"La vida, como la fotografía, consiste en positivar lo negativo"
Agosto de 2022
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Bélgica y Luxemburgo
Por fin, una pica en Flandes
Anochecer viendo los muelles de Graslei y Korenlei desde el puente de San Michel en Gante.
Después del apasionante viaje por Islandia con mi pareja y mis amigos, ahora tocaba salir con mi hijo. En un principio, la idea había sido visitar Irlanda -la isla esmeralda-, pero, la intención de pasar desde Bilbao hasta Comenara, cruzando el mar en un ferry, se vio truncada por la falta de pasajes libres, ya que se habían agotado rápidamente. Así que, esa idea, quedó pospuesta para otra ocasión. Como la experiencia por tierras polacas con la compañía Flixbus había sido tan buena, me aventuré a organizar esta salida únicamente con ellos, sin vuelos ni coches de alquiler. Esta es la crónica de este viaje, una nueva aventura, esta vez por la histórica región de Flandes, visitando Luxemburgo, Bruselas, Amberes, Brujas y Gante.
Esta aventura hubiera sido "completa" visitando también los Países Bajos, pero, como esa salida la quiero hacer con mi pareja, en esta ocasión, me centré más en la zona de Flandes. Este es plano del recorrido de este intenso viaje cargado de historia, arquitectura medieval y obras maestras de los artistas flamencos.
* Itinerario del viaje:
Día 04 / Donostia - París ( Bercy )
Día 05 / París ( Bercy ) - Luxemburgo
Día 06 / Luxemburgo
Día 07 / Luxemburgo - Bruselas
Día 08 / Bruselas
Día 09 / Bruselas - Amberes
Día 10 / Amberes
Día 11 / Amberes - Brujas
Día 12 / Brujas
Día 13 / Brujas
Día 14 / Brujas - Gante
Día 15 / Gante
Día 16 / Gante
Día 17 / Gante - Lille
Día 18 / Lille - Donostia
En total 2.740 Kms de recorrido en los autobuses de Flixbus, atravesando tres países; Francia, Luxemburgo y Bélgica.
Mapa del recorrido.
Sabías que...
" Poner una pica en Flandes " es una frase coloquial que tiene el significado de "ser mucha la dificultad para conseguir algo". La frase hace referencia a lo difícil que era, en tiempos de Felipe IV, encontrar reclutas españoles que quisieran alistarse y tomar "la pica" para pasar a servir en los Tercios de Flandes.
"La pica" era una lanza larga, compuesta generalmente de un asta con hierro pequeño y agudo en el extremo superior, característica de la infantería española de los siglos XVI y XVII. Esta arma, conocida y empleada ya por griegos y romanos, se volvió a introducir en los ejércitos europeos a finales de la Edad Media y fue, posteriormente, adoptada por las tropas francesas e inglesas en los siglos XV y XVI. En España, la adopción de la pica fue tardía, pero, una vez introducida, su uso fue intenso, hasta el punto de que fueron las tropas españolas las que supieron sacar mejor partido de ella. Especialmente destacado fue su concurso en las campañas emprendidas por los tercios españoles en Flandes, territorio que estuvo bajo la soberanía hispánica desde mediados del siglo XVI hasta principios del XVIII.
Un poco de historia para ponernos en situación:
Luxemburgo
Luxemburgo, denominado oficialmente Gran Ducado de Luxemburgo, es uno de los veintisiete Estados soberanos que forman la Comunidad Económica Europea. Se trata de un estado sin litoral, rodeado por Alemania, Bélgica y Francia.
Cuenta con una población de 636.000 habitantes sobre un área de 2.586 kilómetros cuadrados. Es el primer país a nivel mundial en el PIB per cápita, con una renta de 120.061$. El gobierno de Luxemburgo es una monarquía constitucional parlamentaria unitaria, siendo el único gran ducado soberano en la actualidad. Posee culturas y tradiciones diversas por encontrarse influenciado por la Europa romana y la Europa germánica.
Escudo y bandera del Gran Ducado de Luxemburgo.
Tiene tres lenguas oficiales: luxemburgués, francés y alemán.
En el territorio ahora cubierto por el Gran Ducado de Luxemburgo, hay evidencia de habitantes primitivos desde el Paleolítico. Luego, pasaron los celtas, los vikingos, los romanos… pero la historia de Luxemburgo, propiamente dicha, comienza con la construcción del Castillo de Luxemburgo en la Edad Media. Fue Sigfrido I, conde de las Ardenas, el que cambió algunas de sus ancestrales tierras a los monjes de la Abadía de San Maximino en Tréveris en el año 963 a cambio de un antiguo fuerte, supuestamente romano, con el nombre de Lucilinburhuc. Alrededor de este fuerte se desarrolló gradualmente una ciudad, que se convirtió en el centro de un pequeño, pero importante estado, de gran valor estratégico para Francia, Alemania y los Países Bajos. La fortaleza de Luxemburgo, localizada en un afloramiento rocoso conocido como el Bock, fue constantemente ampliada y reforzada a lo largo de los años por sus sucesivos dueños, entre otros los Borbones, los Habsburgo y los Hohenzollern, que hicieron de ella una de las fortalezas más resistentes del continente Europeo.
Recibido en herencia por el emperador Carlos V y transmitido a su hijo Felipe II en 1555, permaneció en manos de España hasta 1714 año en que, por el tratado de Rastatt, fue cedido a la línea austriaca de la dinastía de Luxemburgo.
En 1795 fue conquistado por la Francia revolucionaria, pero tras la derrota napoleónica en Waterloo y el Tratado de París de 1815, quedó bajo administración del rey de los Países Bajos, que lo erigió en Gran Ducado. El tratado también dividió Luxemburgo, quedando bajo soberanía de Bélgica y los Países Bajos. Aunque estos tratados redujeron gran parte de su territorio, al mismo tiempo incrementaron su independencia. El tratado de Londres de 1867 lo declaró estado neutral, siendo gobernado desde 1890 por los descendientes de Adolfo de Nassau.
Fue ocupado por Alemania durante la Primera Guerra Mundial. Terminada esta, un referéndum celebrado en 1919 apoyó la restauración de la monarquía de los Nassau. En 1940 fue ocupado por Hitler. Tras la Segunda Guerra Mundial, Luxemburgo concertó un pacto con Bélgica y Países Bajos, con los que formó el Benelux (1947). En 1949 se adhirió a la OTAN y en los años 50 fue uno de los Estados fundadores de la Comunidad Europea. Con el tiempo, se ha convertido en uno de los países más ricos, con un gran crecimiento en el sector de los servicios financieros, facilitado por la estabilidad política.
Bélgica
Escudo y bandera del Reino de Bélgica.
Bélgica es uno de los veintisiete estados soberanos que forman la Unión Europea. El país cubre una superficie de 30.528 kilómetros cuadrados y posee una población de 11.550.039 habitantes según la estimación de 2021. Su capital es Bruselas mientras su ciudad más poblada es Amberes.
Es un estado multilingüístico con tres lenguas oficiales: el 57 % de su población habla neerlandés (en la Región de Flandes), el 42 % habla francés (en la región de Valonia y en la Región de Bruselas) y el 1 % de los belgas habla alemán, junto a la frontera alemana, al este del país.
El más antiguo uso de las voces belga y bélgica nos llega del libro De Bello Gallico de Julio César. En dicho libro, el conquistador romano dividía toda la Galia en tres partes según sus tribus: los galos, los aquitanos y los belgas. Marco Agripa dividió la Galia en tres provincias, asignándole a una de ellas el nombre de Gallia Bélgica.
Los vestigios humanos más antiguos de Bélgica se encontraron en el yacimiento de Belle-Roche, en Sprimont, y atestiguan
una antigua ocupación de unos 500.000 años. Durante el Neolítico (alrededor del 4.000 a. C.), la población humana se extendió a las mesetas de las Ardenas y del Condroz, así como a las llanuras de Flandes y Hesbaye.
Históricamente, Bélgica ha sido parte de los Países Bajos de los Habsburgo, los cuales incluían los actuales Países Bajos y el Gran Ducado de Luxemburgo, ocupando una región algo mayor que el moderno Benelux.
Desde finales de la Edad Media hasta el siglo XVII, fue un floreciente centro de comercio y cultura. Desde el siglo XVIII hasta la Revolución belga de 1830, Bélgica, en aquella época llamada los Países Bajos del Sur, fue el lugar de muchas batallas entre las potencias europeas y es por ello que se ha ganado el apodo de "el campo de batalla de Europa".
El área ocupada por Bélgica ha experimentado significativos cambios demográficos, políticos y culturales. El primero bien documentado fue la conquista de la región por la República Romana en el siglo I a. C., seguida en el siglo V por los francos germánicos. Estos establecieron el Reino Merovingio, que pasó a ser el Imperio Carolingio en el siglo VIII. Durante la Edad Media, los Países Bajos estaban fragmentados en pequeños estados feudales. La mayor parte de ellos se unió durante los siglos XIV y XV con la casa de Borgoña, formando los Países Bajos borgoñones. Estos estados ganaron el estatuto de autonomía en el siglo XV y fueron conocidos desde entonces como las Diecisiete Provincias.
La historia de Bélgica se puede distinguir de la de los Países Bajos desde el siglo XVI. La Guerra de los Ochenta Años (1568-1648) provocó la división de las Diecisiete Provincias en las Provincias Unidas al norte y los Países Bajos del Sur al sur, siendo éstas gobernadas por los Habsburgo españoles y austriacos, sucesivamente.
Tras las campañas de 1794 de las Guerras Revolucionarias Francesas, los Países Bajos fueron invadidos por Francia, terminando con el mando español y austriaco en aquella zona. En efecto, la reunificación de los Países Bajos como Reino Unido de los Países Bajos tuvo lugar a finales del Imperio francés, en 1815, tras las campañas de Napoleón.
El triunfo de la Revolución belga de 1830 para independizarse de los Países Bajos llevó al establecimiento de una Bélgica independiente, católica y neutral. Desde la instauración de Leopoldo I como rey en 1831, Bélgica ha sido una monarquía constitucional y una democracia parlamentaria. Desde entonces, el país ha desarrollado un sistema bilingüe en neerlandés y francés.
La batalla de Lieja fue el inicio de la invasión alemana en la Primera Guerra Mundial. Ello supuso un nuevo estímulo a la identidad flamenca que comenzó a gestarse durante el siglo XIX y que recibió un impulso político por parte del Gobierno de ocupación alemán. Durante la Segunda Guerra Mundial, toda la región del Benelux (Bélgica, los Países Bajos, el Luxemburgo) fue, nuevamente, ocupada por la Alemania nazi. Tras finalizar la contienda, la historia de Bélgica ha estado dominada cada vez más por la autonomía de sus dos comunidades principales; flamencos (al norte) y valones (al sur).
Es uno de los miembros fundadores de la Unión Europea, cuyas instituciones principales están ubicadas en el país, así como un número importante de otras organizaciones internacionales, como la OTAN, de la que es parte integrante desde 1949.
Después de esta "inyección" de información, comienzo con el relato del viaje. Una cosa os voy a adelantar; no volveré a usar Flixbus para viajes largos entre distintos países. Poco a poco os iré desgranando los motivos, ahora... ¡¡ Comienza la aventura !!
Donostia - París ( Bercy )
Igual que cuando viajamos a Islandia, este viaje también arrancaba por la tarde, concretamente a las 16:00 horas desde la estación de San Sebastián, con el autobús que nos llevaría hacia Luxemburgo. Así que, me daba tiempo a meter
el 70% de la jornada y, por tanto, no coger un día más de vacaciones. Cuando llegó la hora de salir, regresé a casa, acabé de organizar todo y saqué dinero. A las 14:00 horas comimos, y a las 15:20 pasó Rosa a recogernos para llevarnos a Donostia. El autobús número N743 venía desde Bilbao y nos trasladaría hasta París-Bercy. Llegó y partió con 20 minutos de retraso, arrancando a las 16:25. De entrada tuvimos bronca con los asientos, ya que no se respetan las reservas. Me enfadé, pero no conseguí nada. Si me cobras la reserva... ¡¡ respétala !! Pondré una queja…
Nada más salir paramos 20 minutos en Oiartzun. Esto ya nos dio la pista de que el viaje se iba a hacer eterno. Arrancamos a las 17:10 y empezó a caer un ligero xiri-miri. Al volver a subir, nos colocamos en los asientos de atrás. Estaban vacíos y nos tiramos todo lo largos que somos uno para un lado y otro para el otro. ¡¡ A tomar por saco !!
La tarde se quedó oscura y calurosa. A las 17:30 cruzamos la muga en Behobia y subieron dos gendarmes a pedir documentación. A Iosu y a mí, también. A las 18:05 paró en Biarritz.
La reserva del viaje a Luxemburgo.
El anochecer nos encontró por las carreteras francesas.
Bajó y subió gente. A las 18:45 salimos de Baiona y a las 21:15 dejábamos atrás la villa de Burdeos. Allí, en Burdeos, hubo un movimiento impresionante de pasajeros y el autobús se llenó hasta la bandera.
¡! Que agobio ¡! Se acabó el chollo de ir tumbados… Más adelante, a eso de las 22:15, paramos a cenar en la localidad de Vers. Después de esto, cogió la autopista y pegó un buen tirón…
El sueño se apoderó de nosotros y entre frenazos y acelerones, encajonados en los asientos traseros, cuando deberíamos ir cómodamente sentados en el 10C y 10D, intentamos echar una cabezada.
París ( Bercy ) - Luxemburgo
Llegamos a París (Bercy) a las 04:05, es decir, había recuperado mucho tiempo, ya que, la hora de llegada oficial era las 03:55. En París llovía bastante. Ahora teníamos que esperar hasta las 07:30 de la mañana... A esas horas, la estación
estaba prácticamente vacía. Tan solo alguna persona y alguna que otra rata - que pasaba de un lado a otro buscando restos de comida - eran nuestra compañía. Aproveché para cargar el móvil, estirar las piernas y no perder de vista, ni a mi hijo, ni el equipaje. Poco a poco, según avanzaba la madrugada, iba llegando más y más gente, hasta convertirse aquello en un auténtico “hormiguero”.
Hoy, cinco de agosto, el abuelo, fallecido el 13 de abril, hubiese cumplido 81 años. Se hacía raro y se le echaba de menos.
A las 06:45 horas anunciaron nuestro autobús; bus 180, con destino Essen, andén número 21. Enseguida llegó y nos acercamos. Enseñamos los billetes y nos dejaron subir. Esta vez, sí, respetaron las reservas de los asientos y nos colocamos en los nuestros; 10C y 10D, los que están tras la escalera de acceso central.
La estación de París ( Bercy ) prácticamente vacía.
El Pont de Bercy con los primeros movimientos de la mañana.
Nos pidieron la documentación y subimos. Luego, una vez colocados y con margen de sobra, bajé en busca de un café con leche. Salimos puntuales. En París, después del chaparrón, había quedado una bonita mañana. Arrancamos dirección Metz, viajando siempre hacia el norte porque, el sol, quedaba a nuestra derecha. Enseguida dejamos atrás París y campos de cereales se sucedían ante nuestros ojos. Parecía el paisaje que habíamos visto por tierras polacas. A las 09:20 paramos en Reims. A las 10:50 en Verdun. A las 12:00 paramos a comer en un área de servicio a las afueras de Metz. Era una zona llena de M'c Donalds, KFC, Dóminos y esos lugares de fat-food. Iosu no quiso comer nada y yo tampoco. Preferimos dejar la comida para un italiano que había en Luxemburgo, junto al hotel. A las 12:20 nos pusimos de nuevo en marcha. A las 12:40 llegamos a la ciudad de Thionville, casi en la muga con Luxemburgo.
Campos de cereal a lo largo del viaje.
Paramos a recoger a un pasajero en la misma carretera y arrancamos. Llegamos a Luxemburgo a las 13:45, unos minutos antes del horario establecido. La estación P+R Boulillón, a las afueras de la ciudad, es un descampado sito junto a un polígono industrial. Desde allí, la combinación de autobuses hasta nuestro apartamento no era muy buena, así que, decidimos ir a pie. Nos separaban unos 15 minutos, pero, a esas horas, cansados y arrastrando las maletas, se nos hizo largo y pesado.
El check-in estaba programado para las 16:00 horas. Decidimos ir a comer algo antes, por aprovechar el tiempo y porque estábamos hambrientos. Buscamos con el Google Maps el dichoso italiano, pero, al llegar allí, resultó que ya no estaba. La información de Google también hay que actualizarla... Finalmente, bajo un sol de justicia, decidimos comer unas hamburguesas en un Burguer King.
El autobús parado en el área de servicio de Metz.
Los datos del apartamento de Luxemburgo. Todo un hallazgo.
Luego, a la hora indicada, llegamos a los apartamentos Smartsflast Desing - Luxembourg, en el número 10 de Rue Adolphe Fischer. Teníamos la habitación 202… Todo estaba en orden y resultó ser un sitio completamente reformado, con una decoración minimalista pero muy completo, con lavavajillas, frigorífico, micro-ondas, tostadora, cafetera, cocina eléctrica, hervidor, menaje, cubiertos y TV. Sólo le faltaba una lavadora… Estuvimos de lujo.
Escudo de Luxemburgo.
Luxemburgo
Luxemburgo es la capital del Gran Ducado de Luxemburgo, del distrito y del cantón homónimos. Está situada en la confluencia de los ríos Alzette y Pétrusse, al sur del país, y contiene el histórico castillo de Lucilinburhuc, establecido por los francos en la Alta Edad Media, y en base al cual la ciudad se desarrolló.
Es una de las ciudades más ricas de Europa, habiéndose convertido en un importante centro financiero y administrativo. La ciudad contiene varias instituciones de la Unión Europea, incluyendo el Tribunal Europeo de Justicia, el Tribunal Europeo de Cuentas y el Banco Europeo de Inversiones y se considera capital europea junto con Bruselas y Estrasburgo.
La ciudad de Luxemburgo se encuentra en la parte sur de la meseta de Luxemburgo, una gran formación de areniscas del Jurásico Temprano. El centro urbano está ubicado en un lugar pintoresco sobre un saliente, en lo alto de los acantilados escarpados que descienden en los estrechos valles de ambos ríos, en cuya confluencia se encuentra la ciudad. Los 70 m de profundas gargantas cortadas por los ríos están atravesados por puentes y viaductos, incluyendo el Puente Adolfo, el Puente de la Gran Duquesa Carlota, y la Pasarela. A pesar de que la ciudad no es particularmente grande, su diseño es complejo, ya que está distribuida en varios niveles.
Nos instalamos, nos dimos una ducha y descansamos un rato. Luego, sobre las 18:30 horas, salimos a dar nuestra primera caminata por Luxemburgo. Nos dirigimos hacia el Pont Adolphe y lo cruzamos para adentrarnos en la zona comercial de la ciudad. Además, en esa zona, encontramos la Catedral y el Monumento a la Memoria...
El Pont Adolphe une las dos colinas que corta el valle del Petrús.
Las agujas de la catedral desde Pont Adolphe.
Distintas vistas de la Catedral de Notre Dame.
La Catedral de Santa María o Catedral de Nuestra Señora es una catedral católica luxemburguesa, que, al ser la catedral de la Archidiócesis de Luxemburgo, constituye la principal iglesia de ese país. Su primera piedra fue colocada en 1613. Es un ejemplo del estilo gótico, sin embargo, posee algunos elementos renacentistas. A finales del siglo XVIII, la iglesia recibió la imagen milagrosa de Maria Consolatrix Afflictorum (del latín, María, consuelo de los afligidos), la patrona de la ciudad y del ducado.
Aproximadamente cincuenta años después, en 1870, la iglesia fue consagrada y elevada al rango de catedral por el papa Pío IX. Hoy, la cripta de la catedral funciona como el lugar de sepultura de la Familia Gran Ducal Luxemburguesa.
El Monumento del Recuerdo ( Gëlle Fra ), rinde homenaje a los voluntarios de las dos guerras mundiales.
El Monumento al Recuerdo, conocido por el apodo Gëlle Fra (que en luxemburgués quiere decir "Dama de oro"), es un monumento a los caídos en la ciudad de Luxemburgo. Está dedicado a los miles de luxemburgueses que se ofrecieron voluntariamente para el servicio en las fuerzas armadas de las potencias aliadas durante las dos Guerras Mundiales. Está situado en la Plaza de la Constitución, en la zona llamada Ville Haute del centro de la ciudad.
Como comentaba antes, Luxemburgo capital, se encuentra en la confluencia de los ríos Alzette y Pétrusse. Los restos de la fortaleza de la capital del Gran Ducado se extienden más allá de la ciudad. Entre los siglos XVI y XIX fue una de las fortificaciones más seguras de Europa, protegida por tres anillos defensivos y 24 fuertes. Entre valles y lomas, las sucesivas potencias que ocuparon este lugar a lo largo de la historia –entre ellas la Corona española–, la fueron conformando, siempre bajo la supervisión de los mejores ingenieros militares. Desde 1994, la ciudadela de Luxemburgo, está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Distintas vistas de la ciudadela de Luxemburgo.
Luego, cuando la luz del sol decaía, regresamos al apartamento. Pedimos take-away una ensalada y unas nuggets de pollo en uno de los Mac Donald´s que encontramos y nos lo llevamos al apartamento, para cenar tranquilos. Íbamos a comprar algo para cocinar, pero no vimos nada abierto… Cenamos, descargué las fotos y nos fuimos a descansar. ¡! Por fin una cama ¡! El cuerpo estaba muy cansado de tantas horas de viaje. Lo importante era que ya estábamos en marcha…
El atardecer marcó el punto y final de ese largo e intenso día.
