Buscamos la puerta correspondiente y subimos tres pisos hasta encontrar nuestro sitio.
Se veía muy bien. Un piso más abajo hubiese estado mejor, pero los precios eran desorbitados.
Enseguida salieron a calentar los futbolistas y cuando nos dimos cuenta estaban presentando a los jugadores. Cuando llegó el momento de los madridistas mi hijo se puso a corear los nombres como otro forofo más…
.- Con el número 1, Thibaut… ¡! COURTOIS ¡!
.- Con el número 2, Dani… ¡! CARVAJAL ¡! ... ... ...
.- Con el número 20, Vinicius… ¡! JUNIOR ¡!
El crío disfrutaba de lo lindo y yo disfrutaba al verlo feliz. Seguro que el abuelo, desde algún lugar, estaba disfrutando también…
Iosu en las inmediaciones del Santiago Bernabéu.
La entrada digital para acceder al partido.
El Santiago Bernabéu.
El partido empezó mal para los “merengues”, porque, en el minuto 35 aproximadamente se adelantó el Mallorca por medio de Muriqi. El equipo mallorquín estaba bien colocado en el campo y el Madrid no llegaba con peligro.
Pero, al borde del descanso, en el tiempo añadido, una jugada personal de Valverde, sirvió para irse al descanso con un 1 – 1 en el marcador. Mi hijo estalló de alegría cuando el uruguayo coló el balón por toda la escuadra… Sinceramente, un golazo. En la reanudación fue un partido completamente distinto. Según pasaban los minutos, el Mallorca se mostraba más vulnerable y el Madrid apretó el acelerador. En el minuto 72 llegó la apoteosis. Vinicius Junior colocaba el 2 – 1 y, Iosu, se volvía loco. El Mallorca intentó reaccionar, pero el Madrid le contestó con el 3 – 1 obra de Rodrygo en el minuto 89.
Mi hijo, Iosu, disfrutando con el partido.
Cuando se estaba celebrando todavía ese tercer gol, Rüdiger ponía el 4 – 1 definitivo en el tiempo añadido. La fiesta fue total y mi hijo participó de ella como el que más. Desde luego, se llevaba un buen recuerdo de su primer partido en el Santiago Bernabéu.
Marcador final en el Santiago Bernabéu.
Final del partido, era momento de festejar cantando el himno del Madrid y agitando la bufanda… Luego, cuando el estadio se vació un poco y bajaron la intensidad de los cánticos, nos pusimos en marcha. Salimos a la calle y nos sentamos en uno de los jardines del Paseo de la Castellana. Allí, tranquilamente, nos comimos el bocadillo y miré en Internet los horarios que marcaba la Vuelta…
¡! Joder ¡! Hasta cerca de las 20:00 no terminaba la etapa. Eran las 16:00 horas, hacía un calor infernal y estábamos cansados. El crío me pidió que le llevase a casa y, si yo quería, que viniese luego a ver los ciclistas. Finalmente decidí ir a casa y ver la etapa desde allí con una cervecita y un pincho…
Cogimos el cercanías nuevamente en Nuevos Ministerios y a las 17:00 estábamos en Getafe. Fuimos directos a casa. Luego, tras contarles a mi hermana y mi cuñado el desarrollo del partido, reviviéndolo de nuevo con todo su énfasis, salimos a dar una pequeña vuelta y pasear al perro.
Regresamos y recogimos todo. Cenamos pronto y sobre las 22:30 nos acercaron a la Avenida de América para coger el autobús de regreso a casa… El viaje se terminaba.
Madrid - Donostia
A las 00:20 horas del lunes, el conductor del autobús empezó a pedir los billetes para ir colocando a la gente en sus asientos. Una mujer se quedó en tierra porque su billete estaba
sacado para las 00:30 horas del domingo día 11, un error muy común cuando se viaja en esa franja horaria. ¡! Qué putada ¡!
El conductor no pudo hacer nada, porque el autobús iba lleno hasta la bandera. Esa tarde había jugado la Real Sociedad en Getafe y gran parte del autobús era de hinchas donostiarras. Por cierto, la Real perdió ese partido 2 – 0.
Salimos puntuales. Nada más dejar Madrid atrás, la gente empezó a “acurrucarse” y el autobús quedó en un silencio sepulcral. Todos aprovechamos para dormir o intentar dormir un rato…
El billete de vuelta.
Tras un par de cabezadas estábamos en Burgos. Luego, de otro tirón llegamos a Vitoria-Gasteiz… Finalmente, a las 06:40 horas de esa mañana de lunes, llegamos a Donostia.
Rosa estaba esperándonos y nos llevó a casa. Mi hijo se acostó un rato. Yo, me di una ducha, desayuné un poco y cogí mi coche para ir a trabajar. A media mañana me dio un bajón y se me hizo un poco cuesta arriba, pero, pasó la jornada y todo volvió a sus horarios habituales.
P.D.
La promesa del abuelo estaba cumplida, aunque no lo llegó a ver, esto es obra suya. Mi hijo hizo realidad su sueño y siempre recordará que ese primer partido en el Bernabéu fue gracias a su abuelo, quien le hizo aficionarse al Real Madrid. D.E.P.
Cuando terminéis con las obras...
!! Volveremos !!
© F. J. Preciado 2022