Luxemburgo
Me levanté a las 07:30. Los tobillos, que la noche anterior estaban hinchados, habían vuelto a su ser. Preparé el desayuno y llamé a Iosu. Algo de fruta, unos bollos y un café con leche nos pusieron las pilas para arrancar con fuerza.
Luego, una ducha y… ¡! A la calle ¡!
A las 09:10 de la mañana estábamos cruzando el Pont Adolphe en dirección al ascensor panorámico. Cruzamos toda la Rue Philippe II, viendo los escaparates de las tiendas de las marcas más famosas… Dior, Louis Vuitton, Rolex, Hermes, Gucci, Goeres, Chanel… Luego, entramos por el Parc Kinnekswiss y accedimos, al otro lado de la calle, al Parc der Pescatore-Stiftung donde se ubica el elevador. Los parques Parc Municipal de Luxembourg, Parc Kinnekswiss, Parc Dräi Eechelen y Parc de la Pétrusse, rodean la zona alta de la colina y son un verdadero pulmón para limpiar el aire la ciudad.
La pasarela que conecta con el elevador.
El nuevo ascensor de cristal sito en Rue du Pont 2, conecta el Parc der Pescator, ubicado en el centro de la ciudad, con el área de Pfaffenthal en el fondo del valle de Alzette. El trayecto ofrece vistas panorámicas (71 m de altura) para peatones y ciclistas por igual. El ascensor funciona todos los días desde las 05:45 de la mañana hasta la 01:00 de la madrugada.
Cada primer lunes de mes, el ascensor está fuera de servicio por mantenimiento (desde las 09:00 hasta las 05:45 del día siguiente). Su uso es gratuito.
La Rue Philippe II.
Distintas vistas desde el ascensor panorámico.
El elevador de Pfaffenthal.
Desde el ascensor, la vista del río Alzette entrando hacia el sureste del valle, atravesando murallas y diques de contención dejaba ver como, en otra época, la ciudad era casi inexpugnable. Grandes torres protegiendo las esquinas, altas murallas, atalayas en las colinas y las casamatas de las paredes rocosas que encajonaban el río, hacían que la entrada por la fuerza fuese una quimera. Los tejados de pizarra cubriendo los edificios, algunos de grandes bloques de piedra, otros enlucidos y pintados con suaves colores amarillo y rosa pastel, daban forma a las estrechas calles que se extendían serpenteando por ambas orillas del río. Una preciosa estampa medieval.
Hoy, a pesar de estar todo muy bien conservado, las murallas se pierden entre la vegetación de la montaña, las torres no dan la impresión de ser tan altas (vistas desde lo alto del ascensor) y los diques para subir y bajar el caudal del río parecen casi de juguete. Pero, la imagen de villa medieval sigue intacta tras los años.
La ciudadela de Luxemburgo entre los ríos Alzette y Pétrusse.
El ascensor llegó enseguida. Bajamos y, tras hacer algunas fotos, fuimos andando hacia la Torre Vauban, llamada así en homenaje al ingeniero militar que diseñó parte de las murallas. Luego accedimos por la Porte du Grünewald a las primeras rampas de Fort Niedergrünewald. Atravesamos un bosque repleto de castaños, arces, robles, acacias y álamos. La idea era llegar hasta Foret Thüngen, pero, no encontramos el acceso. Después de un rato, bajamos nuevamente hasta el río y paseamos por las callejuelas de la ciudadela. Parecían transportarnos a otra época de la Historia. Aún creía oír los cascos de los caballos trotando por sus adoquines.
Mi hijo Iosu fotografiando el valle desde unos de los muros del fuerte.
En el bosque del Parc des Trois Glands, donde trinaban con fuerza los pájaros, encontramos robles, castaños, acacias, hayas, avellanos, arces...
Subimos por una rampa hasta las casamatas de Bock. Cuando incorporé la visita a Luxemburgo en este viaje, una de las principales cosas que quería ver eran las casamatas*. En Luxemburgo hay dos: Casamatas de Bock y Casamatas de Pétrusse. Las casamatas de Bock estaban siendo restauradas y no se vendían entradas para las visitas, así que no nos quedaba más opción que visitar las de Pétrusse, pero, dos días antes de iniciar el viaje, me llegó un correo electrónico diciendo que sentían mucho comunicar que, por un contratiempo, las casamatas de Pétrusse estarían cerradas hasta el día 8 de agosto. ¡! Adiós visita ** ¡!
Notas:
* casamata: del italiano casamatta. Construcción militar. Bóveda muy resistente para instalar una o más piezas de artillería.
** Posteriormente, desde la web de reservas de tickets para las casamatas, me devolvieron el dinero (27 €) que había pagado al hacer la reserva on-line.
Subiendo por la Rue du Fort Olisy hacia la parte alta de la ciudad.
Exterior de las casamatas de Bock. Los agujeros en las paredes de roca guardan galerías internas que recorren la montaña.
Sabías que...
Los primeros túneles subterráneos se construyeron en 1644, en la era de la dominación española. Las galerías de 23 kilómetros de largo fueron ampliadas 40 años después por el ingeniero militar francés Vauban y, finalmente, en el siglo XVIII por los austriacos. Los pasajes defensivos subterráneos se colocaron en diferentes niveles y se extendían hasta 40 metros. Son estas impresionantes obras de defensa las que confirieron a Luxemburgo el nombre de “Gibraltar del Norte”.
Tras el desmantelamiento de la fortaleza en 1867, se salvaron 17 kilómetros de casamatas, que quedaron en buen estado. Desde 1933, las casamatas de Bock y Pétrusse están abiertas al público. Las murallas de la fortaleza y el casco histórico gozan de reputación internacional: en 1994, la UNESCO incluyó todo el conjunto en la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Las casamatas de Luxemburgo están excavadas en la misma roca de las paredes que encañonan el río Alzette. Como obra de ingeniería debe ser una pasada, porque, los túneles que fueron horadados en la roca se deben comunicar en varios niveles e incluso llegan hasta la cota cero para poder coger, mediante un pozo, agua potable para abastecer a la guarnición. La verdad, fue una auténtica pena no poder visitar ninguna de las dos zonas. Os dejo este enlace por si queréis leer más:
Desde arriba, con una enrome pena por no poder entrar a las casamatas, nos dirigimos al punto llamado Chemin de la Corniche que, traducido, es el Camino de Ronda, un balcón desde donde se contempla toda la ciudadela.
La torre denominada Dent Creuse.
Allí, contemplando todo el valle, hicimos algunas fotos de la ciudadela que se mostraba en todo su esplendor. Entramos en el Dent Creuse, un importante monumento de la ciudad. Su nombre significa "diente hueco", debido a su singular forma arquitectónica. Es una torre hueca, pero, data de los primeros días de la ciudad y de ahí su importancia.
Distintas vistas desde el Chemin de la Corniche.
Desde allí volvimos al apartamento. Compramos pasta y tomate frito en una tienda y unos nuggets en un Mac Donald´s que pillamos de camino. Llegamos al apartamento a las 14;30 horas. Cocinamos la pasta mientras comíamos el pollo y, tras comer, nos echamos a descansar un rato. No hacía mucho calor (20 ºC), pero se notaba un bochorno de esos pegajosos y una sensación térmica de bastantes más grados. Habíamos andado 6 Kms y, aunque no sea mucho, la sudada, tras cargar toda la mañana con la mochila y todo el equipo de fotografía, había sido buena.
Descansamos hasta las 18:30 horas. Luego salimos con intención de ver un poco el centro. Fuimos a la Plaza de París y fotografiamos la “Torre Eifel”. Luego bajamos hasta la Estación Central de Ferrocarril. Desde allí, nos dirigimos hacia el valle del Alzette para visitar la Tour Jacob (Torre Jacob).
La antigua sede de Acelor Mittal, hoy declarado edificio histórico.
La Estación Central.
La "Torre Eifel" en la Plaza de París de Luxemburgo.
El camino empedrado atraviesa una puerta grande, la Dinselpuert, o Torre Jacob, también llamada "Puerta vieja de Tréveris". Esta puerta de la muralla de Wenzel, de planta rectangular, solía tener un puente levadizo, un foso delante de la puerta y una casamata de cañón en el piso superior. Data del siglo XV. El popularmente llamado Muro de Wenzel, protegía a los habitantes del valle. Permitió integrar en el conjunto del sistema defensivo, tanto la ciudad baja como la elevada, llamada Plateau du Rham. Originalmente, la muralla tenía 875 m de largo, 37 torres y 15 puertas.
Desde esta atalaya se veía muy bien la ciudadela y la loma sita frente a la torre. El sol iba decayendo y los tonos ocres y naranjas comenzaban a adueñarse del cielo. Desde la torre, ubicada al este de la ciudadela, nos encontrábamos con un contra-luz impresionante.
A la izquierda la Torre Jacob. Desde allí arrancan las antiguas murallas exteriores de la ciudad en la zona llamada Rebelin du Rham.
El atardecer nos encontró en lo alto de la Torre Jacob.
Tras hacer unas fotos y disfrutar de ese momento del atardecer, pusimos rumbo a la margen izquierda del río Alzette, cruzamos el Grund y volvimos a subir hacia la colina sur. En la zona inferior de la zona llamada Ciudad Judicial, desde la enorme terraza-mirador que allí encontramos, hicimos unas fotos en la hora azul que pillamos justo, justo. Estábamos cansados de caminar, en total llevábamos recorridos más de 11 Kms en esta jornada y decidimos ir a descansar.
De camino a casa, compramos unas hamburguesas en un Burguer King. Las pedimos para llevar y nos las comimos tranquilamente en el apartamento.
Tras la cena, mientras mi hijo se duchaba, empecé a recoger la mayor parte de las cosas, preparando o anticipando el trabajo del día siguiente en el que debíamos poner camino a Bélgica, concretamente a su capital, Bruselas.
Luego, mientras descargaba las fotos, me duché y, tras ello, nos fuimos a descansar.
Conseguimos hacer alguna cosita en "la hora azul".
Luxemburgo - Bruselas
La noche anterior le dije a mi hijo que quería ver, antes de irnos, el Fort Thüngen. Le animé para que viniese conmigo, pero, cuando supo que había que levantarse temprano, se rajó. Así que, a las 07:30 horas salí yo solo del apartamento
en dirección al Boulevard Royal. A esas horas y en domingo, estaba todo desierto. Se respiraba paz en el cogollo de la ciudad. Enseguida llegué al elevador de Pfaffenthal. Esta vez no tenía que usarlo, lo dejé a mi derecha y llegué hasta el gran puente que une las dos colinas que secciona el río Alzette. Este viaducto se llama Puente de la Gran Duquesa Charlotte. El puente te lleva a través de la carretera que conecta la avenida John Fitzgerald Kennedy, en Kirchberg, con el Boulevar Robert Schuman, en Limpertsberg. Tiene, en cada sentido, tres carriles para coches, más un carril-bici, más una ancha acera peatonal. Se conoce, también, como el Puente Rojo (en luxemburgués: Rout Bréck), a causa de su pintura roja distintiva.
Las calles del centro vacías a las 07:30 de la mañana del domingo.
Se construyó en el periodo 1962-1965, siendo inaugurado el 24 de octubre de 1966, tiene una altura de 75 metros. Lo crucé de izquierda a derecha y me dejó justo en la zona de los edificios modernos que veíamos, el día anterior, desde la ciudadela. Allí, unos “mastodontes” de acero y cristal, albergan el Parlamento Europeo, la Filarmónica de Luxemburgo, el Ministerio de Vivienda, el Centro de Convenciones Europeas y alguno más…
Vista del valle desde el Puente de la Gran Duquesa Charlotte ´o Puente Rojo.
El barrio llamado Kirchberg, sede de modernos edificios oficiales.
Desde el edificio del Parlamento, un camino adoquinado te lleva, en apenas tres minutos, hasta Fort Thüngen. Del antiguo fuerte quedan las tres torres de la entrada principal, los fosos y las murallas exteriores. El interior del fuerte está ocupado, en la actualidad, por una estructura de hormigón y cristal que se asemeja en una zona a una iglesia y en otra tiene una cúpula semicircular que parece un OVNI. Allí, integrado de forma bastante natural, se encuentra el MUDAM (Museo de Arte Moderno de Luxemburgo). La entrada a la exposición permanente es gratuita y se paga, únicamente, por ver las exposiciones itinerantes.
Dos vistas de Fort Thüngen, sede actual del Museo de Arte Moderno de Luxemburgo.
Yo llegaba sin tiempo para poder entrar, además, todavía estaba cerrado porque eran las 08:30 de la mañana y abre de 10:00 a 18:00 horas salvo los martes que está cerrado. Hice unas fotos, me asomé a las murallas del fuerte en la parte frontal de la colina y me dispuse a regresar al apartamento.
Llegué alrededor de las 09:30. Desperté al crío y tomamos un café. Debíamos coger el autobús a las 13:50, pero, había que acabar de preparar la maleta y hacer el check-out a las 11:00. Luego, comer algo e ir hasta la estación, a las afueras de la ciudad.
La primera línea de defensa de Fort Thüngen al borde de la colina.
A las 11:00 en punto dejamos el apartamento y salimos con rumbo a P+R Bouillon, la estación de autobuses de Luxemburgo. Pensé en comer algo allí mismo. El viernes, cuando llegamos, vi que había lugares para poder hacerlo; pizzas, bocatas y alguna cosa más… Pero, no leímos el cartel que decía que estaba abierto de lunes a viernes. ¡! Qué putada ¡! Bueno… Ya comeríamos algo en Bruselas.
La reserva del viaje a Bruselas.
La estación de Luxemburgo en pleno descampado a las afueras de la ciudad.
Llegó el autobús con diez minutos de retraso. Hasta la capital de Bélgica teníamos 220 Kms, unas dos horas y media. Debíamos atravesar toda la región de Valonia para llegar a la región de Bruselas, una entidad de habla más francófona que flamenca.
Al subir la misma historia que el primer día. Nuestros asientos estaban ocupados y la gente no quiso levantarse. Iosu, por no meternos en jaleo, me insistió en sentarnos en otro lado, ya que el viaje era corto. Me parece una pasada y vergonzoso por parte de la compañía.
Salimos a las 14:05, con 15 min de retraso. A las 15:20 paramos 5 minutos en Rocheford. El viaje fue bien, sin contratiempos y finalmente llegamos a Bruselas con esos quince minutos de retraso acumulados.
Paisajes campestres de camino a Bruselas.
La primera impresión de Bruselas… Suciedad; vimos las calles sucias como en Atenas…
El apartamento, sito en Rue des Palais 108, estaba a 700 m de la estación, es decir, unos 8 minutos a pie. Llegamos sobre las 17:00 horas. La recepción estaba abierta las 24 horas, así que hicimos el check-in y subimos a dejar las maletas. El Wellness Apart Hotel no era como el de Luxemburgo, pero, estaba bastante bien. El otro, el de Luxemburgo, estaba nuevo, nuevísimo. Yo creo que nosotros éramos de los primeros en pasar por allí. Pero, este, también estaba bien. De bueno tenía que había tres ventanales grandes que se podían abrir para secar la ropa que lavásemos; de malo, que la calle estaba en obras y tendríamos bastante ruido.
Los datos y la tarjeta del apartamento de Bruselas.
Escudo de Bruselas.
Bruselas
Bruselas es la capital de Bélgica. Se le conoce popularmente también como capital de la Unión Europea, junto con Luxemburgo y Estrasburgo. Es un municipio situado en la región administrativa "Bruselas-Capital" que es una de las tres regiones de Bélgica, junto con Valonia y Flandes.
Como capital del Estado, es la sede del gobierno y el Parlamento.
Desde que se convirtió en capital de Bélgica, Bruselas se ha rodeado de una aglomeración urbana que ha sobrepasado con mucho el territorio de la antigua ciudad y se ha extendido por muchos municipios cercanos. Es difícil precisar la extensión total de su área metropolitana.
Durante la Alta Edad Media, el territorio donde está emplazada la ciudad de Bruselas era un área pantanosa con abundantes arroyos que formaban islas. En la más elevada de las islas se erigió una ermita y, en torno a ella, se formó un burgo. En neerlandés medieval broek (pronúnciese "bruk") significa pantano y sell significa ermita; por tanto, la etimología de la ciudad de Bruselas es: "Ermita del pantano". La historiografía tradicional fecha la fundación de Bruselas en 979 pero ningún escrito o fuente arqueológica ha permitido corroborar esa fecha. Os dejo un enlace por si queréis leer más sobre la ciudad.
Tras acomodarnos, salimos a comer algo y empezar con las visitas. Decidimos ir dando un paseo hasta la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula. Podíamos coger el tranvía 25 que nos dejaba bastante cerca, pero, decidimos ir a pie y así ir viendo la ciudad. El centro de la ciudad, con la Grand Place, nos quedaba a 2 Kms de distancia. Pasamos junto a la Iglesia Real de Santa María, una parroquia católica ubicada en la Plaza de la Reine/Koninginnelaan. Fue diseñada por Louis Van Overstraeten y construida en un estilo ecléctico que combina influencias de la arquitectura bizantina y romana. La construcción comenzó en 1845 y se terminó en 1885. Las ventanas fueron diseñadas y creadas por el artista de vidrieras belga, Jean-Baptiste Capronnier. El edificio recibió estatus de protección a través de un decreto real emitido el 9 de noviembre de 1976.
La Iglesia Real de Santa María.
Un kilómetro y medio más al sur nos encontraríamos con la Catedral de Bruselas o Catedral de San Miguel y Santa Gúdula. Es un edificio gótico situado cerca de la Estación Central de la ciudad y perteneciente a la Archidiócesis de Malinas-Bruselas. Se empezó a erigir en 1226 con piedra de Gobertange y se concluyó su construcción en 1500. Está ubicada en el cruce de dos importantes rutas que cruzan Bruselas; la que lleva de Flandes a Colonia y la que va de Amberes a Mons.
Lamberto II, conde de Lovaina, y su esposa Oda de Verdun, fundaron en 1047 una capilla de doce canónigos en la Iglesia de San Miguel (colegiata) e hicieron transportar los restos de Santa Gúdula hasta entonces conservados en la Iglesia de San Gaugerico.
En 1072, la iglesia de San Miguel fue restaurada (probablemente porque se quemara en un incendio) y en 1200 fue de nuevo restaurada por orden de Enrique I de Brabante para la construcción de la parte anterior occidental, acompañada de dos torres redondas.
En 1226, Enrique II decidió la construcción de una colegiata gótica que se terminaría a principios del siglo XVI, poco antes del nacimiento de Carlos V, algunas capillas se anexionaron en los siglos XVI y XVII.
La Catedral de San Miguel y Santa Gúdula.
La construcción del edificio actual comenzó por el coro en 1226. La nave y el transepto de los siglos XIV y XV son de estilo gótico brabanzón. La fachada contiene dos torres y data de los años 1470-1485. Pero, no fue hasta el año 1962 cuando pasó de ser colegiata de la archidiócesis de Malinas a catedral por la creación de la diócesis de Malinas-Bruselas. Además, en 1991 comenzaron obras de restauración que descubrieron restos de una cripta románica en la antigua colegiata.
La catedral estaba cerrada y no pudimos verla por dentro, así que seguimos en dirección a la Galerías Reales Saint Hubert. El siguiente objetivo era ver la Jeanneke Pis.
Antes de adentrarnos en la plaza, andubimos por el centro. En el callejón llamado Getrouwheidsgang, donde se ubica el enorme pub llamado Delirium, encontramos la estatua de "la niña meona". Había mucha expectación por ver la estatua, ya que nos encontramos con un grupo de turistas que casi abarrotaban el estrecho paso.
Tras unas fotos, atravesamos la Grote Markt y fuimos en busca del siguiente objetivo... Manneken Pis. Desde una estatua hasta la otra hay unos 600 metros, es decir unos 8-10 minutos a pie. Poco a poco, la tarde se nos iba "escapando".
Las Galerías Saint Hubert, el callejón con el Pub Delirium y la Jeanneke Pis .
En el centro, La Casa del Rey o Broodhuis (Casa del pan).
La Grand Place o Grote Mark es una plaza monumental en el centro de Bruselas, Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1998. Ahora hay cafés con terrazas, restaurantes y hoteles. Solo quedan las flores de lo que fue el antiguo mercado. Originalmente llamada Nedermerckt, la plaza obtuvo su nombre actual en el período 1777-1789. Las funciones originales del mercado como centro comercial, político y sociocultural prácticamente han desaparecido. Ahora principalmente es una atracción turística.
La plaza alberga edificios como el Ayuntamiento, la casa "El Saco" era del gremio de toneleros, ebanistas y carpinteros; "La Carretilla", que pertenecía al antiguo gremio de fabricantes de sebo, etc, etc...
La Casa del Rey fue, en el siglo XII, un edificio de madera donde se vendía el pan, de ahí el nombre que aún conserva en flamenco, broodhuis (casa del pan). Fue sustituido en el siglo XV por un edificio de piedra que acogía los servicios administrativos del duque de Brabante, es decir, el despacho del recaudador general del Señorío de Brabante; por esta razón, se la llamó Casa del Duque, y cuando dicho duque fue coronado rey de España, pasó a denominarse Casa del Rey. Carlos V la hizo a su vez reconstruir en estilo gótico tardío, muy parecido al que podemos admirar hoy en día, aunque sin torres ni galerías. Debido al desgaste sufrido a lo largo de los siglos, sobre todo durante el bombardeo de 1695, la ciudad la hizo reconstruir en 1873 en estilo neogótico. El edificio, renovado en 1985, acoge hoy en día el Museo de la Ciudad de Bruselas.
El ayuntamiento fue construido entre 1402 y 1455. Hoy en día es el único testigo de arquitectura medieval de la plaza. El arquitecto fue, probablemente, el borgoñón Jean Bornoy, con quien colaboraba Jacques van Thienen.
Carlos el Temerario colocó en 1444 la primera piedra del ala derecha, cuyo arquitecto se desconoce. Algunos piensan que el arquitecto fue Guillaume de Voghel, que era el arquitecto de la ciudad de Bruselas en 1452. La construcción del ala derecha finalizó en el año 1449. La torre de estilo gótico de 96 metros de altura es obra del arquitecto Jean van Ruysbroeck. En su extremo se encuentra una estatua del arcángel san Miguel, patrón de Bruselas, venciendo al Diablo.
Cabe destacar la asimetría del edificio, ya que la torre no se encuentra exactamente en el medio del edificio y la parte izquierda es diferente de la parte derecha. Una antigua leyenda cuenta que el arquitecto se suicidó tirándose de lo alto de la torre tras darse cuenta de este "error" arquitectónico. En realidad, ambas partes no fueron construidas al mismo tiempo.
Esta asimetría puede relacionarse con un posible y omnipresente simbolismo alquimista de la Grand Place. La parte izquierda del ayuntamiento cuenta con doce arcos y el lado derecho cuenta siete arcos, ambos números relacionados con la alquimia. El número siete es, de hecho, enormemente representado en la arquitectura de la Grand Place.
El Ayuntamiento de Bruselas en la Grand Place.
Esta área fue inicialmente pantanosa y fue drenada durante su construcción en el siglo XII. El pavimento original era 1.20 m más bajo que el actual. Tradicionalmente, siete calles desembocan en la plaza.
La corte de Borgoña llegó a Bruselas en el siglo XV, después de una batalla con Lovaina. Con el fin de afirmar el poder urbano frente a la autoridad central, el Magistrado de Bruselas construyó un hermoso ayuntamiento en la Grand Place. Al mismo tiempo, a los gremios que se habían organizado desde el siglo XIV se les dio la oportunidad de adquirir su propia casa gremial.
A lo largo del siglo XVIII, sin embargo, la plaza se deterioró debido al empobrecimiento de los gremios. Estos fueron abolidos en 1795 con la Revolución Francesa y las casas gremiales fueron vendidas como propiedad nacional. Alrededor de 1850-1860 surgió una sensibilidad por el valor patrimonial de los edificios: el punto de inflexión fue la demolición de la casa De Sterre en 1852.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Grote Markt se convirtió en un gran estacionamiento de coches hasta que en 1990 la plaza fue despejada del tráfico de automóviles.
Distintas casas de la Grand Place: La Estrella; El Cisne; El Árbol de Oro (del gremio de cerveceros, hoy Museo de la Cerveza).
Sabías que...
La Grote Markt fue, en su día, el escenario de diferentes actividades. Desde magníficos torneos de justas entre caballeros, hasta el recinto donde se realizaban ejecuciones. Durante la persecución religiosa y el inicio de la revuelta contra España en el siglo XVI, se ejecutaron cientos de sentencias de muerte por herejía y traición, generalmente por quema o decapitación.
Tras la visita a la Grand Place o Grote Markt, fuimos a ver el Manneken Pis. Saliendo por la Rue Charles Buls se llega en apenas 5 minutos hasta el cruce de las calles Rue de l´Etuve con Rue de Chêne donde se ubica, rodeado de chocolaterías y cafés, la figura más popular de Bruselas. Es una estatua de un niño orinando, ubicada en el centro de Bruselas. La figura, de 55.5 cm de altura, está colocada sobre un pedestal de casi 2 metros. Esta creación en bronce de Hieronymus Duquesnoy data de 1619, se ha convertido en uno de los monumentos más famosos y en un símbolo de la ciudad de Bruselas.
El cruce estaba repleto de gente, no en vano, eran alrededor de las 21:00 horas de un domingo de agosto...
El Manneken Pis y la curiosa casa que hay frente a él.
Sabías que...
El Manneken Pis es mundialmente famoso por su aspecto travieso y las leyendas tejidas en torno a su persona. De todas ellas, algunas ridículas, otras increíbles, la más probable se basa en datos históricos que os dejo a continuación:
El Manneken Pis se creó como homenaje a los niños pequeños que orinaban para que el gremio de curtidores, ubicado principalmente en el área de Stoofstraat, usase su orina para procesar el cuero que ellos trabajaban. El amoníaco de la orina era una materia prima valiosa para los sastres y curtidores en la Edad Media y hacía que el cuero fuese más flexible.
Posteriormente, regresamos hacia las calles que rodean la Grote Markt buscando algún lugar para cenar. Queríamos probar los famosos mejillones al vapor con patatas fritas de Bruselas... Caminando sin prisa por las calles, encontramos un lugar que nos gustó a primera vista...
Nos dimos un “homenaje” cenando en el Restaurante Brasserie de la Ville, en el número 14 de la Rue des Chapeliers. Bueno, yo justo los probé… ¡! Iosu se comió, él sólo, toda la cazuela ¡! Le quité dos o tres para decir que los había probado. Ricos, muy ricos. Yo pedí una ensalada “Nicosia” que, por cierto, estaba bastante buena. En total, los dos platos, con una cerveza y un botellín de agua nos clavaron 43 €, pero la experiencia de los mejillones valió la pena.
La trajeta de visita del Restaurante Brasserie de la VIlle y los mejillones al vapor.
Mientras cenábamos se nos echó encima la “hora azul”. En la calle había mucha gente, claro, además de las vacaciones… Era domingo. Desde allí nos volvimos caminando al hotel. Era hora del descanso, siempre que hay traslados son días de mucha tensión. En el apartamento, descargué las fotos y luego a la cama.
Bruselas
Nos levantamos a eso de las 08:30 horas. Estábamos cansados. Tras desayunar y darnos una ducha, salimos a la calle. Fuimos al metro de la estación llamada Botanique y sacamos un bono diario que nos costó 8 € a cada uno. Este bono nos
daba la opción de hacer viajes ilimitados en el metro. Cada billete individual cuesta 2,50 €, así pues, creo que se ahorra algo de dinero. En primer lugar, fuimos hacia el llamado barrio “europeo”. Teníamos entrada reservada para ver el Parlamento de Europa a las 11 de la mañana. Vimos, en primer lugar, el edificio de la Comisión
Europea. Después, fuimos a ver el Parlamento. Entramos puntuales.
El bono-billete del metro para toda la jornada.
Tras pasar el control de seguridad, cogimos una audio-guía e hicimos el recorrido típico. Visitamos el hall por donde entran los parlamentarios, luego la zona de acceso y el hemiciclo. Iosu se aburría y salimos enseguida. La verdad es que, con media hora, es suficiente para esta visita.
El metro en Botanique, la reserva de entrada y el barrio europeo.
El acceso al barrio europeo y el hemiciclo del Parlamento de Europa.
Desde allí fuimos al Parque Leopold. No tiene mucha cosa, un espacio verde con un estanque, eso sí, lleno de patos. Hicimos unas fotos y continuamos la marcha. Luego fuimos a visitar el Parque del Cincuentenario, un espacio amplio, pero bastante dejado. Tras esta visita, cogimos el metro de la línea 1, en la parada llamada llamada Schuman y fuimos hasta Arts-Loi. Allí cambiamos a la línea 6 y fuimos directos hasta la parada llamada Heizel, la más cercana para ver el Atomium.
En el Parque Leopold, patos y cisnes campaban a sus anchas.
Abajo, el Parque del Cincuentenario con sus dos construcciones más importantes; el Arco del Triunfo (izda) y la Torre Tournai y el Museo del Cincuentenario (dcha).
Teníamos reserva para poder acceder desde las 10:00 de la mañana hasta las 17:00 horas de la tarde. Llegamos sobre las 14:00 horas, pensando que a la hora de la comida habría menos gente… Pero, parece que todos pensamos de la misma manera. Bueno, había gente, pero, tampoco era una cosa exagerada. Eso sí, hice bien en pagar un poquito más por la reserva, porque en la taquilla había una cola muy larga…
Subimos hasta la sexta planta que es la que te enseñan y pasamos el rato viendo maquetas, información y fotos de las obras de construcción. Luego, vimos una sala futurista llena de neones y música para la ocasión. Pasamos dentro unos ¾ de hora.
Detalle de una bola y la reserva de entrada del Atomium.
Distintas tomas del Atomium.
Sabías que...
El Atomium es una estructura construida para la Exposición General de Bruselas de 1958 *, pero, se ha convertido en un auténtico símbolo de la capital de Bélgica. Representa un cristal de hierro ampliado 165 mil millones de veces. Está formado por nueve esferas de acero y aluminio de 18 metros de diámetro cada una y alcanza, en total, 102 metros de altura. Está ubicado en el parque de Heysel.
Al igual que pasó con la Torre Eifel de París, la estructura, diseñada por el ingeniero André Waterkeyn y los arquitectos André y Jean Polak, fue planeada para permanecer seis meses; sin embargo rápidamente se convirtió en una atracción turística y se quedó… para “siempre”.
A partir de febrero de 2004, fue reacondicionado por el estudio de Christine Conix y, totalmente renovado, se abrió nuevamente el 18 de febrero de 2006. En su interior se incluyó un elevador que lleva a la cima a una velocidad de 5 m/s.
* La Exposición General de Bruselas de 1958 tuvo lugar del 17 de abril al 19 de octubre de 1958 en Bruselas y estuvo regulada
por la Oficina Internacional de Exposiciones. Fue la primera exposición mundial importante después de la II Gran Guerra.
Al salir, comimos unas croquetas de pollo con rebozado crujiente y unas patatas fritas en una full-trak que estaba aparcada allí mismo. Tras comer y tomar un refresco, cogimos el metro de vuelta y fuimos a descansar un rato al apartamento. Hacía mucho, mucho calor…
Pensamos en descansar un par de horas y luego volver a la Grote Markt para intentar coger la “hora azul”. Salimos de nuevo sobre las 19:00 horas. Cogimos el tranvía hasta la estación de Santa Gúdula y luego, a pie, hasta la plaza. Me puse a fotografiar las gárgolas del edificio del Ayuntamiento que, en su conjunto, son maravillosas.
La colección de gárgolas del Ayuntamiento de Bruselas.
Detalles de la fachada del Ayuntamiento de Bruselas.
Esperamos pacientes viendo ir y venir a la gente. Pero, ese era el problema, demasiada gente para poder hacer algo en condiciones. Tras hacer algunas tomas y viendo que no tenían mucho interés, fuimos a cenar algo. Cenamos unos spaghettis en el restaurante llamado Les Memories de Gretty, allí mismo en la zona de la Grote Mark.
Esperando a la "hora azul" frente a "la casa del pan".
La "hora azul" en la Grote Markt.
Después de cenar, regresamos al apartamento. Llegamos a eso de las 00:15 horas. Descargué las fotos y adelanté un poco el trabajo del día siguiente, recogiendo ropa y demás cosas que no íbamos a necesitar. Me di una ducha rápida y a descansar…
¡! Estábamos molidos ¡! Sé que parece un tópico del fin de jornada, pero, con las caminatas que nos dábamos (12, 14, hasta 17 Kms) y las temperaturas de treinta y tantos grados, esa era la sensación que nos quedaba al final del día.
Bruselas - Amberes
Me levanté a eso de las 07:00 horas. Acabé de recoger todo, porque a las 12:00 del mediodía debíamos hacer el check-out. Con todo preparado, salimos a hacer las últimas visitas pendientes. Monts des Arts, el Palacio de Bruselas, con sus
Jardines, la Iglesia del Sablón…
Estaba todo bastante cerca entre sí, pero, la mañana fue bastante decepcionante. Monts des Arts es un jardín de aproximadamente 50 x 30 metros, tras la estatua de *Alberto I; La iglesia del Sablón estaba totalmente andamiada porque la estaban restaurando; la acera de la fachada principal del Palacio estaba en obras, todo lleno de vallas y máquinas y los jardines… Un tremendo secarral bastante descuidado y lleno de hierbajos.
* Alberto I de Bélgica (Bruselas, 8 de abril de 1875 - Namur, 17 de febrero de 1934), fue el tercer rey de los belgas desde la muerte de su tío, Leopoldo II, en diciembre de 1909, hasta su deceso en 1934. Su abuelo, Leopoldo I, había sido el primer rey de los belgas. Jefe supremo del ejército belga, tomó el control personalmente de las tropas de su país al estallar la Primera Guerra Mundial y llegó a estar al frente de las operaciones en la batalla del Yser.
Mont des Arts, la estatua ecuestre de Alberto I, el Palacio Real en la Royal Place, la Iglesia del Sablón (andamiada) y los Jardines de Palacio.
Así que, bastante desilusionados con esa parte de Bruselas, volvimos al apartamento a recoger las maletas. Hicimos el check-out y salimos con rumbo a la estación de autobuses. Paramos en un bar para tomar un refresco y hacer algo de tiempo, porque, hasta las 13:25 horas no cogíamos el bus… Salimos de Bruselas puntuales. Teníamos una hora de camino hasta nuestra próxima parada, Amberes. A las 13:50 paramos en el aeropuerto de Bruselas, sito en la localidad de Zaventem. Reanudamos la marcha a las 14:05.
La reserva del viaje a Amberes.
Llegamos a Amberes a las 14:35, con unos minutillos de retraso. El bus nos dejó al otro lado del barrio judío, en la calle Borsbeekbrug. Desde allí, hasta el Hotel Ibis Budget Antwerpen Central Satation, teníamos 2.5 Kms de distancia. Fue horrible. Un calor sofocante y una caminata bajo un sol de justicia nos dejaron exhaustos. Empezamos a ver a los primeros judíos a los que mi hijo llamaba “raritos”. La verdad es que están anclados en un mundo de hace un siglo…
Algunos de los judíos que vimos al atravesar su barrio.
Sabías que...
Es muy conocida la existencia del barrio judío en Amberes, pero, su historia no es tan conocida. Se sabe que Baldwin IV, conde de Flandes, invitó al rabino Ya’aqov, hijo del rabino Yequtiel, y a otros treinta judíos a establecerse en Flandes en 1023. Si bien no se sabe con precisión dónde se establecieron, se considera que este es el primer establecimiento de la comunidad judía en la región. En 1261 Enrique III, duque de Brabante y margrave de Amberes, expresó su deseo de expulsarlos.
A mediados del siglo XIV, el entonces duque de Bramante, Juan III, llevó a cabo una campaña anti-judía masiva y los expulsó. Un nuevo grupo de inmigrantes judíos comenzó a establecerse en Amberes a principios del siglo XVI, cuando la ciudad se convirtió en un refugio, relativamente seguro, para los judíos que huían de las persecuciones y expulsiones en la Península Ibérica. Se mantuvo su presencia durante el siguiente siglo y medio, aunque a los judíos no se les permitió adquirir la ciudadanía.
En 1794, con la llegada de la Revolución Francesa, los judíos pudieron volver a establecerse libremente en Amberes. La actual comunidad judía de la ciudad se estableció oficialmente en 1816, cuando llegaron a contarse unos cien individuos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el 65% de los judíos de la ciudad fallecieron en el Holocausto. El 14 de abril de 1941, se produjo el llamado «pogromo de Amberes» cuando unos 200 seguidores de la Vlaams Nationaal Verbond («Unión Nacional Flamenca»), Volksverwering («Defensa del Pueblo»), Liga Anti-judía y otras organizaciones pro-nazis celebraron su particular "noche de los cristales rotos", quemando dos sinagogas en la calle Oosten, rompiendo las ventanas de las tiendas de propiedad judía, dañando símbolos religiosos. Entre mayo y septiembre de 1942, unos 1.500 hombres judíos de Amberes fueron llevados a trabajos forzados en el norte de Francia, construyendo el «Muro Atlántico» para la Organización Todt. De una comunidad de alrededor de 35.000 individuos en Amberes antes de la guerra, quedaron unos 15.000 después de 1945.
Actualmente, la comunidad judía de Amberes consta de alrededor de 18.000 miembros. La mayoría pertenecen a comunidades ortodoxas, aunque los niveles de práctica religiosa varían. Los haredi, o judíos ultraortodoxos, tradicionalmente tienden a vivir concentrados en el centro de la ciudad en un área cercana a la estación central de trenes de Amberes. Este barrio también se conoce a veces como «Amberes judío». Su principal atractivo es su proximidad a la bolsa de diamantes donde, en tiempos pasados, trabajaba gran parte de la comunidad. También es donde se encuentran las escuelas judías, los puntos de venta de comida kosher y los servicios en general.
Los datos y el logo del hotel de Amberes.
Llegamos al hotel e hicimos el check-in. Nos asignaron la habitación 512. Tras dejar las maletas y asearnos un poco, bajamos a comer algo. Allí mismo, en la misma manzana donde estaba el hotel, teníamos un local que hacía las labores de cafetería y restaurante, su nombre; “Le Pain Quotidien”. Comimos unas ensaladas y un postre y subimos a descansar un poco.
La terraza de "Le Pain Quotidien" y los platos que comimos allí.
Escudo de Amberes.
Amberes
La ciudad de Amberes fue antiguamente conocida con el nombre de Antuerpia. En el censo de 2022 tenía 530.344 habitantes, que la hacen la ciudad más poblada de Bélgica. Amberes está a orillas del río Escalda, vinculado al mar del Norte por el estuario del Escalda Occidental (Westerschelde).
Se encuentra a 40 km al norte de Bruselas, y a unos 15 km al sur de la frontera con los Países Bajos. El puerto de Amberes es uno de los más grandes del mundo, el segundo de Europa y entre los 20 primeros a nivel mundial. La ciudad es también conocida por su industria del diamante y por el comercio.
A principios del Renacimiento la ciudad pertenecía a los Países Bajos Españoles. El siglo XV marcó el inicio del desarrollo económico de la ciudad, que se convirtió en uno de los centros comerciales más importantes del norte de Europa.
Tanto económica como culturalmente Amberes fue, durante mucho tiempo, una ciudad importante, especialmente antes y durante la Furia Española (1576) y posteriormente a lo largo y después de la revuelta holandesa.
Cuenta la leyenda...
... Que en el río Escalda vivía un gigante llamado Antigoon. Este, cobraba un peaje a los barqueros que pasaban por el río. Aquellos que se negaban a pagarlo recibían un castigo y, como tributo, les cortaba una de sus manos y la arrojaba al río.
Pero, un día llegó a la ciudad un joven romano llamado Silvio Brabón (en latín Silvius Brabo). Se negó a pagar el peaje y Antigoon se acercó para cortarle la mano. Ambos se emplearon en una feroz lucha que acabó con la muerte del gigante. Brabo, cortó la mano del gigante y la arrojó al río, liberando así a los barqueros del gigante Antigoon. La ciudad pasó a conocerse como Antwerpen (arrojar la mano en neerlandés).
* Esta es la leyenda de la etimología del nombre de la ciudad de Amberes. Otra teoría dice que el nombre se originaría en el período galorromano y provendría del latín Antverpia. Ante (antes) Verpia (sedimentación), al crearse un asentamiento a orillas del río Escalda. Otra teoría, sugiere que el nombre de Amberes deriva de "anda" y "werpum" (que vendría a decir "en el muelle"). Otra teoría más, señala en cambio que, desde el siglo VII, se registra de forma escrita la forma de Andoverpis, nombre de origen celta para designar a "aquellos que viven en ambas orillas".
Después de descansar un rato, salimos a dar una vuelta. Nos acercamos, en autobús, hasta el Museum aan de Stroom. Pensaba que iba a estar cerrado, pero, para nuestra sorpresa, a las 19:00 horas aún se podía acceder a su terraza. Había leído que, desde arriba, había una panorámica excelente de la ciudad… El acceso es gratuito. Subimos y vimos desde allí la puesta del sol, pero lo de la panorámica era otra historia.
Una alta pantalla de cristal, bastante sucia, por cierto, impedía hacer algo en condiciones debido a los reflejos que causaba. Me lo tuve que trabajar para hacer la foto de abajo.
A la derecha el edificio del Museo aan Stroom en el muelle de Amberes. A la izquierda una de las panorámicas que hice desde la terraza.
Vimos desde allí arriba el Castillo de Steen, la Catedral, la noria, el viejo puerto… Al bajar, quisimos cenar en un restaurante chino sito frente al museo, pero ya no nos atendieron. Cerraban todo súper pronto. Probamos en otro tailandés e ídem. Así que nos tomamos una cerveza y salimos del paso. Luego, dando un paseo por los muelles a lo largo del río Escalda, llegamos hasta el Castillo Steen, “la roca” en holandés.
El castillo Steen y su gigante Lange Wapper.
El Castillo Steen fue la primera fortaleza en piedra de la ciudad y se construyó después de las incursiones vikingas en los comienzos se la Edad Media. El castillo hizo posible controlar el acceso al río Escalda. Es la construcción más antigua de la ciudad. En el lugar donde hoy se encuentra el castillo Steen, hubo un fuerte del siglo IX. El actual castillo fue construido entre 1220 y 1225 como residencia para el *Márgrave de Amberes. En ese momento, el edificio era conocido como Antwerpse Burcht, o "Fortaleza de Amberes." Recibió su nombre actual hacia 1520, después de la ampliación llevada a cabo por el emperador Carlos V. Se la conocía como la roca del rey y, con el tiempo, quedó en Het Steen (la roca). Steen significa "piedra" en holandés. En su antepuerta encontramos la figura de Lange Wapper.
NOTA:
* En la Europa medieval, una marca era, en términos generales, cualquier tipo de territorio fronterizo, más específicamente, una marca era una frontera entre reinos o una zona neutral bajo el control conjunto de dos Estados. Las marcas tenían un propósito político, como advertir sobre incursiones militares o regular el comercio transfronterizo. Estas marcas existieron en varias entidades políticas de la Edad Media: bajo el Imperio carolingio, en el Sacro Imperio Romano Germánico y en al-Ándalus.
* El Margrave es el nombre en español dado al título germánico Markgraf, equivalente a marqués. (Condado --> conde, marca --> marqués).
Sabías que...
Lange Wapper es un verdugo que aparece en todo tipo de cuentos populares de Amberes. Según leyendas del siglo XVI, a Lange Wapper le gusta estar cerca del agua y vaga por las orillas del río Escalda. Puede hacerse tan pequeño como un niño o tan grande como un gigante. Él intimida a los borrachos y juega con los niños, los lleva a dar un paseo y luego desaparece con una risa diabólica.
Caminando, ya de noche cerrada, llegamos a la noria de la ciudad llamada “The View”. Estaba en funcionamiento y decidimos subir igual que lo hicimos en Londres y en Cracovia. El precio 9 €, creo que la más cara de las tres que hemos visitado. Desde allí arriba sí que había buenas vistas, pero, al ser ya de noche, no las pudimos disfrutar del todo.
"The View", la noria de Amberes con distintos tiempos de exposición... Una de mis "pedradas".
La entrada para subir a la noria de Amberes.
Cuando bajamos nos dirigimos hacia la Grote Markt y sacamos unas fotos a la fuente del Bravo. Intentamos cenar algo en otros dos sitios, pero, finalmente, fue imposible.
La Grote Markt y la fuente del Bravo.
En un lateral de la plaza encontramos un local de comida rápida. Compramos unas alitas de pollo y unas hamburguesas. Posteriormente, junto a la boca del tranvía, en una tienda de un tipo hindú o pakistaní compramos agua. Cogimos el tranvía para regresar al hotel. En Amberes, el tranvía es como el metro, porque gran parte del recorrido se realiza bajo tierra.
Mientras íbamos al hotel, hablando con mi hijo, salió el tema de que estábamos alojados junto al famoso Zoo de Amberes.
Un billete del tranvía-metro de Amberes.
Cuando se enteró de eso se le metió en la cabeza que quería visitarlo y me pidió que fuésemos al día siguiente… Ya en el hotel, cenamos mientras descargaba las fotos… Otro palizón de día…
Tras descargar las fotos y formatear las tarjetas para el día siguiente, me di una relajante ducha. Luego, me fui a la cama pensando cómo añadir a las visitas que tenía ya programadas, la visita al zoo. ¡¡ Buuuufffff !! Ese tema me iba a quitar el sueño...
Amberes
Nos levantamos a las 07:30. A las 10:00 teníamos entradas para visitar la casa-museo de Pedro Pablo Rubens, una de las figuras más representativas de la pintura flamenca del s. XVII. Nació en Siegen (Alemania) y fallecido en Amberes
que, prácticamente, fue su ciudad adoptiva y donde pasó la mayor parte de su vida. A mí, particularmente, me hacía mucha ilusión entrar en esta casa-museo y ver su obra. Pero la conversación de la noche anterior me había hecho trastocar todos los planes.
La reserva on-line de la entrada a la casa-museo de Rubens.
Después de desayunar salimos a la calle. Cogimos el metro-tranvía en su línea 15 y nos dejó en el centro en diez minutos. Con un cuarto de hora de antelación y con la ayuda de Gooogle, llegamos a la calle Wapper donde se ubica la Rubenshuis. Nos cambiaron el justificante de la reserva por unas pulseras plastificadas que nos colocaron en la muñeca y nos hicieron dejar las mochilas en unas taquillas. Podíamos hacer fotos, pero, sin flash como en casi todos estos lugares. Puntuales se abrieron las puertas del museo y, los allí congregados, fuimos entrando poco a poco. Ya en el interior, preguntaban la nacionalidad y te activaban una audio-guía para hacer el recorrido completo. Luego, se accedía por una escalera y empezaba la visita…
Fachada de la Rubenshuis.
Iosu me volvió a pedir que encajase esa visita y, finalmente, tuve que dejar alguna cosa para poder meter el zoo. En realidad, el viaje también era para él y, si le hacía tanta ilusión ver los animales, pensé que debíamos verlos…
Las estancias de la casa, repletas de obras de arte, servían de sala de exposiciones. Fue un honor poder visitar la casa de uno de los mejores pintores de la historia.
La verdad es que está muy bien organizado. Además de ir viendo algunas de sus mejores obras, te habla de la vida y obra de Pedro Pablo Rubens, su periplo por Italia, su escuela pictórica, su familia… Bastante completo. Me gustó.
La vida de Rubens es muy extensa y con muchos datos como para escribirlos aquí, así que, os dejo un enlace a la Wikipedia por si queréis profundizar en su vida y obra.
Al terminar la visita, tomamos una cerveza y un refresco en una terraza frente a la casa-museo, allí mismo, en la calle Wapper. Después nos dirigimos a la Iglesia de San Jacob, donde descansan los restos mortales de Rubens, para, así, cerrar el círculo viendo su mausoleo. Resultó que la iglesia sólo abre al público desde las 14:00 a las 17:00 horas. Así que nos conformamos con fotografiar la fachada de la misma. Desde allí, nos dirigimos a la parada del tranvía número 15 y volvimos hacia el barrio judío. Fuimos derechos a la entrada del zoo.
A las 12:30 entramos en el recinto. El precio es caro, bueno, puedes pasar allí todo el día, pero 32.50 € los adultos y 30.00 € los chavales de 12 a 17, me parece un poquito caro… El caso es que estábamos de vacaciones, era un capricho de mi hijo y era una forma de pasar una tarde amena junto a él. El horario varía dependiendo de la estación del año y el precio varía según tramos de edad, bonos, visita guiada… etc.
De todas formas, os dejo el enlace a su página web donde encontrarás toda la información necesaria.
La iglesia de San Jacob.
Sabías que...
El Zoológico de Amberes está situado justo al lado de la estación de tren Antwerpen-Central. Es el parque de animales más antiguo de Bélgica, y uno de los más antiguos del mundo. Desde su fundación el 21 de julio de 1843 por la originalmente llamada Société Royale de Zoologie d'Anvers (Real Sociedad de Zoología de Amberes), su objetivo fue fomentar las ciencias zoológicas y botánicas.
En la actualidad tiene prestigio internacional gracias a su colaboración en programas de cría de especies animales en peligro de extinción como el bonobo (una especie de chimpancé) y el okapi. Los bellos edificios y el jardín de este parque zoológico gozan de la protección de un monumento. Durante su construcción en 1843, el ZOO estaba ubicado justo fuera de las murallas de la ciudad. Hoy día, este parque zoológico es un oasis de tranquilidad en el mismo corazón de Amberes.
La entrada al zoo de Amberes.
Uno de los laterales del zoo, en el mismo corazón de la ciudad.
El folleto, con el recorrido numerado, que te entregan en la entrada.
El ticket de entrada al zoo.
El recorrido se inicia justo detrás de las taquillas. Un camino numerado, en el sentido de las agujas del reloj, te va llevando por las distintas zonas. Mariposas, monos, aves…
Fuimos recorriendo cada espacio, curiosos y atentos a todo. En una curva encontramos el restaurante. Estaba bastante lleno y pasamos de largo. Luego, un poco más adelante, dimos con un puesto donde hacían perritos calientes y paramos allí.
La zona de los monos con mandriles, chimpancés, mono cara búho, colobos y los bonobos, especie en recuperación.
Mariposas y aves de llamativos colores en otra de las secciones del zoo.
Tras comer algo y recuperar líquidos con unos refrescos, seguimos el recorrido… Jirafas, okapis, cebras, elefantes, rinocerontes… Nuestro pequeño "safari fotográfico" continuaba adelante.
Jirafas, rinocerontes, okapis, cebras, lémures...
Llegamos a los leones. El rey de la selva se mostraba esquivo a posar abiertamente, quizás el calor le agobiaba un poco. Sin prisa, pero, sin pausa, fuimos dando la vuelta al recinto... Peces, reptiles, focas, pingüinos…
Leonas y leones tumbados al sol... ¡¡ Vaya vidorra !!
Buitres, marabúes, pavos orientales, mofetas, un barbirusa, suricatas... fuimos viendo decenas de especies algunas bastante raras.
Al terrario con tortugas y reptiles, le seguía un recinto lleno de pequeños pájaros de colores.
El aquarium, con pingüinos e infinidad de peces, nos hizo pasar un buen rato haciendo fotos.
Hasta que llegamos al final del recorrido, cansados, agobiados por el intenso calor que hacía y sedientos. Antes de salir, compramos agua en uno de los kioscos y nos la bebimos de tirón. En esta época del año, en pleno mes de agosto, el zoológico cerraba a las 18:00. Lo cierto es que no nos sobró mucho para hacer todo el recorrido de forma tranquila, sacando fotos y disfrutando de la jornada.
A las 17:45, salíamos a la plazoleta que da acceso a la preciosa Estación Central de Trenes de Amberes, un edificio impresionante, bello y bien cuidado. La estación fue construida entre 1895 y 1905 reemplazando al anterior edificio que servía de estación terminal de la línea ferroviaria Bruselas-Malinas-Amberes y que había sido inaugurada el 3 de mayo de 1836.
El edificio, revestido en piedra y con una amplia cúpula sobre la sala de espera, fue diseñado por Luis Delacenserie y la estructura de 185 metros de largo y 44 metros de altura de hierro y vidrio que cubre las vías por Clemente van Bogaert. El viaducto en la estación es también una estructura notable diseñada por el arquitecto Jan Van Asperen. La estación es considerada como el mejor ejemplo de arquitectura ferroviaria en Bélgica. En febrero de 2009 la revista estadounidense Newsweek la consideró la cuarta estación ferroviaria más bella del mundo.
Imágenes de la estación central de Amberes; su hall, la fachada principal y sus andenes.
Iosu estaba derrotado, y yo, también notaba cierto cansancio, todo sea dicho… Decidimos ir al hotel a descansar un momento. Mi hijo quería ver la final de la Supercopa de Europa entre el Real Madrid y el Frankfurt, pero en la habitación del hotel no había televisión. Luego, mirando en Internet, vimos que lo echaban en cerrado, por la plataforma de Movistar…
Sobre las 19:30 horas decidimos ir al centro a cenar algo y ver si encontrábamos algún bar donde poder ver el dichoso partido… Cenar, sí, cenamos, pero, lo del partido fue imposible. La cultura europea no es como la nuestra. Allí no hay ese típico bar de “poteo”, donde te sientas con una cerveza y te tiras dos horas con una consumición. Allí, la casi totalidad de establecimientos en hostelería son restaurantes, cafeterías o heladerías y se pide, se consume y te levantas…
Cenamos en el restaurante La Torre, junto a la Grote Markt. El camarero le pasó la clave del WIFI al crío para que pudiera conectar y ver el fútbol, pero la conexión no era muy buena y se paraba. Así que cenamos, una pizza para mí y algo de pasta para Iosu y, en el descanso del partido, volvimos al hotel.
Finalmente, el Real Madrid ganó 2-0 y, por lo menos, el crío se llevó una alegría. Nosotros, cansados de día, nos fuimos a dormir.
¡! Estábamos molidos ¡!
Amberes - Brujas
La noche anterior habíamos decidido que no saldríamos a hacer ninguna visita esa última mañana. Viajábamos a Brujas a las 11:30 horas y era muy estresante salir hasta el centro y volver a tiempo. Definitivamente, nos tomamos la mañana
con relajación. Me levanté a las 07:45. Recogí todo, me duché, hice las maletas y llamé al crío. A las 09:00 bajamos a desayunar a la cafetería donde comimos el primer día. De lujo, zumo, croissant, café… Luego, volvimos al hotel, hicimos el check-out y salimos hacia la estación del bus, ubicada al norte de la preciosa estación central de trenes de Amberes. Hacía un sol de justicia, así que, nos “refugiamos” tomando un café en una cafetería sita frente a la parada de Flixbus, en la calle Koningin Astridplein. El autobús llegó con 20 minutos de retraso…
Paramos en Gante a las 12:50. Llegamos a Brujas a las 13:35, por una carretera con 3 carriles en cada sentido, con mucho tráfico y… ¡! Un conductor pésimo ¡!
La reserva del viaje a Brujas.
La estación de autobuses de Brujas junto a la estación central de tren, estaba bastante cerca del Ibis Budget Brugge Centrum Station donde teníamos la reserva, en la calle Marie Popelinplastsoen 4, porque apenas nos separaban 5 minutos a pie y, menos mal, porque el calor era sofocante a esas horas.
El logo y los datos del Hotel ibis de Brujas.
Escudo de Brujas.
Brujas
Brujas nació en el Rozenhoedkaai, el muelle del Rosario, gracias a los vikingos hace ya 1.200 años. Los míticos guerreros escandinavos venían bordeando la costa del Mar del Norte con sus ligeros drakkars. Desembarcaban, lanzaban sus incursiones tierra adentro y se iban.
El topónimo de la ciudad tiene dos teorías; una dice que viene de la palabra vikinga brygga que significa lugar de amarre, refugio, puerto. La otra parece ser que viene de brüggen que significa puentes en lengua flamenca. Cualquiera de las dos podría ser la válida…
Posteriormente, tras la época vikinga, ya en el siglo XI, la ciudad floreció gracias al comercio. Aprovechando sus canales que, en aquel entonces, eran navegables hasta el Mar del Norte, llegó a ser la principal ciudad portuaria de Europa hasta el siglo XV.
Los comerciantes de todo el mundo acudían a la ciudad para vender sus productos y comprar el internacionalmente afamado paño flamenco que se fabricaba en varias ciudades cercanas, entre ellas Gante.
En 1297 Flandes pasa a ser parte del Reino de Francia, pero encuentra una fuerte resistencia entre los flamencos que no aceptan esa imposición. Felipe IV de Francia para hostigar más a la población encarcela al Conde de Flandes y nombra un nuevo gobernador. Expulsa a los ciudadanos de Brujas de sus casas e instala en ellas a sus tropas, provocando el rechazo de la gente a todo lo francés.
El 18 de mayo de 1302, el pueblo de Brujas vuelve a la ciudad instigados por los revolucionarios Johan Breydel y Pieter de Coninck, asesinando a todo francés que sale a su paso. Aquella masacre fue conocida como los “Maitines de Brujas”. Felipe IV manda más tropas para luchar contra el Conde de Flandes en la conocida como la “Batalla de las Espuelas de Oro”. El ejército francés sufre una dolorosa y humillante derrota. Se establece el reinado de Felipe III de Borgoña, apodado “el bueno”, quien trae estabilidad y prosperidad cultural a la ciudad. Los comerciantes genoveses y venecianos llegan a Brujas e impulsan el comercio. Se crea la primera bolsa de valores. En aquel entonces, siglo XV, Brujas se convirtió en el almacén de las ciudades de la liga hanseática. Varios países, entre ellos Italia, España, Alemania y algunos escandinavos, tuvieron su propia representación en la ciudad, pudiéndose oír varios idiomas en sus calles empedradas.
En la primavera de 1465 Carlos “el temerario”, hijo de Felipe III, se hizo con el poder mediante un verdadero golpe de Estado, dirigiendo de hecho el ducado durante los dos últimos años del reinado de su padre. El 3 de julio de 1468 se casó con Margarita de York o Margarita de Borgoña, hermana de Eduardo IV de Inglaterra.
Carlos “el temerario” fue un hombre a caballo entre el Medievo y el Renacimiento, instruido, conocedor de los clásicos y dotado de un gran genio político. Fue, sin embargo, su carácter violento e impulsivo el que le haría famoso. Sus modelos estaban en Ciro, Aníbal, Julio César y Alejandro Magno. Poseedor de un coraje excepcional, Carlos se perdería por su orgullo. Fue derrotado y muerto en la batalla de Nancy en octubre de 1476. Su hija Margarita de Borgoña, con tan sólo 20 años, le sucede en el poder. Esta, el 19 de agosto de 1477, se casa con Maximiliano I, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y da a luz a Felipe IV de Borgoña (quien sería Felipe I de Castilla, “el hermoso”). Maximiliano fue declarado heredero de María. Como resultado de ese matrimonio, los Habsburgo pudieron reclamar las tierras del ducado de Borgoña. Luis XI de Francia no aceptó la pérdida de Borgoña, y en la primavera de 1478 estalló una guerra entre él y Maximiliano, una guerra que duraría varios años.
El 6 de marzo de 1482, la esposa de Maximiliano, María, se fracturó la columna cuando su corcel tropezó, lanzándole al suelo durante una cetrería. Tres semanas después murió y fue enterrada en Brujas. Su joven hijo Felipe fue proclamado nuevo duque, y Maximiliano se convirtió en regente.
Este es un punto de inflexión en la historia de la ciudad.
Maximiliano I se queda al mando de todo Flandes y de la joya más preciada, Brujas. En aquel entonces, la ciudad amurallada, con siete puertas de acceso y veintitrés molinos de viento, era autosuficiente y prácticamente inexpugnable. Pero, en lugar de mantener la estabilidad, Maximiliano I endurece su política con el fin de recaudar más dinero para financiar sus guerras contra Francia. Los ciudadanos, asfixiados por los impuestos, secuestran y encarcelan a Maximiliano con la amenaza de retenerlo hasta que firme un tratado en el que se comprometa a bajar los impuestos sin tomar represalias con la población. Es retenido durante cuatro meses, pero, no cede. Entonces retienen a su asesor y mejor amigo Pieter Lanchals, cuya traducción sería Pieter “cuello largo”. Este, es decapitado y su cabeza se la llevan a Maximiliano y después es exhibida, pinchada en una pica, en la Gentpoort (Puerta de Gante). Entonces firma la derogación de la subida de impuestos y el compromiso a no castigar a la población y es puesto en libertad.
Maximiliano I, como había prometido, no tomó represalias contra los civiles, pero, dio tres órdenes que condenaron a Brujas al olvido y la pobreza:
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1º: Ordenó derribar los molinos de viento para que no fuese autosuficiente con el grano y dependiese de otras ciudades para moler. (Sólo quedan 4 de 23 que hubo).
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2º: Ordenó derribar las murallas y las puertas de entrada a la ciudad, para hacerla vulnerable a los ataques enemigos. (Sólo quedan 4 puertas de las 7 que hubo).
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3º: Ordenó cerrar el canal que conectaba la ciudad con el Mar del Norte, condenándola a perder la hegemonía del comercio marítimo en favor de Amberes. Ese fue el castigo más doloroso y severo que enterró a Brujas en el olvido durante cuatrocientos años, sumiéndola en una etapa oscura y decadente.
No es hasta el s. XX cuando, aprovechando su maravilloso patrimonio medieval, prácticamente intacto por el abandono en el que estuvo sumida, cuando la ciudad renace cual Ave Fénix y se convierte en un punto turístico muy importante.
Recordemos que su casco histórico está declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO desde el año 2000.
En recepción nos atendieron muy bien. Nos asignaron la habitación 520. Después de alojarnos y asearnos un poco, bajamos a comer algo. Justo al lado del hotel había varios locales donde poder hacerlo; Dominos Pizza, Bocatas, un pequeño restaurante…
La pizza de peperonni que nos comimos en el Dominos de Brujas-Estación.
Sobre las 18:30 horas salimos hacia el casco antiguo. Pasamos por el Parque Minnewater y el Begijnhof, hasta llegar a la hora establecida a la estatua del centro de la Grote Markt. El tour, denominado “El lado oscuro de Brujas”, tenía muy buena pinta…
La confirmación de la reserva del tour.
La habitación era pequeña, bueno, una “ibis estándar", pero con un potente aire acondicionado que nos vino de maravilla…
Comimos una pizza enorme en Dominos, con unos refrescos. Luego subimos a descansar un poco ya que, a las 20:00 horas, teníamos reservado un free-tour. El ratito de descanso nos vino muy bien.
Aunque seguramente estéis ansiosos por adentraros en el centro de Brujas, no os arrepentireis en dedicarle media hora al Minnewater Park, para dar una vuelta por sus senderos y jardines y hacer desde el puente las primeras fotografías de la ciudad.
El Parque Minnewater un auténtico "pulmón verde" en la ciudad de Brujas.
Cuenta una leyenda de flandes...
… que, en tiempos de la ocupación romana, Minna era una joven hermosa cuyo padre la había dado en matrimonio a un hombre de su tribu. Sin embargo, Minna estaba enamorada de Stromberg, un joven de otra tribu, por lo que decidió escapar y esconderse en el bosque.
Pasaron muchos días y cuando Stromberg la encontró era demasiado tarde, Minna murió de hambre y sed en los brazos de su amado. El joven decidió enterrarla en ese mismo sitio e inundar la tumba rompiendo un dique que dio lugar al lago que lleva su nombre; Minnewater.
*La versión más realista y mucho menos romántica sobre su origen explica que este lago no era más que un muelle donde atracaban los barcos extranjeros que llegaban a Brujas cargados de lana, vino y otros productos importados, y que existía al menos desde el siglo XVI.
El Parque Minnewater o Lago del amor: se mire por donde se mire, Minnewater es un precioso lugar que incluye verdes prados por los se pueden dar interminables paseos, construcciones de cuento y cisnes, con el lago como elemento principal.
El lago tiene sus orígenes en un muelle que data del siglo XVI donde atracaban los barcos extranjeros que llegaban a Brujas cargados de vino, lana y otros productos importados.
El parque que rodea al lago se inauguró en 1979 y cuenta con lugares de una gran belleza que no debes perderte:
* Castillo de Falle; de estilo gótico, y construido en piedra. No es una construcción muy grande, pero parece de cuento, dándole un toque principesco a esta zona del parque Minnewater.
* Minnewaterbrug; A la entrada del Parque Minnewater se encuentra un puente construido en 1740 desde el que se disfruta unas maravillosas vistas panorámicas de Brujas, y cuya leyenda asegura que, al cruzar el puente, se conocerá el amor eterno.
* Los cisnes pasean y nadan por el parque. Así que casi sin quererlo, reclamarán nuestra atención. Uno de los símbolos de Brujas es el cisne, y siempre hay muchos de ellos en el Lago del Amor.
* Kasteel Minnewater, no es algo para ver en sí, sino que es un lugar para descansar, tomar algo y disfrutar de las estupendas vistas que tiene al lago.
La torre de la pólvora.
* La Torre de la Pólvora no está exactamente dentro de Minnewater, pero está al otro lado del Minnewaterbrug. Si decidimos entrar al parque por aquí, la torre creada para la defensa de Brujas nos dará la bienvenida con sus 18 metros de altura.
Después de dar un corto paseo - mañana habría tiempo para más - seguimos hacia nuestro destino, pero, antes pasamos por el beatorio...
El Begijnhof, un antiguo beatorio que hoy guarda un museo.
Begijhof es la palabra en neerlandés para nombrar los beaterios. El Prinselijk Begijnhof Ten Wijngaerde, con sus fachadas pintadas de blanco y el tranquilo jardín del claustro fue fundado en 1245 por Margaretha II van Vlaanderen (Margarita de Constantinopla) y está compuesto por dos calles de casas en un blanco impoluto que desembocan en un espacio abierto arbolado, rodeado por otro buen puñado de casas prácticamente idénticas y una iglesia que data del siglo XVII. En esta parte, considerada patrimonio mundial, solían vivir beguinas, mujeres emancipadas que, aunque eran laicas, todavía llevaban una vida piadosa y célibe. Hoy el Beaterio está habitado por hermanas de la Orden de San Benito y mujeres solteras de Brujas.
Si quieres profundizar aún más en la vida de las beguinas - mujeres que tristemente son ya historia tras haber fallecido la última de ellas esta misma década - una visita a una de las casas, reconvertida en museo, será la mejor forma de clausurar este homenaje al turismo silencioso. La Begijnenhuisje cuesta 2 € por adulto y abre toda la semana de 06:30 a 18:30, pero si vais a viajar consultar su web antes… Por si acaso.
Nosotros, atravesamos sus jardines e hicimos algunas fotos antes de continuar hacia la Grote Markt para reunirnos con la gente del free-tour.
La Grote Mark de Brujas.
Al llegar nos encontramos con Rocío, la guía oficial del tour del grupo GuruWalk, que iba ataviada con su típico paraguas rojo. Poco a poco fue llegando la gente… Nos contó los orígenes de la ciudad y nos hizo un pequeño repaso de su historia, con sus guerras y pactos. Nos explicó que la Grote Markt o Plaza Mayor está situada en el centro de la ciudad y tiene una superficie de una hectárea. Entre los monumentos alrededor de la plaza están la Torre Belfort, que es el campanario de la ciudad y data del siglo XII; el Juzgado Provincial (originalmente Waterhalle, que se demolió en 1787 y fue sustituido con un edificio clasicista que desde 1850 sirvió como tribunal provincial y tras un incendio en 1878 fue reconstruido en estilo neogótico en 1887). En el centro de la plaza están las estatuas de Johan Breydel y Pieter de Coninck, héroes del alzamiento contra los franceses en 1302.
Eran aproximadamente las 20:10 h cuando, una vez todos reunidos, pusimos rumbo hacia la Torre Belfort. Rocío nos contó que su uso en la Edad Media era, además de dar la hora, el de avisar de los peligros inminentes como un ataque enemigo o un incendio. Vimos el edificio desde una pequeña plaza interior y tras algún comentario nos dirigimos por la calle Beidelstraat hacia Burg Square. Burg es el centro político y el lugar donde nació la ciudad de Brujas.
El campanario de Brujas o Torre Belfort.
Fue aquí donde Balduino I "Brazo de Hierro" levantó el primer castillo que pretendía impedir la entrada de las oleadas normandas, que controlaban el Mar del Norte, hacia el interior de estas tierras.
Esta construcción primaria - que lamentablemente ya no se conserva - es la que da nombre a la plaza, ya que burg no significa otra cosa que castillo. La plaza se ha convertido en una auténtica clase de arte, ya que, en torno a ella, se levantan edificios que nos sirven para viajar en el tiempo a través de más de mil años de arquitectura. Pero, para nosotros, fue frustrante encontrar la plaza de aquella manera. Se estaba celebrando un festival de música y estaba ocupada en su totalidad por un enorme tablado, con una gigantesca carpa blanca y decenas de filas de bancos. Era literalmente imposible hacer una fotografía de todo el conjunto y, lo peor, es que era imposible admirar la arquitectura de sus fachadas, puesto que apenas quedaban cinco metros libres desde ellas hasta el escenario. !! Que fastidio !!
Burg Square con el escenario y la carpa.
En el lado norte de la plaza nos llamó la atención un gran solar arbolado. No tenía ni idea de porqué eso estaba así y le pregunté a Rocío. Nos dijo que se trata del vacío que provocaron las tropas napoleónicas en 1799 cuando destruyeron la antigua Catedral de San Donato. Este era un edificio de época carolingia erigido poco tiempo después de la fundación de la ciudad. Con su destrucción desaparecieron otros muchos tesoros, como la tumba del pintor flamenco Jan van Eyck, o la del humanista y filósofo valenciano Juan Luis Vives. En la actualidad, el edificio más antiguo que se conserva en Brujas, data del siglo XII. Está ubicado en la esquina suroeste de la plaza y es la basílica de la Santa Sangre. Ya os hablaré de él.
Desde allí, enlazando con el famoso pintor flamenco, entramos a la Plaza Jan van Eyck. Nos explicó cómo se organizaba la vida social y económica en ese periodo (1300), agrupándose en barrios según nacionalidades; ingleses, alemanes, italianos... El barrio de los italianos se dividía en florentinos, venecianos, genoveses... Es allí donde se creó, por parte de la familia local llamada van Der Bürse, lo que hoy conocemos como la “bolsa de valores”. De los hermanos van Eyck os hablaré más adelante...
Escudo de los van der Bürse.
La palabra “bolsa” proviene de un edificio que perteneció a la familia Van der Bürse en la ciudad de Brujas, donde se realizaban reuniones y encuentros de carácter mercantil en el siglo XIII.
El escudo de armas de los van der Bürse exhibía tres bolsas de piel, los monederos de la época. Los habitantes de la ciudad comenzaron a denominar Bürse a la actividad económica que se llevaba a cabo en aquella casa. Fue así como la palabra prosperó también en otros lugares para designar los centros de transacciones de valores. En los siglos XIII y XIV, Brujas fue un importante centro comercial en el que vivían unas 100.000 personas, población que superaba la de Londres o París.
La zona llamada Pottenmakersstraat, con las antiguas murallas.
Desde allí salimos hacia uno de los canales del lado noroeste de la ciudad. Pasamos el Vlamingbrug o Puente de Fleming y vimos los pocos metros de la antigua muralla que aún quedan en pie en la zona llamada Pottenmakersstraat.
Vimos el Puente de San Agustín y luego pasamos por la llamada “Casa Fantasma”, la cual tiene una leyenda negra que dice que en los días de verano se ve la sombra del sastre trabajando en su taller, pero, en los días de invierno, es la imagen del último verdugo de Brujas la que aparece tras los ventanales.
Seguimos caminando, pasamos por la “Casa del Purgatorio”, con una leyenda de amores no correspondidos, celos y muerte entre un sacerdote y una monja que acabó siendo víctima de su negación a entregarse al primero. Este la mató y acabó penando por los pasadizos que comunicaban ambos edificios, hasta que murió de locura.
La "Casa del Purgatorio" junto al Puente de San Agustín.
Bajo estas líneas distintas vistas de los canales.
Siguiendo el mismo canal, un poco más adelante, en una de las casas a la derecha hay unas manos doradas encima de una puerta. Cuenta la leyenda que, por aquel entonces, estaba prohibido pescar anguilas en los canales de Brujas, al ser un animal relacionado con el demonio. Pero, un pescador se saltó esa norma y echó sus redes. Sacó varias piezas y, entre ellas, había una anguila de "oro". El hombre fue a cogerla y entonces salieron del agua dos manos y lo arrastraron al fondo, desapareciendo para siempre.
Lo cierto es que sí existe una anguila dorada, llamada anguila albina...
La tarde iba languideciendo mientras paseábamos por los canales.
Luego llegamos al llamado “canal largo” y nos dirigimos hacia el barrio de Santa Ana. Pasamos junto al bar Vlissinghe, el más antiguo de Brujas y data de 1515. Desde allí, entramos de lleno al barrio de Santa Ana y pasamos frente a la Iglesia de Jerusalén. Esta, tiene a sus espaldas una interesante historia y era uno de los puntos de interés que tenía entre mis notas. Pero, desafortunadamente, la iglesia estaba en un periodo de obras de restauración y no pudimos entrar. Es la única iglesia privada de la ciudad, pertenece a la familia italiana de los Agorne y en su interior guarda una réplica exacta de la tumba del Santo Sepulcro de Jerusalén. Además, su altar, hecho de piedra, se asemeja al Monte Calvario, con sus calaveras y todo.
El llamado "canal largo", camino del barrio de Santa Ana.
Pasamos después por las llamadas “Casas de Dios” y desde allí, ya entre dos luces, nos dirigimos al molino llamado Saint-Janshuis. Allí nos contó cómo Maximiliano I, mandó derribar las murallas, las puertas de la ciudad y los molinos de viento.
Luego pasamos bajo la Kruispoort o puerta de la Santa Cruz y, tras coger la calle Langestraat, acabamos en una plazoleta frente al bar Bauhaus. En aquella plaza, tras hacer la foto del grupo y tras darle la voluntad a la guía, finalizó el tour.
Nosotros nos despedimos del grupo y nos encaminamos hacia el hotel. Al pasar por la Grote Markt compramos unas Chicken Burguer, un refresco y una cerveza sin alcohol en un puesto ambulante y nos las llevamos al hotel para cenar allí tranquilamente. Así terminaba nuestro primer día de contacto con la ciudad de Brujas. Estábamos molidos. Lo cierto es que, cada día, nos pegábamos una buena paliza y el cansancio se iba acumulando...
La Puerta de la Santa Cruz o Kruispoort.
Brujas
Aunque la noche anterior llegamos completamente molidos, nos levantamos a las 07:30, como dos campeones, para aprovechar los minutos al 100%. La verdad es que le doy mucho trote a mi hijo cuando salimos de viaje, pero, si quieres
aprovechar el día, debes andar así. Tras una ducha y un café con unos bollos en la habitación, salimos a la calle en busca de las aventuras de un nuevo día. El plan de hoy era, de inicio, ir hasta las puertas del lado este de la ciudad, Gentpoort y Kruispoort y ver los cuatro molinos de viento ubicados en esa zona.
Salimos del hotel y nos adentramos en el Parque Minnewater. Con la luz de la mañana se veía de otra manera. Los trinos de los pájarillos sobre los robles, castaños, álamos y moreras que pueblan el parque, nos acompañaban en nuestro paseo. Se respiraba un aire fresco muy agradable. La primera puerta, Gentpoort, estaba a apenas 2 Kms de distancia y cuando nos dimos cuenta estábamos allí.
El Parque Minnewater a primeras horas de la mañana.
La torre de agua de Brujas.
Antes de llegar, nos encontramos con una antigua torre de agua de las que quedan pocas por Europa. En Polonia ceo que vimos alguna y en Rumanía también...
Esta, en concreto, estaba muy bien conservada y era verdaderamente espectacular.
Esta maravillosa ciudad que parece estar sacada de un cuento de hadas, atravesada por canales y cargada de historia, cuenta con una arquitectura espectacular y fue una de las ciudades más importantes de la Edad Media y centro de todo el comercio de Europa.
Para protegerse de posibles saqueos, a partir del siglo XIV, los Condes de Flandes inician la construcción de un recinto amurallado defensivo de gran importancia. A estas murallas le colocaron una serie de puertas, de las cuales sólo quedan cuatro en la actualidad.
La Gentpoort o Puerta de Gante.
Una de ellas es precisamente la Gentpoort o Puerta de Gante, que lleva este nombre porque es la que se utilizaban los comerciantes que iban y venían desde la ciudad de los paños. Es quizás la mejor conservada de las cuatro puertas. Esta, fue construida a comienzos del siglo XV por Jan van Oudenaarde, cuando ya habían sido construidas prácticamente la totalidad de todas ellas. Las cuatro puertas que hoy quedan en pie datan de la misma época que la Gentpoort.
Aunque nosotros no entramos, sabed que, hoy en día, podéis visitar su interior haciendo una reserva. La entrada cuesta 2 €. La puerta alberga un museo de la ciudad desde el 2007. Cuentan las crónicas de la época que la Gentpoort era algo así como la entrada a la prosperidad para los extranjeros, mientras que para los habitantes de Brujas significaba algo así como la puerta que los separaba del mundo exterior.
No hace falta observar demasiado para darse cuenta de la función defensiva para la que fue construida. Todo objeto, importado o exportado de la ciudad, ha pasado por esta puerta a lo largo de los siglos. Además, resulta muy agradable tener la oportunidad de entrar en Brujas por esta puerta, imaginándonos la vida en la época medieval. No en vano, el casco antiguo de la ciudad apenas ha cambiado con respecto a lo que era hace unos siglos.
Tras cruzar la Gentpoort, continuamos hacia el noreste. Pasamos el Conzettbrug, el puente sobre el canal Coupure que permite el paso a barcos. Enseguida llegamos a la Kruispoort, la puerta que habíamos visto la noche anterior en el tour.
La Puerta de la Santa Cruz o Kruispoort más antigua fue construida con la segunda muralla (1297-1304) y fue sustituida en 1366. En 1382, fue destruida por Felipe van Artevelde durante la invasión de la ciudad por los habitantes de Gante.
Ambos lados de la Kruispoort.
En 1400 se levantó una tercera versión de la puerta, conservando únicamente las dos torres macizas, con su abertura estrecha, y dos pequeñas torres octogonales. Carlos V, Napoleón y las tropas de Hitler atravesaron esta puerta en la invasión de la ciudad.
Desde allí seguimos bordeando el canal exterior. Los cuatro molinos que quedan en la ciudad se encuentran en apenas 550 m de distancia del primero al último y datan del siglo XVIII. El primer molino, llegando del sur, el llamado Sint-Janshuismolen, es el único visitable y es el que sigue moliendo grano hoy en día, data de 1770. Este fue el que habíamos visto la noche anterior. Luego, continuando nuestro paseo, visitamos los restantes; Kruisvestmolen, Papegaaimolen y Koeleweimolen, cerca del paso Dampoort, la entrada de los barcos por el norte, donde antiguamente existió otra importante puerta de acceso a la ciudad.
Los cuatro molinos de Brujas; de izquierda a derecha... Sint-Janshuismolen, Kruisvestmolen, Papegaaimolen y Koeleweimolen.
Vista desde Sint-Janshuismolen.
Tras ver los cuatro molinos bajamos hacia el sur paralelos al canal Langerei. Queríamos ver la Iglesia de Jerusalén en el barrio de Santa María. Estaba dispuesto a pagar para entrar a verla, ya que es una iglesia privada.
El canal Langerei de camino al barrio de Santa Ana.
Con una fascinante cúpula de cebolla, la Jeruzalemkerk fue construida en el siglo XV por la familia genovesa de los Adornes en forma de reproducción del Santo Sepulcro de Jerusalén. Se inauguró en 1429. El conjunto es bastante macabro, con un altar adornado con calaveras y la tumba de mármol negro que alberga el corazón de Anselm Adornes, asesinado en Escocia en 1483. El mausoleo, las hermosas cristaleras y la reliquia de la Santa Cruz son elementos únicos. La capilla privada la sigue utilizando la familia para eventos religiosos, pero a veces se celebran también conciertos clásicos o lecturas sobre patrimonio y arte.
Después de casi 600 años y por primera vez en la historia, el mausoleo donde yacen Anselm Adornes y Margarita van der Banck fue sacado de la Capilla de Jerusalén. Esta impresionante tumba estaba muy deteriorada y requería una urgente restauración. ¡¡ Que casualidad !! Seis siglos sin tocarse y justo coincide cuando vamos nosotros... ;-(
Se prevé abrir de nuevo en septiembre u octubre de 2022.
La iglesia de Jerusalén en el barrio de Santa Ana.
Información:
Horario:
01-10-2022 hasta 31-03-2023
De lunes a sábado : 10:00 - 17:00 h
Domingo : Cerrado
Precios:
Adultos € 8,00
65+ € 6,00
Jóvenes hasta 25 años € 4,00
Niños hasta 6 años € 0,00
* Precios especiales grupos +15 personas
Contacto:
Teléfono +32 50 33 88 83
e-mail info@adornes.org
http://www.facebook.com/Adornesdomein
Localización:
Peperstraat 3 , Brujas
La iglesia de Santa Ana.
Mi hijo en la puerta del Vlissinghe y el interior del antiguo bar.
Para reponernos del golpe entramos en el bar Vlissinghe que data de 1515 y comimos algo. La verdad es que siendo ya las 10:30, y después de la caminata, notamos un poco de hambre y nos vino de maravilla. El local es curioso, con una enorme barra llena de distintos cañeros de cerveza y un gran espacio con mesas y sillas, decorado en modo vintage. Luego, tiene una enorme terraza donde hemos comido nosotros y se estaba muy a gusto.
Después de un buen rato de relax nos daba pereza arrancar, pero, debíamos seguir con nuestro recorrido. Todavía teníamos mucho que ver… Eran ya las 12:30 horas.
Desde aquí, paseando entre canales y tras pasar por la iglesia de Santa Ana, fuimos a la Iglesia de Ntra. Sra. de Brujas. Allí se encuentra la obra de Miguel Ángel llamada la Virgen con el Niño o la Madonna de Brujas.
Distintas vistas de los canales de Brujas.
Efectivamente, la iglesia de Nuestra Señora, de estilo gótico, uno de los templos más importantes de Brujas junto a la catedral del Salvador, tiene como principal atractivo, en su visita, la escultura de Miguel Ángel que fue esculpida en 1504 y mide 1.23 m de altura. Esta iglesia es fácil de reconocer por su característica torre de ladrillos. Alcanza los 115 metros, es la más alta de Brujas construida con este material y la segunda más alta del mundo después de la iglesia de San Martín en Landshut (Alemania).
La iglesia de Ntra. Sra. de Brujas desde distintos puntos de vista.
Situada frente a un enclave muy visitado de Brujas como es el puente de San Bonifacio, para ver la obra de Miguel Ángel deberás ir a la capilla principal de una nave lateral, eso sí, tras pasar por taquilla, pues esta zona se encuentra habilitada como museo.
En esta iglesia también puedes ver otras obras, como pinturas y las tumbas de Carlos el Temerario (último duque de Borgoña de la dinastía Valois) y su hija María de Borgoña, representados al estilo medieval: tumbados y con las manos entrelazadas.
Las entradas a la iglesia-museo.
Información:
Horario:
De lunes a sábado : de 09:30 a 17:00 horas
Domingo : de 13:30 a 17:00 horas
*Cerrada el 29 de mayo por la tarde y el 25 de diciembre
Precios:
Para ver la capilla donde se encuentra la escultura de
la Madonna de Brujas de Miguel Ángel
Adultos € 7,00
65+ € 6,00
Jóvenes hasta 25 años € 6,00
Niños hasta 14 años € 0,00
Con Bruggue City Card: gratis
Tras pasar por taquilla entramos en la impresionante iglesia. Fuimos recorriendo sus naves y viendo sus cuadros y reliquias de todo tipo, que adornaban cada rincón de la estancia.
Las taquillas de la iglesia.
Arriba de izquierda a derecha :
> La Anuncicación (Desconocido)
> Cristo crucificado (Anthonys Van Dyck)
> La vocación de San Mateo (Jacob Van Oost)
> La adoración de los Reyes Magos (Gerard Shegers)
Abajo :
> La última cena (Pieter Pourbus)
> Partitura de obra musical
Algunas obras de arte de la iglesia.
Los sepulcros de Carlos "el temerario" y su hija Maria de Borgoña.
Finalmente llegamos a la capilla donde se exhibe la obra de Miguel Ángel. Es una talla pequeña, bueno, por lo menos esa impresión es la que da al verla en vivo. Fina, muy fina, con sutiles curvas y rasgos marcados... ¡¡ Una verdadera maravilla !! Parece mentira que se pueda trabajar así esa piedra tan dura y frágil como es el mármol. Miguel Ángel realizó esta talla para la catedral Duomo de Siena, pero una familia de Brujas la compró y la llevó a la citada iglesia de Nuestra Señora. No es raro que te pueda sorprender este hecho pues apenas se pueden ver obras de Miguel Ángel fuera de Italia.
En la época de Napoleón fue llevada a Francia y devuelta a Brujas en 1815. Sufrió otra sustracción similar por parte de las tropas alemanas en la Segunda Guerra Mundial, pero terminó regresando a su ubicación original.
Tras esta apasionante incursión artística, decidimos ir a descansar un poco. Lo cierto es que el hotel estaba a unos 15 minutos del casco antiguo y nos lo podíamos permitir. Junto al hotel, comimos unas ensaladas en un local que regentaba un tipo bastante serio, pero muy atento. El sitio se llama Pasta-Gusto. Luego un par de horas para estirar las piernas. Hacía mucho calor. Ese día habíamos llegado a los 31 ºC a las 13:00 del mediodía, con un 85% de humedad relativa del aire.
La Madonna de Brujas.
Las ensaladas y los postres que comimos en un establecimiento llamado Pasta-Gusto.
Tras el ratito de descanso volvimos a salir hacia el casco antiguo. Eran las 18:00 horas cuando estábamos rumbo a la Grote Mark. Al llegar, como siempre, la plaza estaba bastante concurrida, con gente y, sobre todo, camionetas de reparto que es lo que más molesta.
Imágenes de la Grote Markt y la Torre Belfort. Sobre estas líneas los héroes del levantamiento contra los franceses Johan Breydel y Pieter de Coninck.
A la izquierda el puente Koningsbrug. En el centro una vista de la iglesia de San Jacobo desde el citado puente. Las dos fotos de la derecha son del monumento a Jan van Eyck en la plaza del mismo nombre.
Dimos una vuelta haciendo algunas fotos y sobre las 20:30 nos sentamos a cenar en un local italiano llamado Tratoria Murano. Mi hijo pidió unos espagueti boloñesa y yo me comí una ensalada de la que no recuerdo el nombre.
Luego, con fuerzas renovadas arrancamos para dar el último paseo del día. Nos dirigimos hacia el Burg. Al llegar comprobamos que todavía no habían quitado los escenarios. ¡!Que fastidio¡!
La verdad es que me cansa bastante eso de que ocupen las plazas o espacios principales de una ciudad para montar esos macro-escenarios. Para el visitante es una putada encontrarse todo ocupado y no poder contemplar los edificios en todo su esplendor… Pero, eso no está en mis manos.
La tarde languidecía en Brujas y las luces de las calles se encendían poco a poco.
Desde allí nos dirigimos hacia los canales de la calle Pottenmakersstraat. La luz de sol iba decayendo y esperamos a que llegara la “hora azul” para hacer unas fotos.
La "hora azul" envolvió el ambiente con su mágico halo de misterio... Fue un momento maravilloso.
Tras caer la noche regresamos al hotel. Miré el móvil y vi que habíamos recorrido a lo largo del día 16 Kms de distancia. Llegamos al hotel a las 22:30 horas.
Descargué las fotos y escribí el diario mientras mi hijo se duchaba. Luego, mientras me duchaba yo, dejé al ordenador haciendo una copia de seguridad de todas las fotos de los últimos días. Ahora tocaba descansar. Mañana queríamos salir temprano para intentar encontrar la Grote Markt algo menos concurrida… A saber…
Brujas
Los días iban pasando rápido, muy rápido… Me levanté a las 07:30 para ir a ver las dos puertas que nos faltaban, las del lado oeste de la ciudad. Iosu no quiso salir conmigo y se quedó durmiendo un poco más. Tomé un café en la habitación y luego, cargado con las cámaras, bajé a la calle. Venía otro maravilloso día.
Sin demora, puse rumbo a la primera de las torres, la llamada Smedenpoort, traducido como Puerta de los Herreros. El paseo, a esas horas de la mañana de un tranquilo sábado, siempre a orillas del canal llamado Vesten, era muy gratificante ya que, prácticamente, sólo se oía el trinar de los pájaros. En apenas 15 minutos estaba frente a la puerta.
La actual defensa fue construida en 1367 sobre las ruinas de la primera, erigida entre 1297 y 1299. A través de los siglos experimentó numerosos cambios. En la puerta de acceso izquierda hay una calavera de bronce que recuerda la ejecución de François Vander Straeten, quien permitió la entrada a la ciudad de las tropas francesas durante el siglo XVII. Posteriormente, tras su muerte, su cabeza de traidor fue utilizada para decorar la puerta.
Smedenpoort, la puerta de los herreros.
Dos vistas de la puerta del asno o Ezelpoort. Para mí la más bonita de las cuatro que quedan en Brujas.
Tras unas fotos y unos minutos de contemplación, observando todos los detalles, seguí caminando en busca de la última de las puertas defensivas de la ciudad que se conservan en pie; Ezelpoort. Otro cuarto de hora de paseo bajo castaños, robles, álamos y moreras para llegar a la que, para mi opinión, es la puerta más bonita de las cuatro.
Ezelpoort, traducido como la Puerta del Asno, se levantó al mismo tiempo que la edificación de las murallas, en 1297. Fue reconstruida en 1369 y rehabilitada en varias ocasiones hasta el siglo XVII. La superestructura acabó derrumbándose, pero la parte inferior permaneció en pie. En 1906, la Puerta fue totalmente restaurada y la última rehabilitación se realizó entre 1991-1993. Me quedé un rato admirando la puerta y viendo los cisnes que deambulaban por el canal como invitados de lujo de la ciudad.
Haciendo un esfuerzo para liberarme del embrujo de aquel lugar, que parecía sacado de un hermoso cuento, puse rumbo hacia la Grote Markt para ver el ambiente en aquél sábado de agosto. Eran las 09:45.
Las tranquilas calles de la ciudadela.
La Torre Belfort en la Grote Markt.
El edificio de la Corte Provincial de Brujas.
La Grote Markt.
La iglesia de San Jacobo.
Fui a ver la Basílica de la Santa Sangre, donde se guarda una reliquia de la sangre de Cristo, traída por los cruzados de Tierra Santa. El edificio es curioso. La Noble Hermandad de la Santa Sangre fue fundada poco después de 1400. Su propósito es preservar la reliquia y promover su veneración.
La Basílica de San Basilio, llamada también Bloede in Saints -Basílica de la Santa Sangre-, es el único edificio de iglesia románica totalmente conservado en la provincia de Flandes Occidental. Fundada en el siglo XII por el conde Diederik de Alsacia (1128-1168), se colocó bajo la protección de San Basilio el Grande, un famoso maestro de la iglesia griega del siglo IV, cuyas reliquias habían sido trasladadas a Brujas por el conde Roberto II de Cesarea.
Funcionó como capilla del conde tanto de Diederik de Alsacia como de su hijo Felipe.
La planta dibuja un espacio alargado, dividido en una nave central y dos pasillos estrechos. El coro, en la prolongación de la nave central, se cierra con un ábside semicircular. Tiene dos esculturas notables, la Piedad (María con el cadáver de Jesús en su regazo) y el Ecce Homo (Cristo en la piedra fría), datan de 1900. Las estatuas tienen una gran devoción popular y se llevan anualmente en la Procesión de la Santa Sangre.
La capilla inferior fue concebida como la subestructura de la capilla superior, originalmente construida en estilo románico. Ambas capillas fueron elevadas a la categoría de basílica en 1923. La escalera ricamente decorada conduce a la basílica superior, que fue construida en 1533 en estilo renacentista con decoraciones góticas tardías.
La puerta de acceso a la Basílica de la Santa Sangre.
Figuras de ilustres personalidades adornan la fachada.
Los escudos de Brujas (izda.) y Flandes.
Artísticas vidrieras, el pasillo central de la basílica y
el cuadro que anuncia la reliquia de la Santa Sangre de Cristo.
Sin embargo, el edificio actual se remonta al siglo XIX después de que el original fue completamente destruido durante la Revolución Francesa. Las estatuas de bronce dorado en la fachada representan a la archiduquesa Isabel, María de Borgoña, Diericó y Felipe de Alsacia. En los medios medallones reconocemos al archiduque Alberto, Maximiliano de Austria, Margarita de York y Sibila de Anjou, esposa de Diederik y madre de Felipe. Además podemos encontrar los escudos de Brujas y Flandes, sujetados por dos leones.
Información:
Precios:
La entrada a la Basílica es gratuita. Para ver el museo y el tesoro:
General € 5,00
Menores de 12 años € 0,00
En cuanto al Museo de la Santa Sangre, al que yo no entré, contiene varias obras muy interesantes que ilustran la rica historia de la Capilla. Un relicario de oro, plata y piedras preciosas; una corona de plata (s. XV) donada por María de Borgoña; diferentes trípticos, tapices y tallas de roble con distintas escenas relacionadas con la reliquia de la Santa Sangre.
Localización:
Grote Markt
Hice unas fotos y me encaminé a los canales del centro de la ciudadela. Crucé el Puente Bonifacio, el último que se construyó en la época medieval. Desde allí llamé a mi hijo. Estaba de un vago subido y no quiso salir, así que aproveché para ver el Museo Groeninge, (Groeningemuseum) que es el museo municipal de Bellas Artes de Brujas. Al museo se accede desde los jardines interiores de la Iglesia de Ntra. Sra. de Brujas, desde donde también se tiene acceso al puente Bonifacio.
Allí, en un único recinto, puedes encontrar seis siglos de arte visual belga, con obras de primitivos flamencos, neoclasicismo, expresionismo y arte moderno del siglo XX. No es muy grande, el tamaño justo para pasar un par de horas agradables.
De paseo entre los canales.
La puerta de acceso y la parte interior del recinto de la Iglesia de Ntra. Sra. de Brujas.
El puente Bonifacio, último construido en época medieval.
Lo más destacado de este museo, sin lugar a dudas, son los primitivos flamencos. Encontrarás antiguas obras de los maestros más importantes de la pintura holandesa temprana de los siglos XV y XVI: Jan van Eyck, Hans Memling, Hugo van der Goes, Gerard David y Hiëronymus Bosch. Su origen está en la academia de dibujo fundada en 1716. Su núcleo inicial estuvo formado por donaciones de diversos artistas y fue creciendo a lo largo del siglo XIX.
Son famosas, sobre todo, las obras de la escuela de Brujas:
Jan van Eyck : Virgen del canónigo Van der Paele
Hans Memling : Tríptico de Guillaume Moreel.
El acceso al Groeningermuseum desde los jardines de la iglesia.
Información:
Horario:
Lunes : cerrado
De martes a Domingo : de 09:30 a 17:00 horas
Precios:
General : 14,00 €
Jóvenes hasta 25 años : 12,00 €
Niños hasta 12 años : gratis
Con Brugge City Card : gratis
Anverso y reverso del billete de estrada al museo y el ticket de compra.
La Última Cena : Pieter Pourbus.
El establo : Jean François Legillon.
La Virgen con el canónigo Joris van der Paele : Jan van Eyck.
El sermón de San Juan Bautista : Pieter Bruegel II.
De izquierda a derecha:
Retrato de mujer
Joseph Denis Odevaere
Los archiduques Alberto e Isabel
Frans Pourbus II
Retrato de Margarita van Eyck
Jan van Eyck
El martirio de Santa Caterina
Jan Provoost
Disfruté mucho viendo los cuadros de los maestros flamencos. El fino trazo de Jan van Eyck me ha gustado desde que era un chaval y hacía mis "pinitos" con el óleo. Una afición que espero recuperar algún día....
Salí de allí sobre las 13:00 h y fui a buscar a mi hijo. Bajamos a comer una pizza al Dominos, donde comimos el primer día. Luego, subimos nuevamente al hotel. Sobre las 17:00 salimos a dar una vuelta. Recorrimos algunos rincones que queríamos volver a ver.
Diferentes vistas de la ciudad medieval.
La iglesia de Ntra. Sra. de Brujas desde el acceso por el puente Bonifacio. A la derecha el puente desde otro punto de vista.
Tras enseñarle a mi hijo la parte de los jardines de la iglesia y el puente Bonifacio, nos adentramos en el Burg, con la esperanza de ver el escenario y todo el andamiaje desmontado para poder fotografiar el edificio del ayuntamiento… Pero, no hubo suerte. Los trabajos avanzaban, pero no iban a acabar hasta el día siguiente. Nos tomamos una cerveza y un refresco en un bar del centro, disfrutando un poco del relax que proporcionan las vacaciones y admirando la vida cotidiana de los lugareños, en un sábado de verano.
Más tarde, nos acercamos hasta Rozenhoedkaai, el muelle del Rosario. Es uno de los lugares más fotografiados del Mundo. Allí mismo hicimos una buena tanda de fotografías,
Esperamos a que bajase un poco la luz para hacer unas fotos del muelle, con el canal y la Torre Belfort de fondo.
El Burg todavía ocupado con el escenario y todos sus bártulos.
Los canales con las luces de los edificios encendidas parecían adquirir vida propia, creando reflejos increíbles.
Desde el muelle del Rosario la icónica imagen de los canales pasó a engrosar mi colección de fotografías.
Luego, poco a poco nos encaminamos al hotel para ir recogiendo todo. De camino, compramos unas hamburguesas y las cenamos en la habitación.
Después de cenar, completé el ritual de siempre… Descarga de fotos, copias, ducha y a dormir.
Al día siguiente, arrancaríamos hacia el último destino del viaje: Gante.
Un posavasos de la cerveza sin alcohol que tomé en Brujas. Estaba muy rica.
la consigna del hotel porque, hasta la tarde, no cogíamos el bus a Gante. Libres de equipaje pusimos rumbo a la Grote Markt. Tomamos un café en la plaza y luego fuimos a cumplir una de las tradiciones de Brujas. No nos podíamos marchar sin probar uno de los famosos gofres del Chez Albert, que tiene su pastelería en Breidelstraat 16. Este es uno de los reposteros más valorados del Mundo en esta materia. Que queréis que os diga… Estaba bueno, pero es un postre demasiado empalagoso para mí…
¡! Y mira que soy goloso ¡!
Brujas - Gante
Nos levantamos 08:30. Desayunamos y recogimos todo. Teníamos que hacer el check-out antes de las 11:00 horas, pero, a eso de las 10:00 dejamos las maletas en
El gofre de Chez Albert.
Por unas horas no vimos la plaza del Burg limpia de hierros y máquinas... Una pena.
Desde allí, gofre en mano, nos adentramos nuevamente en el Burg, con la esperanza de ver el escenario y todo el andamiaje desmontado para poder fotografiar el edificio del ayuntamiento… Pero, no hubo suerte. Los trabajos avanzaban, pero no iban a acabar hasta última hora de la tarde, cuando nosotros estuviésemos ya en Gante.
Tras comernos tranquilamente el gofre, sentados en esas sillas que podéis ver en la fotografía de la izquierda, seguimos nuestro periplo por la ciudad, dando un último y relajante paseo, observando con más calma los edificios y el devenir de la gente. Nos quedaban unas horas de estancia en Brujas y las queríamos disfrutar sin agobios. La mañana, nuevamente, estaba maravillosa e invitaba a pasear.
Callejeando por Brujas encontramos perspectivas diferentes por las calles de la ciudad medieval.
Volvimos paseando hasta el muelle del Rosario. Allí, sobre las 13:00 horas, picamos algo y nos tomamos una cerveza en un bar. Me apeteció una de esas con sabor a cereza y, sinceramente, estaba muy rica. El bar era el típico local belga donde sirven todo tipo de cervezas, con una larga barra llena de cañeros. Estuvimos a gusto cambiando impresiones sobre la ciudad.
El Belgian Café, donde tomamos la cerveza con toque de cereza.
Sobre las 15:00 horas volvimos hacia el hotel a recoger el equipaje. Antes, pasamos por el Burg para ver cómo iban los trabajos, pero no hubo suerte. Recogimos las maletas y nos encaminamos a la estación de autobuses.
El Ibis Hotel y Iosu jugando con una fuente camino de la estación del bus.
Los andenes donde nos recogió el bus de FlixBus para ir a Gante.
Llegamos con tiempo al punto de embarque. Había movimiento de autobuses hacia los Países Bajos. El nuestro, tardó en llegar. Vino con veinticinco minutos de retraso. Teníamos que haber salido a las 16:05 y salimos a las 16:30. Llegamos a Gante a las 17:10. El viaje era muy corto, en realidad, ambas ciudades están separadas por apenas 50 Kms.
La reserva del viaje a Gante.
Entre Brujas y Gante vimos terrenos de pasto y muchas granjas.
Al bajar del bus entré en Google Maps para que la aplicación nos llevase lo más rápido posible hasta el hotel. Pero, la dirección en los mapas de Google estaba mal puesta y anduvimos casi un kilómetro más de lo que teníamos que andar, con la poca gracia que hace cuando vas tirando de maletas...
Los datos del Hotel ibis de Gante.
Escudo de Gante.
Gante
Gante es la capital de la provincia de Flandes Oriental, en la Región Flamenca. Está situada en la confluencia de los ríos Lys y Escalda. El municipio de Gante, con 263.703 habitantes en 2021, es el segundo más poblado del país. Es la ciudad flamenca con mayor número de edificios históricos.
Las investigaciones arqueológicas han demostrado que los primeros signos de asentamientos humanos en la zona de Gante datan de tiempos prehistóricos. Las investigaciones arqueológicas han demostrado que los primeros signos de asentamientos humanos en la zona de Gante datan de tiempos prehistóricos.
Etimológicamente, el nombre flamenco Gent (Gante) viene de la palabra celta ganda (confluencia), que hace referencia a su ubicación en la convergencia de los dos ríos. Esta provincia estuvo habitada en tiempos de los celtas. En el siglo XIV fue, después de París, la ciudad medieval más grande de Europa al norte de los Alpes.
Sin embargo, fue solo durante la época romana que una comunidad comenzó a crecer cerca de la confluencia de esos dos ríos el Escalda y el Lys. En la Edad Media, se fundó la abadía de San Pedro (que después pasó a ser la abadía de San Bavón) y se creó un "Portus" para actividades comerciales.
En los siglos XI y XII, Gante se convirtió en un importante centro de comercio gracias a la producción local de paño, hecho de lana inglesa importada. Fue en este momento cuando se construyó el impresionante Castillo de los Condes de Flandes (Gravensteen).
Los condes de Flandes tenían su residencia principal en la ciudad de Malinas, pero, como la princesa Juana estaba aquejada de mal de nervios debido a sus celos enfermizos, decidieron trasladarse a Gante para cambiar de aires. Es por eso que fruto de la unión de Felipe (el Hermoso) y Juana (la loca) en 1500 nació en Gante Carlos V, destinado a convertirse en uno de los grandes gobernantes de Europa. Pero, aunque era nativo de la ciudad, Carlos V no fue popular en ella; en 1540 la castigó severamente cuando sus ciudadanos se negaron a pagar más impuestos de guerra. La historia de Gante dio un giro a peor bajo el imperio de Felipe II de España (hijo de Carlos V). Como la mayoría de ciudades en los Países Bajos, Gante sufrió continuos problemas religiosos entre protestantes y católicos.
A finales del siglo XV, el comercio de tejidos había comenzado a decaer, aunque Gante mantuvo su prosperidad ligando su economía al comercio marítimo a través de los ríos Lys y Escalda. En la última mitad del siglo, sin embargo, el cierre del Escalda trajo consigo una decadencia comercial y un descenso de las inversiones hasta que el trabajo del paño renació durante el auge industrial del siglo XIX.
La ciudad perteneció a los Países Bajos de los Habsburgo desde el 11 de noviembre de 1576 durante la guerra de los Ochenta Años, cuando las tropas españolas tuvieron que abandonar la ciudad, que recuperarían tras un largo asedio el 17 de septiembre de 1584. Permanecería en poder español (salvo una breve ocupación francesa en 1678 y de julio a diciembre de 1708), hasta su toma en mayo de 1706 por las tropas de la Alianza de La Haya. En 1714 pasó a formar parte de los Países Bajos Austriacos. Fue ocupada por Francia entre 1794-1814 y en la ciudad se restauró la paz y la prosperidad. A partir del 1800, se construyeron nuevas fábricas, como refinerías de azúcar y fábricas de algodón y Gante se convirtió en el Manchester del Continente.
Pasaría a formar parte del Reino Unido de los Países Bajos en 1815, hasta la Revolución belga en 1830. Luego, la ciudad siguió creciendo como un centro industrial a lo largo del siglo XIX y el número de habitantes se triplicó.
El Ibis estaba bien, bueno, como todos los Ibis y teníamos el desayuno incluido. Hicimos el check-in y subimos a instalarnos. Iosu cogió pereza, se le notaba el cansancio de los días de viaje... Le propuse salir a cenar y dar una pequeña vuelta, pero, se rajó. Así que, a las 19:00 horas bajé yo a por algo para cenar. Hoy no saldríamos, estamos muy cansados y no quería acabar de quemar al crío.
Comida asiática para la primera cena en Gante.
Crucé el puente sobre el canal llamado Handelsdok y me planté en la calle Dampoorstraat. Allí encontré un restaurante de comida asiática y cogí varias cosas para llevar. Me lo prepararon todo muy bien y me lo llevé cómodamente al hotel. No recuerdo el nombre de aquél lugar, pero fue todo un hallazgo.
La tarde amenazaba lluvia, y nosotros estábamos muy cansados. Teníamos tres días por delante, así que, decidimos descansar un poco y recuperar fuerzas. Pusimos las maletas y todos los trastos al día ordenando un poco las cosas, adelantando así el trabajo para el regreso.
Estuvimos leyendo un poco y comprobando los correos y Whatsapp de amigos y familia. Descargue las fotos y luego, tras una ducha calentita, nos fuimos a dormir.
Gante
Lo cierto es que el descanso nos vino muy bien. Nos levantamos a las 07:45 con ánimos renovados y con las ganas de disfrutar de la última ciudad del viaje. Después de
asearnos, bajamos a desayunar al hall del hotel. El desayuno estaba muy bien, con un buffet bastante completo con zumos, bollería, pan para tostadas, mermeladas, miel, yogures, queso fresco, jamón cocido, huevos cocidos, tomate y por supuesto café y cacao. Nos pusimos hasta las cejas…
Tras reponer fuerzas, nos preparamos y salimos hacia el casco antiguo paseando sin prisas. Habíamos cogido un free-tour para situarnos en la ciudad. Debíamos reunirnos a las 11:00 frente a la Torre Belfort.
El canal Handelsdok.
El río Lys con el portus Ganda de camino al casco antiguo.
La bici es su medio de transporte.
La iglesia de Santiago.
Tras cruzar el puente sobre el río Lys, pendientes de las bicicletas que salían por todas partes, nos fuimos adentrando en el casco antiguo. Pasamos frente a la iglesia de Santiago y giramos en busca de la plaza donde se ubican la catedral y el campanario o Torre Belfort. Antes pasamos por el majestuoso edificio del ayuntamiento. La guía era una peruana llamada Yuli. Vino a trabajar a Gante, conoció al que hoy es su marido y allí se quedó. Lo cierto es que nos hizo un tour muy ameno.
Guruwalk fue la empresa que organizó el free-tour.
Tras esperar uno minutos a que llegasen los más rezagados, empezamos el tour. Allí mismo nos habló de la historia de la ciudad y nos presentó la primera de las joyas de la llamada "Manhattan de Belgica", el campanario de Gante o Torre Belfort.
Distintas vistas de la Torre Belfort.
El campanario o Belfort van Gent, situado en el corazón de la ciudad, es una de las tres torres medievales características que dominan el casco antiguo de la ciudad, junto con las otras dos que son las de la Catedral de San Bavón y a la Iglesia de San Nicolás. Tiene una altura de 91 metros. A través de los siglos, ha servido no sólo como campanario para anunciar la hora y hacer avisos, sino también como torre de vigilancia fortificada y depósito de la tesorería de la ciudad. Pero, ya hablaremos de ella más adelante, porque mi hijo y yo la visitamos al día siguiente con más detalle, subiendo incluso hasta lo alto de la torre.
El tour siguió en dirección a la catedral de San Bavón, en la misma plaza que la torre y que nosotros también visitamos posteriormente.
Distintas vistas de la Catedral de San Bavón.
El castillo llamado Achtersikkel.
Luego pasamos junto a castillo llamado Achtersikkel. Debe su nombre a la rica familia patricia van der Sickelen, que disfrutó de prestigio político y social y que, durante mucho tiempo, fue propietaria de los edificios alrededor del hermoso patio. La torre de esquina de ladrillo pertenece a la parte más antigua. La alta torre redonda está construida de piedra arenisca de cal y terminada con un mirador de piedra octogonal de estilo renacentista. El pozo privado es una prueba de la riqueza de la época, pocos podían permitirse tal lujo. Sin lugara a dudas, un precioso edificio.
Desde el Achtersikkel nos dirigimos al Ayuntamiento de Gante. El edificio “bipolar”, llamado así por sus dos marcados estilos arquitectónicos; el tardío gótico flamígero de principios del siglo XVI, en la fachada del lado de la Hoogpoort y el estilo renacentista de la fachada de la Botermarkt. En esta parte, más reciente, (1559-1618) se ven columnas de tres cuartos y pilastras dóricas, jónicas y corintias, inspiradas en los palacios italianos.
Luego, nos dirigimos hacia la Iglesia de San Nicolás, uno de los monumentos más antiguos y destacados de la ciudad. Su construcción se inició a principios del siglo XIII, reemplazando a una anterior iglesia románica ubicada en el mismo lugar y que se incendió en 1176, la construcción continuó durante el resto del siglo en el estilo gótico tournaisino propio de la zona del Escalda.
El edificio del Ayuntamiento y la Torre Belfort.
Las características de este estilo local es el uso de la piedra azul-gris de la zona de Tournai, la existencia de un campanario o linterna sobre el crucero, y unas pequeñas torres de cubierta cónica en las esquinas del edificio. Construida en el centro comercial histórico de Gante, cerca de la bulliciosa Korenmarkt (mercado de trigo), la iglesia de San Nicolás fue popular entre los gremios de comerciantes, cuyos miembros llevaban a cabo sus negocios en las proximidades. Estos gremios construyeron sus propias capillas que se añadieron a la iglesia entre los siglos XIV y XV. La torre central, que fue financiada en parte por la ciudad, sirvió como puesto de observación, siendo trasladadas las campanas de la ciudad al construirse el vecino campanario de Gante. Estas dos torres, junto con la de catedral de San Bavón, todavía definen el horizonte medieval de la ciudad. Uno de los tesoros de la iglesia es su órgano, construido por el famoso fabricante de órganos francés Aristide Cavaillé-Coll.
La iglesia fue severamente dañada durante la Reforma Protestante, en la que se perdió la ornamentación gótica, y también durante la Revolución francesa y las dos guerras mundiales, permaneciendo en restauración desde 1960.
La calle Emile Braunplein camino de la Iglesia de San Nicolás.
Dos vistas de la Iglesia de San Nicolás.
Dejamos atrás la iglesia y nos dirigimos a la Korenmarkt, centro neurálgico de la vida económica y social de la ciudad. Decenas de establecimientos ofrecen todo tipo de cervezas belgas, ricos platos de la gastronomía local y todo tipo de servicios. Rodeamos la plaza y nos dirigimos posteriormente al Puente de San Miguel.
Desde allí contemplamos la iglesia del mismo nombre con su torre inacabada y luego nos adentramos hacia los famosos e icónicos muelles de Graslei y Korenlei. Este es uno de los lugares más visitados de Gante. Allí podrás disfrutar de las tranquilas aguas del río Lys y de la historia de Gante a través de los siglos contada silenciosamente por las fachadas de las casas de este puerto medieval.
Uno de los edificios de la Korenmarkt.
Al fondo, la Iglesia de San Nicolás desde el Sint Michielsplein o Puente San Miguel.
La Sint Michielskerk o Iglesia de San Miguel desde el puente homónimo.
Si miras hacia el frente, desde el puente, tendrás una preciosa perspectiva de las dos orillas de este puerto medieval: a la derecha el muelle de las hierbas o Graslei en neerlandés, mucho mejor conservado, y a la izquierda el muelle de los granos o Korenlei. Si desde el puente miramos hacia la derecha, entenderemos por qué a Gante se la llama la ciudad de las 3 torres, pues veremos alineadas la Iglesia de San Nicolás, el campanario y la catedral de San Bavón. Y por último si miramos a nuestra espalda veremos como el río Lys continúa su curso por detrás de la Iglesia de San Miguel.
Distintas vistas del muelle Korenlei desde el lado de Graslei.
Panorámica del muelle de Korenlei desde Graslei.
Tras el paseo por el muelle de Graslei cruzamos por el Puente Hoofdbrug, frente a Gravensteen, el Castillo de los Condes de Gante, y nos dirigimos a la antigua Lonja del Pescado. Hoy día reconvertida en un lugar donde poder degustar ricos platos de pescado con recetas belgas y sentados en un relajante salón junto al cauce del río Lys. Tras darnos algo de información para poder comer en este sitio, Yuli, la guía, nos llevó hasta el último punto que íbamos a visitar con el tour; la antigua Lonja de la Carne.
Desde el Puente Hoofdbrug hay una hermosa vista del Castillo de los Conde de Flandes.
Volvimos a cruzar el río, en esta ocasión por el Puente Vleeshuisbrug y allí, junto a la Groentenmarkt o Plaza de las Verduras, estaba la Lonja de la Carne. Construida en el siglo XV, era antiguamente un mercado cubierto en el que se centralizaba la inspección y el comercio de carne, ya que, en la Edad Media, estaba prohibida la venta de este producto en las casas. Este edificio está cerrado por reformas urgentes. Junto a la Lonja de la Carne está la cervecería más pequeña de Gante: ‘t Galgenhuisje. Esta taberna de particular atmósfera era antes una de las casquerías. En estos establecimientos se vendían las vísceras de las reses, que, por normativa de higiene, no podían entrar en la lonja de carne. Allí, también, encontramos el pequeño negocio de Philip, un hombre que prepara unos ricos y variados pinchos. Yuli nos dijo que probásemos la receta del stoofvlees, un estofado de carne de ternera típico de la ciudad. Es un guiso de carne que queda de un color oscuro al estar cocida con cerveza negra del lugar. Su origen viene de la Edad Media, cuando, al no haber frigoríficos se escondía el color oscuro y el olor que la carne iba cogiendo con los días, con esa manera de cocción.
El diminuto local de Philip, el artista del stoofvlees y una ración del riquísimo estofado.
Allí terminó el tour y nos despedimos. Le agradecimos a Yuli sus explicaciones y comentarios y, tras darle los 20 € que solemos darles Iosu y yo a los guías de los free-tours, nos dirigimos al puesto de Philip a comprar un par de raciones de stoofvlees y unas patatas fritas. Luego, con los pinchos en la mano fuimos al bar 't Gouden Mandeken y nos sentamos en la terraza. Entré y pedí una cerveza y un refresco y, posteriormente, comimos tranquilamente nuestra ración de estofado.
Con las pilas cargadas, tras comernos el estofado, nos dirigimos nuevamente al muelle de Korenlei donde teníamos reservado un paseo en bote por el río Lys. La reserva la había hecho on-line, aprovechando el acceso desde Booking, antes de salir de Astigarraga. Su precio 9 € por persona. El horario estaba abierto desde las 10:00 hasta las 18:00 horas, lo que nos dio mucha flexibilidad para organizarnos.
Llegamos al embarcadero, enseñamos la reserva que guardaba en el móvil y el capitán nos dio acceso al bote.
La reserva del paseo en bote.
El paseo fue muy ameno y relajante. Después de estar toda la mañana “pateando”, sentarnos en el bote y surcar lentamente las aguas del río, descubriendo preciosos rincones escondidos, fue muy gratificante.
La parte trasera de la Iglesia de San Miguel.
Viejas casas de estilo neerlandés encauzan el curso del río Lys.
Río arriba bajo el Puente de San Miguel
La Lonja de la Carne desde el bote.
Fuimos río arriba navegando bajo puentes y admirando relajadamente la arquitectura local.
Dos vistas del Gent Gravesteen o Castillo de los Condes de Gante.
Finalmente, llegamos a una exclusa que impedía navegar más arriba. Allí dimos la vuelta y volvimos al embarcadero.
Cuando acabamos el paseo decidimos ir un poco al hotel. Cogimos el autobús junto al Puente de San Miguel y en unos pocos minutos estábamos en el Ibis. Apenas llegamos comenzó a caer una fina llovizna. El xiri-miri no duró mucho tiempo, apenas mojó las calles de la ciudad. Luego, sobre las 19:30 horas, salimos de nuevo en busca de la “hora azul”.
Apostados en el Puente de San Miguel esperamos pacientes la "hora azul".
Los muelles.
La iglesia de San Nicolás.
La calle Sint-Michielsplein llega desde la iglesia de San Nicolás hasta la de San Miguel, cruzando el río Lys por el Puente de San Miguel.
Volvimos al Puente de San Miguel en busca de una fotografía de los muelles. (De ese momento es la foto que abre el diario). Tras unas fotos en plena "hora azul", volvimos caminando al hotel. Le pregunté a mi hijo si quería cenar algo, pero, ni él, ni yo, teníamos hambre. En el hotel compramos una cerveza y un refresco, porque lo que sí teníamos era mucha sed.
Ya en la habitación, el ritual de siempre: una ducha, descarga de fotos, preparar el recorrido del día siguiente y luego…
¡! A descansar ¡!
Gante
Nos levantamos sobre las 07:30 horas. No llovía, lo que ya era un aliciente para ponernos en marcha. Bajamos a desayunar y, tras lavarnos los dientes y cargar con las cámaras, salimos de nuevo a la calle a “patear” la ciudad. Pusimos
rumbo al Barrio Patershol, el barrio de los tejedores de Gante, ya que fue este gremio quien habitaba sus casas.
El tranquilo paseo entre los canales y el laberinto de piedra y madera de sus calles, con rincones cargados de un encanto resulta una delicia a primera hora de la mañana. Siglos y siglos de historia anidan entre sus muros. Casi todo lo que veréis allí nos lleva hasta el siglo XVII, época en la que aún continuaba patente el esplendor de esta ciudad.
Las tranquilas calles del barrio Patershol te transportan a un relajante mundo dentro de la vorágine de la ciudad.
El paseo por el barrio Patershol me regaló estas bonitas postales.
Información:
Horario:
Del 1 de abril hasta el 30 de septiembre: de 10:00 a 18:00
Del 1 de octubre hasta el 31 de marzo : de 09:00 a 17:00
Precios:
Adultos : 12 €
< 25 años y > 55 años : 7 €
A la izquierda, el Castillo de los Condes de Gante o Gent Gravensteen. A la derecha, el ticket de entrada.
El Castillo de los Condes de Flandes se construyó sobre unas altas dunas con orillas pantanosas en el medio del río Lys. Fue el conde Balduino I de Flandes (837-879) quien levantara el primer castillo como defensa contra los normandos. Durante la Edad Media, funcionó como el centro de riqueza y poder de los condes de Flandes. Estos castillos les servían de alojamiento, ya que los condes estaban continuamente viajando de ciudad en ciudad para poder mantener la ley y el orden. Tras reformas y añadidos, el castillo, tal como lo conocemos hoy, fue construido por Felipe de Alsacia (1142-1191), conde de Flandes entre 1157 y 1191. Su deseo era demostrar a los ganteses quien dominaba la ciudad. Por eso construyó una fortaleza completamente nueva (1180). En aquella época turbulenta de la ciudad de Gante, el castillo simbolizó el poder condal y funcionó como ejemplo de superioridad ante las altas casas de los ricos patricios, que se encontraban al otro lado del río Lys. Su reinado correspondió a la época del apogeo y principio del declive de la pujanza flamenca. Pero, en 1190 Felipe de Alsacia se hizo soldado de Cristo y se reunió con la Tercera Cruzada en Palestina. Cuando llegó a San Juan de Acre fue atacado por la epidemia de la peste y murió el 1 de junio de 1191. Su cuerpo fue repatriado por Matilde de Portugal a la que había sido confiado el gobierno de Flandes, y fue enterrado en la abadía de Claraval.
Aunque por circunstancias Carlos I de España y V de Alemania nació en la residencia a Hof ten Walle, en el Castillo de los Condes se siente su presencia, al ser su habitante más famoso.
Desde 1407 el Consejo de Flandes, el mayor tribunal de aquellos tiempos, se estableció en este castillo. En épocas posteriores el castillo fue utilizado con diferentes propósitos, llegando incluso ser la cárcel municipal de Gante. Junto al castillo se halla la plaza histórica donde se realizaban las ejecuciones públicas que dictaminaban los condes. El consejo siguió utilizando el castillo hasta el año 1778, momento en el que pasó a ser vendido a particulares. Fue una industria de hilos en 1807. En el siglo XIX el castillo se encontró en estado precario y ruinoso.
En el siglo XX el castillo empezó a recuperar su valor perdido a consecuencia de la mala reputación de los siglos pasados. Según los habitantes de Gante, fue el símbolo del poder, opresión feudal, de abuso, tortura horrorosa y de inquisición intolerante.
La región de Flandes y la ciudad de Gante compró el castillo gradualmente. Se empezó a restaurar en el año 1894. Gracias a la restauración de los Condes de aquel entonces, el castillo volvió a recobrar su importancia y siguió siendo uno de los monumentos más visitados por los turistas. Sin embargo, la falta de mantenimiento lo volvió a llevar al deterioro. En 1980 se llevó a cabo, una segunda restauración. En la actualidad expone una gran colección de armas y una espeluznante colección de instrumentos de tortura.
A las 09:30 horas, con una temperatura de 19ºC llegábamos a las inmediaciones del castillo. Tras hacer unas fotos desde el Puente Hoofdbrug, a las 10:00 de la mañana accedimos por la puerta del castillo, cual guerreros medievales portando sus armas, las cámaras. Recogimos nuestra audio guía, la pusimos en castellano y nos situamos en el punto de inicio. Fuimos atravesando el castillo por el recorrido establecido en la visita, pasando por todas y cada una de sus estancias, habilitadas la mayor parte como pequeños museos de ropa, armas, instrumentos musicales y accesorios de la época.
El acceso al castillo y sus edificios principales desde el patio de armas.
Las distintas estancias del castillo eran, a cada cual, más espectacular.
Luego, subimos a la torre del homenaje. Desde allí una impresionante panorámica de la ciudad de Gante nos mostraba todo entramado de calles y edificios monumentales. El día, un poco nublado, acompañaba respecto a la temperatura y era idóneo para pasear. Seguimos recorriendo las salas del castillo hasta que bajamos al patio de armas.
La puerta de acceso a la torre, la interminable escalera de caracol y una de las estancias del castillo.
Desde lo alto de la torre se ve la ciudad en todo su esplendor.
Sin lugar a dudas, este era el mejor punto para controlar la urbe.
Desde allí se accedía a las mazmorras, donde una fría y escalofriante estancia donde se pueden observar los diferentes instrumentos de tortura utilizados en el castillo, probablemente durante el periodo que fue una cárcel. Esos instrumentos daban idea de las barbaridades que sufrían los prisioneros… El vello se ponía de punta. La sala denominada 'gabinete del verdugo' es, sin lugar a dudas, el mayor reclamo del castillo.
En las mazmorras, la sala de tortura daba escalofríos.
El paseo por las murallas mostraba la dimensión real del castillo.
Posteriormente, tras recorrer las murallas por el pasillo construido para la ronda, bajamos nuevamente al patio de armas y salimos a la calle, abandonando aquel viaje a la Edad Media. Fue una grata experiencia. Ya sabéis que, a mí, particularmente, todas estas experiencias de retroceder en el tiempo y vivir esas sensaciones me enamoran.
La plaza Sint Veerleplein y la antigua lonja del pescado, hoy el mercado de la Riviera.
Al salir de la fortaleza cruzamos caminando la plaza Sint Veerleplein, sita frente al castillo y donde antiguamente se ajusticiaba a los reos. Luego, entramos a la antigua Lonja del Pescado, actualmente llamada Riviera. Echamos un vistazo y luego nos dirigimos hacia la Torre Belfort, el campanario de Gante.
Sacamos nuestras entradas en el bajo del edificio y accedimos por el ascensor hasta la tercera planta. Allí un pequeño museo nos enseña el dragón original que lució durante años en lo alto de la torre y algunas campanas y planos de su construcción. Luego, accedimos por unas escaleras a lo más alto de la torre, andando por un estrecho pasillo abierto al exterior, tipo balcón. Pasear junto a las gárgolas de la torre fue toda una experiencia. Desde arriba se contemplaba toda la ciudad, mis pensamientos volaban sobre los rojos tejados de Gante, imaginando el ir y venir de carros y caballos, soldados, nobles y plebeyos, pululando por sus calles empedradas en plena Edad Media.
Me hubiese quedado allí un buen rato más, pero la mañana avanzaba rauda y, todavía, teníamos muchas cosas que ver.
El campanario o Belfort van Gent, situado en el corazón de la ciudad, es una de las tres torres medievales características que dominan el casco antiguo, junto con las otras dos que son las de la Catedral de San Bavón y a la Iglesia de San Nicolás. Tiene una altura de 91 metros. A través de los siglos, ha servido no sólo como campanario para anunciar la hora y hacer avisos, sino también como torre de vigilancia fortificada y depósito de la tesorería de la ciudad.
La construcción de la torre comenzó en 1313 según el diseño del maestro albañil Jan van Haelst, cuyos planos aún se conservan en un museo. Después de continuar su construcción intermitentemente a través de guerras, plagas y agitación política, consiguió acabarse en 1380 con una estructura provisional en madera en la parte superior sobre los cuatro niveles inferiores en piedra. En 1377 se colocó el legendario dragón dorado, traído de Brujas, en la cima de la torre. Después de una reforma en 1771, la parte final en madera fue reemplazada en 1851 por una flecha neogótica de fundición, según diseño de Louis Roelandt, arquitecto oficial de la villa en la época. Posteriormente, en 1911, la flecha fue reemplazada por la superestructura actual, realizada según los planos originales del siglo XIV, bajo la dirección del arquitecto Vaerwijck.
La principal campana de la torre, de nombre Roland, era la que se utilizaba para advertir a los ciudadanos de que se aproximaba un enemigo o de que se había ganado una batalla. Roland llegó a ser casi una persona para el pueblo de Bélgica.
El campanario de Gante o Torre Belfort.
Cuando Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano reconquistó Gante -que se había levantado contra él-, ordenó la destrucción de Roland en 1659. Después de Roland, estuvo la campana "Triomphante", reemplazada a su vez en 1938 por una nueva de 6 toneladas de peso. La campana Triomphante está actualmente al pie del campanario, en la plaza Braun.
Hay otras 45 campanas más pequeñas formando un carillón, que se tocan con un teclado. El campanario de Gante, junto con sus edificios anexos, están inscritos en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
*La chirimía es un instrumento musical de viento, antepasado directo del oboe, y muy similar a la dulzaina. El nombre proviene del francés «chalemie», que a su vez viene del latín «calamus» (caña o flauta de caña). Fue de uso común en Europa desde el siglo XII.
Hasta 1442 la iglesia de San Nicolás sirvió como torre de vigía. Después 1442 los torreros se alojaron en el campanario terminado. Junto con los campaneros los vigías de la torre o torreros prestaron servicio hasta 1869. Los seis trompetistas de la ciudad y los chirimías* formaron el cuerpo de los “Vigías de la ciudad”. El mayor peligro eran los incendios.
El campanario fue el símbolo de la autonomía y la independencia de la ciudad de Gante.
El dragón, las campanas y el ticket para ver el campanario de Gante o Torre Belfort.
Inicialmente las campanas fueron usadas para objetivos religiosos. Por el crecimiento de las ciudades las campanas fueron más y más recurridas en la vida cotidiana. La campana de tormenta, llamada Klokke Roeland, que fue colgada en 1325 en el entonces precario casco del campanario, prestó servicio también como reloj desde 1378. Su sonido fue precedido por una señal de prevención hecha por tres campanas más pequeñas de tono diferente. A este conjunto de campanas se le llamó el “quatrillon”, el “cadrillon”, y más tarde, después del aumento del número de campanas de apoyatura, el “carillón”. El carillón fue ampliado gradualmente y contó con 53 campanas después la restauración en 1982. En 1993 la campana Robert se integró para complementar dicho conjunto con su brillante sonido.
Una de las gárgolas de la torre vista desde el balcón.
La iglesia de San Nicolás vista desde Belfort.
La catedral de San Bavón vista desde Belfort.
Yo disfruté de lo lindo; las vistas de la ciudad, desde allí arriba, eran impresionantes. La ciudad a mis pies, observando el devenir de la gente desde una atalaya inmejorable. Todo un lujo, un placer y una experiencia inolvidable.
Distintas vistas de San Nicolás y detalles de la catedral desde la Torre Belfort.
Eran alrededor de las 13:00 horas. Desde allí nos encaminamos hacia la Iglesia de San Miguel. Abre sus puertas a los turistas a partir de las 14:00 horas, así que aprovechamos para comer en un restaurante chino que encontramos antes de cruzar el puente. Su nombre “Wok u Want”. Lo regenta una pareja de orientales muy agradables. Comimos muy bien y fueron muy atentos. No fue muy caro, pagamos 40 € por dos platos, dos cervezas grandes, un refresco, un postre y un café.
Información:
Horario:
Todos los días de 10:00 a 18:00 (Excepto los 25/12 y 01/1 de cada año)
Última entrada a las 17:30 h
Precios:
Adultos : 10 €
Consultar porque se aplican distintos descuentos para grupos.
La entrada es gratis con la tarjeta City Card Gante.
El letrero del restaurante y uno de los platos; tallarines con ternera.
Sobre las 14:00 horas dejamos el restaurante. Desde allí fuimos a la Iglesia de San Miguel, que tiene un horario vespertino muy reducido. Cruzamos el puente y nos encontramos frente a su fachada principal en la que se puede ver la torre inacabada que la caracteriza. La entrada a esta iglesia es gratuita. Es una de las iglesias más antiguas de Gante, de estilo gótico tardío. Su construcción fue financiada por el gremio que se dedicaba a comercializar con el grano y el maíz.
El adoquinado Puente de San Miguel cruza el río Lys y lleva a la iglesia homónima. En el centro, la imagen del arcángel luchando con el dragón da nombre al puente.
El Puente de San Miguel, declarado monumento en 1983, es una construcción de piedra en forma de arco, sita en el centro de la ciudad. Se encuentra sobre el río Lys, en el lado sur de Graslei y Korenlei. El actual puente monumental fue construido en el período 1905-1909, por el arquitecto Louis Cloquet. Forma parte de la calle Sint-Michielshelling. Este puente es el lugar perfecto para las almas románticas y también para "quemar" las cámaras. Desde aquí puedes hacer unas fotos espectaculares, ya que, mires hacia donde mires, está rodeado por la encantadora belleza de Gante. Al caer la noche, cuando todos los monumentos históricos se iluminan, las vistas se vuelven mágicas con las luces de las farolas. El Puente de San Miguel aporta a tu visita a Gante un momento único. Graslei (muelle de las hierbas) y Korenlei (muelle del trigo), con la Antigua Lonja del Pescado, el Castillo de los Condes de Flandes en la lejanía, la Iglesia de San Miguel, la parte trasera del Pand y, por supuesto, las tres icónicas torres de Gante alineadas para la ocasión, bien merecen una pausa para contemplar esta "postal". El puente es el único punto desde el que puedes encuadrarlas en una sola imagen.
Antes había un puente giratorio plano, pero a principios del siglo XX fue sustituido por el actual puente arqueado de piedra. En medio, sobre el arco central, hay una bonita farola con la imagen en bronce de San Miguel Arcángel, con un dragón retorciéndose a sus pies.
Tras cruzar el puente llegamos a la iglesia de San Miguel. Su construcción comenzó en 1440 y se realizó en dos fases. En la primera, durante los siglos XV y XVI se construyó la parte occidental del edificio, incluida la torre, la nave y el crucero; esta fase acabó en 1528. Debido a conflictos religiosos hubo que detener las obras y al mismo tiempo que se producía esta paralización, la iglesia sufría los asaltos de los calvinistas. En 1623 comenzó nuevamente la reconstrucción de la iglesia que fue ampliándose poco a poco, hasta estar terminada en el año 1825.
En los bocetos que Livinus Cruyl (sacerdote flamenco, dibujante y grabador) diseñó en 1662, estaba proyectada la que por entonces iba a ser la torre más alta de Gante, con 134 metros de altura, haciendo de la iglesia de San Miguel un “monumento a la victoria”. Pero la torre se quedó en unos escasos 24 metros, ya que problemas económicos y de inestabilidad del terreno, impidieron seguir levantándola. En 1828, la torre inacabada recibió la terminación que hoy día vemos, plana y sin ningún remate.
La iglesia de San Miguel es un bello edificio del s. XV.
El puente de San Miguel y el detalle de su mítica farola.
El interior de la iglesia de San Miguel está bellamente decorado con numerosos cuadros y esculturas, así como con un altar y un púlpito de estilo neogótico. Entre las cosas, podemos ver unas excelentes pinturas de estilo barroco como:
“Cristo muriendo en la Cruz” de Anthony van Dyck,
“La resurrección de Lázaro” de Otto Venius o pinturas de Gaspar de Crayer, Philippe de Champaigne, Karel van Mander y otros.
También alberga varias esculturas del siglo XVIII:
un “San Livinus” de Laurent Delvaux, una madera de “San Sebastián” de Franciscus Allaert ...
Información:
Horario:
De lunes a viernes de 14:00 a 17:00
Precios:
La entrada es gratis.
Además, cuenta con algunas capillas de gran interés histórico, confesionarios de varios periodos y algunas reliquias importantes. Nosotros no coincidimos, pero, justo enfrente de la iglesia se monta un mercadillo donde se pueden comprar todo tipo de alimentos autóctonos.
Cristo muriendo en la cruz de Anthony van Dyck.
La iglesia de San Nicolás desde la entrada de la iglesia de San Miguel. A la derecha la torre de San Miguel con sus 24 metros de altura.
La Iglesia de San Miguel, protagonista habitual de postales, es una de las iglesias más antiguas de Gante. De estilo gótico tardío, forma parte junto con la Catedral de San Bavón y la Iglesia de San Nicolás, de las tres iglesias del centro histórico de la ciudad. Su construcción fue financiada por el gremio que se dedicaba a comercializar con el grano (trigo y maíz).
Aunque, inmerecidamente, San Miguel no goza de la misma fama que otras iglesias de Gante, te animo a que te acerques a conocerla si estás de visita en la “ciudad de las tres torres”. La actual iglesia fue construida para sustituir a una antigua capilla románica del siglo XII, que había sido devastada tras sufrir dos incendios. Por documentos de la época sabemos que en aquellos primeros momentos la iglesia fue dedicada a San Miguel, dedicación que ha venido manteniendo hasta día de hoy.
Tras esta visita, que acabó cerca de las 17:00 horas, mi hijo empezaba a protestar... La tarde se nubló bastante, pero aguantaba sin llover. Decidimos coger el autobús al otro lado del puente y regresar al hotel. Iosu me dijo que estaba cansado -cierto es que llevábamos una buena paliza de días- y que no quería volver a salir. Intenté convencerle pero no hubo manera, así que, sobre las 18:00 horas cogí el trípode y volví a la calle.
Me dirigí a Maaseikplein, una plaza sita tras la Catedral de San Bavón, donde hay un monumento en homenaje a los hermanos van Eyck, Hubert y Jan.
El monumento a los hermano van Eyck sito en la plaza Maaseikplein, en la parte trasera de la Catedral de San Bavón.
El grupo escultórico en honor a los hermanos van Eyck, rinde homenaje a los autores del mundialmente famoso Retablo de Gante, que se instaló en la Catedral de San Bavón en 1432. Este monumento fue erigido con motivo de la Exposición Universal celebrada en Gante en 1913. En el centro, ambos pintores están representados con sus ropajes del s. XV.
Hombres, mujeres y niños les rinden homenaje, simbolizando a la humanidad de todos los rincones del Mundo. La figura alada de la parte posterior simboliza el genio o espíritu del arte de la pintura.
El "ángel" situado en la parte trasera del monumento representa al espíritu de la pintura.
Todas las figuras, 28 en total, fueron creadas por el escultor Geo Verbanck (1881-1961). El elemento arquitectónico es obra de Valentín Vaerwyck (1882-1959). Los escudos de armas del pedestal representan las ciudades y países que contribuyeron económicamente a la creación de este monumento.
Todos los hermanos van Eyck, incluida una mujer, fueron pintores. Se les atribuye el Retablo de Gante al trabajo conjunto de Jan con su hermano mayor Hubert, a raíz de una inscripción sobre uno de los paneles traseros, descubierta en 1823. Se sabe que Hubert murió el 18 de septiembre de 1426, y Jan prosiguió con la obra que acabó en 1432. "La Adoración del Cordero Místico" se considera la última obra de la Edad Media y la primera pintura del Renacimiento además, el primer cuadro al óleo de grandes dimensiones de la historia, y sigue encerrando aún hoy uno de los mayores misterios de la historia del arte.
El Castillo de Geeraard "the Devil", Gerardo "el Diablo".
Dos perspectivas distintas de la Catedral de San Bavón y la Torre Beldfort.
Tras ver el monumento a los hermanos van Eyck, seguí paseando calle abajo y, junto al río Escalda, encontré frente a mí, una magnífica construcción... Pero, no pude entrar, estaba ya cerrado.
Se trataba del castillo de Gerardo "the Devil". Fue construído en estilo románico en el s. XIII. Construido entre 1216 y 1245, debe su nombre a su constructor, el Caballero Gheeraert Vilain, más conocido por “El Diablo”, debido a su piel oscura, su mal carácter y sus fechorías. Este, lo habitó en la segunda mitad de ese siglo.
Información:
Horario:
Los lunes de 13:00 a 16:00
De martes a sábado de 08:30 a 16:30
Precios:
La entrada es gratis.
En la Edad Media, el edificio, con el Escalda fluyendo bajo sus ventanas ojivales, marcaba la frontera entre el reino de Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico. Posteriormente, en 1330 fue vendido a la ciudad de Gante y desde entonces ha tenido muchos destinos; armería, escuela de los Jerónimos, seminario, manicomio, casa de corrección, orfanato y estación de bomberos. Desde 1898 a 1908, el edificio fue restaurado y reconvertido en la sede los Archivos Nacionales. Cumplió esa función hasta 2015.
La Vieja Europa es una tierra de mitos y leyendas, de antiguas historias contadas a la luz de la hoguera y transmitidas de generación en generación, el castillo de Gerardo “El Diablo” se presta a ello por siniestro y oscuro, sus almenas y torres reflejan su sombra espectral en el río en las noches de luna, y a la imaginación acuden todo tipo de ideas sobre brujería, alquimia, satanismo... Pero, en realidad, no hay nada de diabólico en este edificio medieval.
La tarde iba languideciendo. Llamé a mi hijo para ver que estuviese todo en orden. Me dijo que estaba "chateando" con un amigo y que todo estaba bien, así que, me acerqué hasta los muelles del río Lys para hacer las últimas fotografías en la hora azul, ya que, al día siguiente, por la tarde, pondríamos rumbo de vuelta a casa.
Dos momentos en los muelles que muestran la transición a la mágica "hora azul".
Allí di por terminada la jornada. Me encaminé al hotel para reunirme con mi hijo. De camino compré un par de hamburguesas para cenar en previsión de que Iosu no quisiera salir... Y acerté.
Cenamos y descargué las fotos. Recogimos todo e hicimos las maletas, porque, al día siguiente, a las 20:25 horas, debíamos coger el autobús. Claro está que antes, por la mañana, dejaríamos las maletas en consigna para hacer el check-out.
Luego, con todo ya organizado, nos fuimos a descansar. Había sido un día muy intenso, bueno, como todos los de este viaje y por la mañana teníamos que hacer sí o sí una visita obligada; ver la obra cumbre de los hermanos van Eyck, el famoso retablo de la catedral, Adoración del Cordero Místico (The Lam Gods).
Gante - Lille
Era el último día en Gante. Nos levantamos sobre las 08:00 horas. No llovía, pero estab muy encapotado y amenazaba con hacerlo. Bajamos a desayunar con mucha parsimonia. Teníamos pendiente la visita a la catedral para ver el retablo
del Cordero Místico, pero, pero lo demás, todas las visitas programadas estaba hechas. Tras el desayuno subimos a ducharnos y sobre las 11:00 dejamos las maletas en la consigna del hotel e hicimos el check-out. La consigna, situada en un gran cuarto en la planta del garaje, funcionaba con monedas; con un euro te abría un armario grande y con monedas de dos euros te abría un armario súper grande. Cogimos una de estas y dejamos todas nuestras cosas juntas. La verdad es que es una buena opción.
Tras dejar el hotel pusimos rumbo a la catedral. El cielo se tornaba por momentos más y más oscuro, pero aguantaba sin descargar la tormenta que anunciaba. Llegamos a la Catedral de San Bavón y saqué las entradas para ver el retablo. Su precio 12,50 € por persona. Eran algo más de las 12:00 del mediodía cuando entramos.
El ticket de entrada a la capilla donde se guarda el retablo de los hermanos van Eyck.
El retablo la Adoración del Cordero Místico, también conocido como Altar de Gante, es un políptico de doce tablas al óleo realizado por los hermanos Hubert y Jan van Eyck, por encargo de Joos Vyd y su esposa, Elisabeth Borluut. Fue pensado para la iglesia de San Juan de Gante (actual Catedral de San Bavón), donde aún permanece.
Abierto mide 340 x 440 cm, siendo uno de los retablos de mayores dimensiones del norte de Europa en el siglo XV. El tema central es la narración bíblica sobre la redención del hombre por el sacrificio de Jesús, ofreciendo una lectura de la Teología cristiana desde la Anunciación (en su exterior) hasta la Adoración del Cordero (en su interior).
Una serie de referencias llenan el retablo de simbolismo escondido, muy del gusto de los pintores flamencos. Pero, lo que sitúa este retablo como un hito en la historia del arte, ya que marca la transición de la pintura gótica a la del Renacimiento, es su aporte innovador a la representación de la realidad y al desarrollo del espacio pictórico.
Tres tomas de la obra maestra de los van Eyck.
El retablo de Gante tiene una historia material compleja, pues se trata de una obra de arte muy codiciada que ha sido víctima de varias agresiones y de al menos seis robos. En consecuencia, las diferentes tablas han sido desunidas en varias ocasiones, permaneciendo separadas unas de otras por largos periodos de tiempo.
En el año 1566 se desunió para esconderlo de las revueltas calvinistas, que estaban destruyendo muchas obras de arte sacro de acuerdo a la mentalidad iconoclasta. En 1794, las cuatro tablas centrales fueron enviadas al Louvre por las tropas de Napoleón, pero en 1815 Luis XVIII de Francia las devolvió como señal de agradecimiento a la ciudad donde encontró refugio. Las alas laterales se vendieron el año siguiente, y tras varias ventas intermedias acabaron en la Gemäldegalerie de Berlín.
Pero en el año 1919 el Tratado de Versalles cita explícitamente el retablo y obliga a Berlín a devolver las tablas a Gante. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán trasladó el retablo, junto a otras siete mil obras de arte, a una mina de sal, de donde fueron rescatadas, aunque, actualmente una de las tablas sigue perdida. Se trata de Los Jueces Justos (extremo inferior izquierdo del políptico) que fue robado en el año 1934. El que actualmente se contempla es una copia realizada por el pintor belga Jef Vanderveken en el año 1945.
Tras este apasionante viaje por la obra maestra de los hermanos van Eyck, con la mente puesta todavía en los perfectos trazos y colores de la magnífica tabla, aunque verla tras un grueso cristal quita mucho de su encanto, salimos a la calle con intención de comer algo. Entiendo que estas obras se protejan de esta manera y más hoy día con el poco civismo que podemos ver por parte de algunos grupos... Yo estoy a favor de luchar contra el cambio climático, pero lo que no entiendo es que se ataquen obras de arte para llamar la atención en este aspecto. Qué culpa tendrán los girasoles de Van Gohg, la Gioconda del maestro Leonardo da Vinci o las majas del inimitable Francisco de Goya y Lucientes, para ser atacadas como hemos podido ver recientemente... No lo entiendo.
Eran más o menos las 13:00 horas cuando salimos de la catedral. Fuimos al restaurante chino del día anterior y, de camino, rompió a llover con ganas. Menos mal que nos pilló bastante cerca del restaurante y apenas nos mojamos.
Comimos un plato de tallarines con carne y un postre, con una cerveza, un refresco y un café. No llegó a los 35 €.
La comida del restaurante chino.
Acabamos de comer sobre las 15:30. La lluvia había aflojado bastante, aunque era algo más que un "txiri-miri", muy incómodo para pasear. Fuimos nuevamente a la catedral, allí, por lo menos, estábamos a refugio del agua. Aprovechamos para recorre todos sus pasillos y admirar detenidamente sus vidrieras y demás obras de arte.
La lluvia cayendo en Gante y fotos del interior de la catedral de San Bavón; vidrieras, estatuas, el retablo, el altar, los contrafuertes...
El órgano y algunos detalles de la catedral. A la derecha, la obra de Rubens llamada "La Conversión de San Bavón".
Sobre las 17:00 horas dejó de llover y fuimos a dar un último paseo... la catedral, el campanario, las iglesias, los muelles, el castillo, la lonja de la carne... y terminamos tomando una cerveza en RAY, un bar acristalado en la Grotte Mark.
En el último paseo por Gante... la catedral de San Bavón, la Torre Belfort, la Iglesia de San Nicolás y la Grotte Mark.
... la Iglesia de San Miguel, los muelles, el Castillo de los Condes de Flandes...
... los muelles, el río Estanda y la antigua Lonja de la Carne.
Desde allí fuimos a por las maletas. Recogimos todo, nos cambiamos de ropa para estar más cómodos y a las 19:45 pusimos rumbo a la estación de autobuses.
Llegamos bien, calculando no esperar mucho, pero, con margen de maniobra para cualquier contratiempo. El bus salió con casi 10 minutos de retraso, pero, llegamos a Lille a la hora establecida.
La estación de autobuses y la reserva para la vuelta.
En Lille teníamos una hora y media de escala, así que aprovechamos y fuimos a comer una hamburguesa a un Burguer King que había junto a la estación, en un curioso edificio con forma de silla.
Tras cenar algo, volvimos a la parada. El autobús llegó con tiempo. Prácticamente se llenó hasta "la bandera" y, tras colocar a todos los pasajeros en sus asientos, el conductor arrancó y salió puntual a las 22:50. Ahora tocaba intentar dormir algo. Era el último tramo del viaje, ya íbamos directos a Donostia...
El edificio donde estaba el Burguer King de Lille.
Lille - Donostia
A las 01:30 llegamos a París-Bercy. Salimos a las 01:55. A las 04:00 de la mañana paró un momento no se dónde, porque me cogió bastante adormilado. Mi hijo cogió el sueño y dio una buena cabezada...
Quitando, como siempre, algún "cantamañanas", la gente se acopló en sus asientos e intentó dormir, pero, a las 05:00 de la madrugada, una familia musulmana nos "deleitó" con sus rezos... ¡¡ Venga, plegarias para todo el bus... !!
Ya no pude conciliar el sueño.
A las 06:30 empezaba a amanecer y a las 07:15 era completamente de día. Nos acercábamos a Burdeos... El día amaneció despejado, pero, según avanzábamos hacia el sur, se iba nublando.
La campiña francesa repleta de plantaciones de cereal.
A las 08:10 paramos a desayunar en un restop a las afueras de Burdeos. Arrancamos nuevamente a las 08:40. A las 09:00 entramos en Burdeos. Había mucho movimiento de gente. A las 11:30 llegamos a Baiona, a las 12:15 a Biarritz y, posteriormente, tras cruzar el río Bidasoa, entrábamos en Gipuzkoa. A las 13:20, con media hora de adelanto, llegábamos en la estación de Donostia.
Cruzando el río Bidasoa.
Baiona desde la parada del autobús.
En la estación nos esperaba Rosa que, amablemente, vino a recogernos con su coche para llevarnos hasta Astigarraga. Así concluía este apasionante viaje por unos países que guardan uno de los mayores tesoros de la arquitectura medieval.
P.D.
Lo cierto es que, como todos los viajes, este también fue apasionante. Además, poderlo hacer con mi hijo fue, para mí, muy gratificante, porque, de esta manera, cultivo su curiosidad y amplio su cultura.
Luxemburgo es como una ciudad grande dividida en dos mundos antagónicos; por un lado su parte moderna, con su zona financiera y sus edificios acristalados. En contraposición, su casco antiguo, una zona de edificios de piedra y tejados de pizarra, anclada en la Edad Media con su seña de identidad intacta.
Bélgica, bueno, lo que hemos visto de ella, me ha llamado la atención. Por un lado Amberes que es un "cóctel" de mundos; su barrio judío, anclado en la vida de hace un siglo, su zona portuaria, aprovechando los recuerdos de su intenso pasado comercial, su romántica relación con un genio como Pedro Pablo Rubens que dejó allí su impronta marcada... Luego, Bruselas; la capital de Europa, me pareció sucia y un poco abandonada, viviendo de su zona de edificios comunitarios... Lo único que se salva es su casco antiguo con la Grote Markt como bandera. Brujas es otra historia... Cierto es que sólo vimos su casco histórico, pero, en realidad es lo que vale la pena. Todo su conjunto es maravilloso, es como vivir en un cuento, como retroceder cuatro siglos de golpe...
Y Gante es algo similar, más ciudad, más monumentos, pero, la misma historia a sus espaldas. Dos preciosas ciudades que vale la pena visitar.
Pues sí, por fin "pusimos una pica en Flandes" y ahora a preparar el siguiente destino con mi hijo... Tal vez... ¿Turquía?...
Un viaje inolvidable a la Edad Media, visitando castillos, catedrales, museos y canales que hace siglos vivieron su época de máximo esplendor.
Bedankt belgen en luxemburgers.
© F. J. Preciado 2022